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Médicos no se le miden a trabajar en el Catatumbo
Pese a los buenos salarios que se ofrecen para la zona, los ataques y amenazas alejan a los galenos.
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Martes, 10 de Marzo de 2020

Por lo menos seis horas deben esperar en urgencias los enfermos que llegan hasta el Hospital Regional de Tibú para ser atendidos, cuando no es una urgencia vital (heridos, embarazadas), pues ante la falta de médicos el servicio está colapsado, relató Carmen García, lideresa de Tibú.

Y es que desde hace un par de días, luego de que 9 galenos renunciaran a sus puestos de trabajo por temor a las amenazas de los grupos armados ilegales, la situación empeoró.

Lea además Tibú: renuncian 9 médicos por temor y amenazas

Las situación es más crítica en los corregimiento de Pacelli, La Gabarra y Campo Dos, donde los centros de salud quedaron sin médicos, relató García.

“Los médicos que aún permanecen están atemorizados. No les gusta enviar ambulancias por la noche por miedo a lo que pueda pasar”, agregó. “Ahora acá ni nos podemos enfermar”, añadió la lideresa.

Y el temor del personal de salud no es para menos, a principios del mes una ambulancia de este mismo hospital  que  se desplazaba hacia La Gabarra fue robada y desvalijada.

Este hecho engrosa aún más la lista de ataques a las misiones médicas en Norte de Santander,  donde el departamento ostenta el penoso primer lugar a nivel nacional con mayores registros de ataques a estas misiones. 

Según cifras del Comité Internacional de la Cruz Roja  (CICR) de los 218 casos registrados en 2019 en Colombia,  39 ocurrieron en  Norte de Santander.

Vea El conflicto armado visto desde el CICR

En su informe anual  el CICR aclaró que no siempre estos ataques son atribuidos a los grupos insurgentes. En el 56% de los casos denunciados, son familiares de los pacientes y hasta la misma comunidad los que agreden o interfieren con el personal de la salud.

Un caso similar ocurrió hace poco en La Gabarra, donde un médico renunció producto de un inconveniente que tuvo con la comunidad tras un procedimiento médico, por lo que el hospital de este corregimiento quedó con un solo galeno.

(El más reciente  robo a una ambulancia en Tibú, tiene atemorizados a los pocos médicos que quedan en el municipio. El automotor fue desvalijado.)

Otros factores

Además de la situación de orden público, muchas veces la sobrecarga laboral hace que los profesionales del área de la salud dejen sus puestos, como sucedió hace un par de días en el corregimiento Las Mercedes (Sardinata) donde las enfermera jefe y la auxiliar renunciaron alegando que estaban atestadas de funciones.

“La auxiliar y la enfermera no solo tenían que atender a los pacientes sino también  facturar. Además debían atender a todos los demás enfermos que llegaran  porque no tenemos un médico fijo”, explicó Fabio Morales, vicepresidente de la Asojuntas de Las Mercedes.

El dirigente comunal aseguró que pese a que ocasionalmente llega un médico desde el casco urbano de Sardinata, a tres horas del corregimiento, el galeno no da abasto con tantos pacientes, pues no solo atiende a los usuarios de Las Mercedes sino también a los del corregimiento de Luis Vero.

¿Costo-beneficio?

Pese a que en algunos municipios donde se ofertan plazas para médicos rurales se ofrecen además beneficios extras como alojamiento u otras bonificaciones, en muchos territorios, como la zona del Catatumbo, los médicos desisten de aplicar atemorizados por las dinámicas del conflicto, asegurando que los incentivos no compensan las situaciones que deben afrontar

Pues mientras un médico rural en Villa del Rosario gana $2.572.413, en Tibú pagan $3.095.111 y en Ocaña y Hacarí hasta $3.546.960.

Ni siquiera los $7.100.000 pesos que ofrece la para una vacante en el corregimiento de San Pablo (Teorama), ha motivado a los médicos a ocupar este puesto que lleva tres años sin doliente, y que hace que los habitantes de este corregimiento se desplacen  hasta Ocaña, a una hora de distancia, en busca de atención médica.

Jaime Alfonso Rosales, gerente del Hospital Noroccidental de Ábrego, aseguró que al igual que sucede en Tibú, en Teorama los médicos tampoco quieren permanecer en estas plazas por miedo a la situación de orden público.

“Este mismo problema lo tenemos también en Convención. Allá les ofrecemos $5 millones a los médicos pero tampoco quieren aceptar”, agregó.

Con el cupo completo

Mientras que en Tibú, Hacarí, Convención,  Teorama y Sardinata aún hay plazas sin cubrir, en la mayor parte del departamento los puestos están llenos.

Hernando Mora, gerente del Hospital San Juan de Dios, aseguró que en los siete municipios de esta regional (Pamplonita, Cucutilla, Cacota, Silos, Chitaga, Mutiscua y Pamplona), el personal médico está completo.  La regional cuenta con 50 médicos.

“Nuestra fortaleza es que pagamos al día, por eso es una plaza apetecida con el personal médico, además no tenemos problemas de orden público”, resaltó Mora. 

Vacantes médicas

El Instituto Departamental de Salud (IDS) publicó esta semana una convocatoria ofertando 10 plazas  de servicio social obligatorio disponibles para que los médicos realicen su año rural.

Las vacantes están en Tibú (5), tres para el casco urbano, una para La Gabarra y otra para Campo Dos. Sardinata (1) para el corregimiento Las Mercedes, Convención (1), Hacarí (1), y Teorama (1) para el corregimiento de El Aserrío. 

A finales de 2019, el Ministerio de Salud había publicado la convocatoria para plazas de servicio social obligatorio para el 2020, donde buscaban 23 médicos para Ábrego, Bucarasica, Chinácota, Convención, Cucutilla, Gramalote, Hacarí, Herrán, La Esperanza, Villa del Rosario, Ocaña, Cúcuta, Pamplona, Pamplonita, Ragonvalia, San Cayetano, Teorama, Tibú y Toledo, la mayoría de las plazas ya fueron ocupadas.

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