Desde aquel lunes 12 de septiembre la familia de Javier Lizcano no tiene sosiego. Han recurrido a todo tipo de ayudas para lograr que su ser querido sea rescatado para darle cristiana sepultura.

Primero con ayuda de la Policía y el Ejército trataron de localizar el cadáver con perros rescatistas, lo cual no dio resultados. Luego con máquinas guiadas por un dron, escarbaron toneladas de tierra, piedras y rocas que cayeron sobre 100 metros de la carretera La Soberanía, vereda San Josecito, en Labateca.

En los dos primeros meses no se dieron los resultados, solo se logró después de estabilizar el terreno, dar apertura a la vía que duró más seis semanas cerrada.

Hoy, se cumplen 87 días de búsqueda. La esposa, María Estela Contreras Antolinez, los hijos y hermanos de Javier Lizcano, manifestaron que no se irán de la zona.

Ante la demora y lo difícil que ha sido el rescate, solicitaron la atención del Gobierno Nacional, tal como lo han hecho cuando han ocurrido otras tragedias similares en el país.

Las labores de búsqueda siguen con maquinaria del Batallón de Ingenieros que están removiendo una de las terrazas para tratar de habilitar el paso por la antigua capa de asfalto.