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La despedida del payaso Chocolate, de Villa del Rosario
Sus compañeros de profesión le dieron el último adiós con sus trajes puestos, su cara pintada y el corazón entristecido.
Jueves, 11 de Octubre de 2018

Muchas veces al reír, también lloramos. Y así era la vida de Eluiser Navarro Vergel, el payaso Chocolate, de Villa del Rosario, que hacía reír a todo un pueblo, pero no pudo encontrar remedio para su mal y, como un relámpago, recibió el domingo un tercer infarto que lo sacó de esta vida.  

Desde su juventud, Chocolate siempre amó ser payaso. Su espíritu colaborador y humilde lo llevó a destacarse profesionalmente en esa área.

Sufría del corazón, tenía la tensión alta y diabetes. Además, debía someterse a diálisis.  Chocolate tenía 43 años, y según su hijo Darwin Eluiser Navarro Angarita, de 22 años: “Más que un padre, era un amigo; y era el mejor del mundo. Siempre hablábamos, todo lo conversábamos. Su adoración fue mi hijo, era el único nieto. Sé que este 31 de octubre mi hijo lo extrañará cuando cumpla sus 4 años y él no esté”.

Eluiser no perdía ocasión para recalcar que le faltaba poco para morir. “Nos decía que en cualquier momento se iba, porque los mismos doctores ya le habían dicho que un tercer infarto no lo soportaría. Muchas veces llegaba llorando al negocio que tenemos y me decía ‘hijo, me voy a morir y no quiero irme tan joven’. Los dos nos poníamos mal pero yo le daba ánimo, le decía que la última palabra no provenía de esos médicos y así lo animaba”.

Desde el sábado pasado, Chocolate venía mal. Aun así, el domingo madrugó a un paseo que organizó con unos viejos amigos del colegio.

“Se fue a una cabaña, más arriba de La Garita. Allá pasó sus últimas horas y según los que estaban con él, disfrutó, gritó, molestó… mejor dicho, se gozó todo. Creo que eso fue lo que detonó su muerte, porque él no podía tener momentos fuertes ni de alegría ni de tristeza”, contó Darwin.

Entre las 4:00 y las 5:00 de la tarde del pasado domingo, el semblante de Chocolate se tornó pálido, empezó a sudar y a ahogarse. 

“Apenas lo vieron así, los amigos lo llevaron a la clínica. Mi papá alcanzó a llegar a La Samaritana de Los Patios y allá lo reanimaron, pues había presentado apenas un preinfarto.

Él despertó y alcanzó a hablar con una enfermera y le dijo que ya quería irse para la casa, pero debían remitirlo al Hospital Erasmo Meoz; estando allá, como a eso de las 7:30 de la noche, fue que se le vino realmente el infarto y no lo pudo aguantar, se nos fue, pero se nos fue feliz”, narró el hijo.

‘Chaoooo amiguitoooos’, así era como Chocolate terminaba su show y se despedía. El miércoles, su familia y sus amigos fueron los que entre bombas de colores y vestidos de payasos, le rindieron el último adiós.

“En muchos de nuestros almuerzos, él me besaba en el cuello y me abrazaba y me decía ‘hijo te amo’; una vez aprovechó para pedirme que cuando falleciera, lo veláramos en la casa, armáramos toda la miniteca y lo despidiéramos felices. Así lo estamos haciendo”, finalizó el hijo.

*Por Laura Serrano

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