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Las víctimas en Norte de Santander que prefirieron perdonar

Para el secretario de Víctimas, ellos le están dando una lección de ética y política al país.

Relatos crudos, descarnados, pero superados por la inmensa necesidad de perdón y de dejar los odios atrás, como una forma de no estancarse en el tiempo, se escucharon ayer durante el foro ‘El desafío de las víctimas en un escenario de posconflicto, buscando caminos de perdón y reconciliación’, organizado por el Centro de Inspiración para la Paz, de la Secretaría de Víctimas, Paz y Posconflicto de Norte de Santander.

Uno de ellos fue el del coronel William Donato, subcomandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, quien durante doce años permaneció en poder de las Farc, y a pesar de las humillaciones a las que fue sometido y la larga espera para ver nuevamente la libertad, reconoce que el perdón es lo que hoy lo hace ser mejor persona.

Para el oficial, aferrarse al rencor no fue una opción, toda vez que su vida continuaba y en sus labores de mando no concebía transmitir ese sentimiento de odio a los demás.

Eso mismo piensa hoy Elibeth Murcia, esposa de Henry Pérez, el líder de La Gabarra que el próximo lunes cumplirá 8 meses desaparecido.

En medio de las lágrimas, esta mujer sintetizó en unas cuantas  frases lo que han significado para ella estos meses de angustia, incertidumbre y dolor.

“No ha sido fácil este tiempo. Sin embargo, a las personas que se llevaron a Henry ya las perdoné, porque si a este dolor le sumo el odio y la venganza, mi vida ya no tendría sentido. Por eso, si nosotros, que hemos sido afectados por la violencia, damos un paso determinante hacia el perdón y la reconciliación con los que nos han causado tanto dolor, ¿por qué el resto del país no puede hacerlo?”, dijo. 

Otro que ha decidido hacerle frente al dolor es Ricardo Ayala, hijo del exalcalde de Salazar de las Palmas, Jesús Emilio Ayala, asesinado en cautiverio. 

Ayala, quien días antes de conocerse la trágica noticia sobre su padre emprendió una caminata hacia Bogotá para lograr llamar la atención de los medios nacionales sobre el dolor que vivía su familia, aseguró que, tras el desenlace que tuvo el secuestro de su padre, ha experimentado una fuerza increíble para el  perdón. 

“Las víctimas le estamos dando al país una lección de reconciliación. Si bien las Farc empezarán a pedir perdón por las atrocidades cometidas, el Estado también deberá encarar su responsabilidad en tanto sufrimiento”, sostuvo.

El joven, que asistió al foro en representación de su familia, dijo que la tranquilidad que ahora siente, la paz interior que lo invade y que necesitaba desde hacía mucho tiempo, le ha permitido sentir que “por fin mi padre se fue a descansar en paz”. 

Luis Fernando Niño López, secretario de Víctimas, Paz y Posconflicto, manifestó que las palabras de perdón evidenciadas durante el foro “superan la retórica porque están acompañadas de compromisos prácticos de verdad exhaustiva y de reconciliación, en una actitud heroica de quienes han vivido en carne propia las atrocidades de la violencia”. 

Para Niño López, las víctimas le están dando una lección de ética y política al país. “Están diciendo que en Norte de Santander pueden convivir víctimas y victimarios en una nueva relación humana. Si se quiere, que las nuevas generaciones tengan un país diferente, debemos enseñarles un nuevo alfabeto para reescribir las páginas del futuro en paz”, sostuvo.

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Viernes, 23 de Septiembre de 2016
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