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Luis Capacho le saca el jugo a la tierra

Un ejemplo de vida y de economía campesina.

Luis Alfonso Capacho Mantilla, campesino de Pamplonita, sí que sabe sacarle el jugo a la tierra.

En su parcela de un poco más de una hectárea no solo cultiva frutas y hortalizas, también cría animales de corral que le dan la carne y la leche para su sustento.

No utilizar herbicidas ni químicos es la clave que le ha dado éxito en los doce cultivos que tiene en tan solo una hectárea de terreno. Todo lo que produce es con abono orgánico que él mismo produce.

Hace menos de diez años adquirió el predio Buenavista en la vereda Hoja Ancha Dos, de Pamplonita, y desde entonces no se cambia por nadie, dice Capacho, quien vive allí con su familia.

En esa temporada había llegado del sector rural de Alto Grande de Pamplona, con el deseo de trabajar y producir alimentos en donde no tuviera que utilizar grandes cantidades de agroquímicos.

De esta manera empezó el proceso que después de unos años logró que el Instituto Colombiano Agropecuario (Ica), lo certificara en buenas prácticas agrícolas, lo que igualmente alcanzaron un par de fincas más en esa zona.

Capacho considera que fue una tarea dispendiosa en donde se propuso que tenía que sobresalir con cosechas de productos orgánicos y de la mejor calidad.

En una hectárea tiene sembrado árboles de duraznos, manzanas, ciruelos injertados y aguacates.

También labra la tierra y cultiva apio, papa, arveja, mora, uva, limón tahití y mandarinas.  

Además, en otros trescientos metros cuadrados cría animales de corral, como patos, gallinas, ovejas, conejos, una res y posee un estanque en donde cultiva truchas que le sirve para el sostenimiento de la casa. 

A todo lo que cultiva lo refuerza con abono orgánico que él mismo produce.

De esta manera, durante el año le permite ir rotando la producción de frutas, en especial, los duraznos y ciruelos, a los cuales les programa las cosechas.

“Con las buenas prácticas que le realizo se ven los resultados, no solo en las plantas, sino en el tamaño, así como en la calidad de las frutas y los tubérculos”, afirma mostrando en sus manos un racimo de apio o arracacha de gran tamaño.

Capacho precisó que el rendimiento es evidente y que de acuerdo con los requerimientos, no solo del Ica, sino de la Asociación Hortifrutícola de Colombia (Asohofrucol), son alimentos sanos y que se pueden comercializar en cualquier parte del país.

El éxito de Capacho, radica en que en poca cantidad de tierra tiene de cada alimento un poco. 

Todo lo que siembra y planta, produce. Explica que para cada cultivo tiene un plan que contempla abono, desyerbada y el momento preciso para el riego, lo cual le facilita durante todo año tener cosecha y poder sostener el hogar dignamente.

Me toca trabajar parejo desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde. Gracias a la colaboración de mi esposa, hemos podido salir adelante con este proyecto”, sostuvo.

Finalmente indicó que para lograr la certificación y mantenerse en el tiempo, es también producto de la constancia y capacitaciones que recibe sobre buenas prácticas agropecuarias.

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Domingo, 25 de Noviembre de 2018
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