Nuevas semillas para cultivar plantas y extraer sus aceites esenciales; materiales de laboratorio e inclusión en ferias para mostrar su proyecto innovador es todo lo que pide el grupo de investigación Bioessence, del colegio Raimundo Ordóñez Yáñez (Lourdes).

Bien sea que los implementos lleguen por iniciativa del sector público o privado, lo importante es que se den para ejecutar la propuesta que podría convertirse en una de las más prósperas empresas juveniles de la región.

Según Jesús Combariza, docente voluntario en la institución y líder del proyecto, los jóvenes están entusiasmados con la iniciativa, pero sin materias primas el avance es lento y difícil.

Aunque actualmente el grupo tiene sembrados unos 200 metros cuadrados, dentro del colegio, las semillas son insuficientes, y principalmente requieren naranja, anís estrellado, vainilla, jengibre, lavanda, rosa, y otras más.

“Sin las semillas no podemos cubrir el resto del terreno, y es necesaria una siembra continua para que no se corte la producción”, comentó. “La meta es formar empresa, y eso solo se hace con un cultivo permanente”.

Por ahora, la tierra no es problema, porque se prevé que los estudiantes utilicen sus propias fincas para expandir los cultivos, pero faltan los equipos, porque el proceso de extracción no es fácil e implica disciplina.

“Como el grupo es de extracción y aplicación potencial de los aceites, se quiere crear ambientadores, cremas, entre otros productos con los olores naturales, nativos, o sus mezclas”, relató.

Es decir, se sustituirían los aromas artificiales que se usan en estos productos, y este sería el eje innovador.

Adicionalmente, están pendientes las materias primas para elaborar productos cosméticos, entre las cuales están: colorantes, espesantes, tensoactivos, ácidos grasos, entre otros.

Conseguirlos, “sería lo máximo, porque esto no se ha hecho hasta el momento, y en especial con los olores nativos, más la ruta que se deja para que los jóvenes se enfoquen en el emprendimiento y la innovación”, dijo el docente.

Según reveló, los estudiantes acogieron desde hace 10 meses la propuesta, e incluso pudo convocar a 25 estudiantes para este año, pero solo puede tener 14 en el laboratorio, por falta de las materias primas.

Aun así, los rendimientos han mejorado con un mejor conocimiento del proceso, que permitió pasar de 0.1 mililitros de aceites, extraídos de 500 mililitros, hasta 2 mililitros.

“La ayuda del colegio ha sido fundamental, así como del Sena, que capacita a los estudiantes en buenas prácticas de Cultivos e higiene y manipulación de alimentos”, agregó.

Mientras espera la ayuda, hace cálculos de otros tres destiladores y tres extractores para poder enseñar la técnica completa en el laboratorio escolar, para que sus estudiantes tengan la experiencia científica más rentable de la historia de Lourdes.