Las ruinas de Gramalote se están convirtiendo en atractivo turístico.

Hace pocos días, la Fundación de Estudios Superiores de Comfanorte (Fesc) divulgó el proyecto Turismo Oscuro, en el que el viejo Gramalote figuraba como destino indispensable.

Se planteaba aprovechando la curiosidad de las personas que van al lugar, marcado por la desolación luego de que el pueblo fuera evacuado en 2010, producto de una falla geológica.

Ahora, un hijo de Gramalote, que vivió 22 años allí, se ha dado a la tarea de diseñar y proponer un parque ecoturístico en la zona.

Se trata del arquitecto Carlos Eduardo Carrillo, quien afirma que la intención de su propuesta es evitar que se pierda el legado del pueblo original, en medio de la maleza que hoy lo devora.

Las piedras y las lozas desprendidas que se observan al visitar el sitio le reviven la nostalgia por las calles donde creció y se educó.

“Me motiva mucho volver a resurgir el antiguo Gramalote a partir de un concepto urbanístico, con una propuesta de ecosistema ambiental”, explicó.

Su idea comprende 1.400 hectáreas de zonas verdes, 5.000 metros de senderos peatonales, miradores y plazoletas.

El atractivo residiría en mantener 4 puntos claves: la torre de la iglesia, el CAI de la Policía, la zona educativa y el parque principal.

Estos fueron los sitios fundamentales para el desarrollo de la zona y hoy dan la visión de un pueblo fantasma.

“Las personas van hasta allá a tomarse fotos, a escuchar la naturaleza... Si se les brinda algo bien estructurado, jalonará mucho turismo”, agregó Carrillo. “Afuera, en otras regiones, la gente sabe ubicar muy bien el lugar del desastre”.

Por ahora, su propuesta ha tenido el visto bueno de la Alcaldía y está radicada en el Banco de Proyectos de la Gobernación de Santander.

El próximo paso será conseguir el apoyo de la autoridad ambiental y del Gobierno Nacional, para concretarlo a partir del próximo año.