Contrario a la tendencia nacional de prohibir la venta de pólvora, en Villa del Rosario se vende por segundo año consecutivo y en el mismo lugar: sobre la autopista internacional, donde funciona de manera simultánea el restaurante La Plaza de Mak.

Según los dueños, allí hasta hace un par de días vendían productos como morteros, voladores, tortas, bombas, chispitas, volcanes, triangulitos y otros artefactos pirotécnicos.

El lugar es publicitado a través de diferentes cuentas en redes sociales y hasta el dominio de una página web, que fija a Soacha como punto de fabricación y procedencia de la mercancía. Esta misma fábrica surte de pólvora otros 42 puntos de venta en 18 departamentos del país. Villa del Rosario y Ábrego serían los dos puntos avalados por esta empresa en Norte de Santander.

Según se lee en una de sus cuentas en redes sociales, su comercialización se ampara bajo la premisa de que “la pólvora en Colombia no está prohibida” y que es facultad de los alcaldes autorizar su venta o no en cada municipio. Para soportar esto último, citan la Ley 670 de 2001.

Un comprador marcó al número dispuesto en las publicaciones para obtener información sobre los productos; el vendedor expresó que sí estaba vendiendo, pero debido a las acciones policiales permanentes, trabaja a puerta cerrada y con servicio a domicilio.

Sin embargo, horas más tarde, La Opinión confrontó telefónicamente a Fernando Salcedo, uno de los supuestos vendedores, y este negó que la venta estuviera vigente, pese a que horas antes ofreció los juegos pirotécnicos a domicilio.

“Nosotros estábamos vendiendo pólvora y no sabíamos de ningún decreto”, aclaró.

Pepe Ruiz, alcalde de Villa del Rosario, afirmó que en su municipio está prohibida la venta del producto. “Prohibimos la venta, expendio, transporte y comercialización de pólvora; en el kilómetro 4 no están vendiendo, iban a vender, pero no tienen el permiso. Sé que la Policía ya les decomisó, ahí tienen el letrero, pero una cosa es que tengan el letrero y otra que estén vendiendo”.

Frente a la denuncia de que allí sí venden pólvora a puerta cerrada y a domicilio, expresó que es cuestión de la Policía controlar esto. 

“Ellos son quienes tienen que hacer efectivo el decreto de prohibición de venta; la Policía debe incautar y cerrar el establecimiento”, enfatizó.

El 22 de noviembre pasado, la Alcaldía de Villa del Rosario expidió el Decreto  203, en el que se adoptan medidas sobre la fabricación, almacenamiento, venta y manipulación de fuegos artificiales o artículos pirotécnicos en el municipio, y se prohíbe la manipulación, fabricación, quema, almacenamiento, venta, distribución y transporte de pólvora, fuegos artificiales, explosivos y detonantes en el área urbano y rural de Villa del Rosario.

Así las cosas, la polémica está servida una vez más entre las autoridades que prohíben la pólvora, la Policía que pareciera no ser suficiente para evitar esta venta y los empresarios que se empeñan en mantener un negocio que cada año genera cientos de víctimas a lo largo y ancho del país.