El incendio del gaseoducto en el sector de Rionegro, compresión municipal de Toledo, hace parte de las múltiples dificultades que se presentan a lo largo de la carretera La Soberanía.

De acuerdo con la empresa Promioriente, la emergencia se originó a las 2:06 de la mañana del martes, cuando un deslizamiento de tierra de gran magnitud en el kilómetro 20, afectó la línea del gasoducto Gibraltar-Bucaramanga que dejó la zona incomunicada.

En el informe se indicó que el fenómeno provocó la rotura del gasoducto, generando un incendio que dejó tres personas heridas las cuales fueron atendidas en el puesto de salud del corregimiento de Samoré.

El fuego a su vez afectó dos vehículos que se encontraban cerca al punto afectado y ocasionó pánico entre los vecinos del sector.

El Consejo Municipal de Gestión del Riesgo se mantiene activo con los protocolos de emergencia que se presentan en la zona.

Los daños mayores se presentan de San Bernardo de Bata a Gibraltar.

Incomunicados

El alcalde de Toledo, Víctor Gamboa, se refirió a la situación y dijo que el punto en donde se originó la emergencia es de difícil acceso debido a los derrumbes ocasionados por las lluvias.

Sobre el estado general de la carretera, indicó que es lamentable y solicitó al Gobierno Nacional ayuda para entrar a evaluar los daños.

Para poder desarrollar esta propuesta, considera que se debe hacer un sobrevuelo en helicóptero para establecer un diagnóstico sobre los puntos más críticos de la vía.

“Estamos incomunicados con nuestras veredas y con Arauca. No hemos podido llevar las vacunas de la COVID-19 para las comunidades del Sarare”, afirmó el mandatario.

Explicó que hay más de cuatro derrumbes que impiden el transporte a esa región del municipio.

Gamboa, recordó que ese es un mal de nunca acabar, por lo que llegó la hora de que Invías (Instituto Nacional de Vías) convoque a los alcaldes de Toledo, Labateca y de otros sectores del departamento para que socialicen la inversión de $420.000 millones que anunció el Gobierno Nacional para el corredor vial.

Para el gremio de transportadores, La Soberanía se ha convertido en un dolor de cabeza a lo largo de los más de 150 kilómetros en el trayecto Saravena-La Lejía (Pamplona).

Las dificultades van desde el pésimo estado de la capa rodante hasta derrumbes, pérdidas de banca y caída de puentes que son ocasionadas por las lluvias que azotan al piedemonte llanero.

Los vehículos se dañan por el mal estado de la carretera.

La vía permite el tráfico automotor entre los departamentos de Arauca, Boyacá, Norte de Santander y Santander.

De ese sector de los Llanos Orientales se origina el intercambio de productos agropecuarios y pecuarios que van con destino a los mercados de Cúcuta, Bucaramanga y Bogotá.

Rodolfo Delgado Rozo, quien preside la Asociación Regional de Transportadores de Carga del Centro Oriente de Colombia, afirmó que La Soberanía es una de las vías más olvidadas del país y que su importancia radica en facilitar el transporte de alimento, bienes y servicios para la gran mayoría de los departamentos de Colombia.

El transportador, Asdrúbal Saavedra se lamentó del mal estado de la vía y la comparó con una trocha que no tiene dolientes. “El Gobierno Nacional nos ha llevado con mentiras, engaños y falsas promesas que nunca se cumplen”.

El conductor de vehículo pesado, sobre los sitios que más dificultades les ocasionan, explicó que están localizados el PR 41+0250, sector de Barranco Blanco e inmediaciones de la quebrada del Alto del Oro. El PR 83+950 de la Piazzola, en Santa María, corregimiento de Samoré y en el PR 115+0650 de Gibraltar.

Sobre las afectaciones en el puente sobre el río Bojabá, Saavedra aseguró que está previsto reestablecer el paso en los próximos días con la instalación de un puente tipo militar.

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