La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Mujeres en Sardinata lideran proyecto hecho con cartón y lombrices

Aunque el uso de tapabocas y guantes es obligatorio para el desarrollo de su labor desde antes de la pandemia, los protocolos de bioseguridad han sido reforzados.

Por: Deicy Sifontes
deicy.sifontes@laopinion.com.co

Resilientes, aguerridas y valientes, así son las mujeres de Sardinata que en el 2012 comenzaron un emprendimiento que tenía como fin reducir el impacto ambiental en su municipio, sin imaginar que este les cambiaría la vida y se convertiría en el sustento para 13 madres cabeza de hogar, víctimas del conflicto y desplazadas de este municipio del Catatumbo.

Muchos dudaron del futuro del proyecto, pero 8 años después, la Asociación de Mujeres Trabajadoras Tierra Hermosa Para Todos (Asomutihert) es una organización productiva que a través de la economía circular ha demostrado que el sexo femenino es fuerte, independiente y capaz de lograr grandes objetivos.

Gracias a un programa que lideraba el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) sobre el ahorro y la equidad de género en el año 2012, las mujeres vieron la oportunidad de crear su propio emprendimiento: realizar compactación de cajas de cartón para el reciclaje y abono orgánico a partir de la transformación de residuos orgánicos de lombrices, ideal para los suelos degradados propios de la región.

“En ese tiempo el DPS nos dictaba unas capacitaciones sobre mujeres ahorradoras. Ellos nos dijeron que si hacíamos un ahorro de tres millones de pesos, ellos nos daban otro porcentaje igual para que empezáramos un emprendimiento, y por eso nos conformamos. En principio éramos 22, pero actualmente somos 13 mujeres, estamos constituidas legalmente y fue así como empezamos con el reciclaje”, dijo Apolonia Pérez, una de las fundadoras de Asomutihert.
      
También usan basura para el reciclaje.

Todos los días detrás del recolector de basura

Pérez reconoce que ser recicladora no le causa ningún tipo de vergüenza, ya que este es un trabajo digno del cual no solo se benefician económicamente, sino que además ayudan a proteger al medio ambiente del daño causado por la sociedad, especialmente en su municipio, puesto que aún hay personas inconscientes que siguen botando basuras en las calles, ríos y alcantarillas.

Desde las 5 y media de la mañana, las mujeres empiezan su recorrido en los distintos puntos de encuentro por las calles de Sardinata y van detrás del recolector de basura recogiendo los residuos sólidos, algunos ya separados, gracias a que muchos habitantes han tomado consciencia sobre la importancia de clasificar la basura.

A su vez, van seleccionando el material que ellas recogen para luego llevarlo a la bodega de almacenamiento, separarlo y por último realizar la compactación. “Con el proyecto lo que se busca es reducir el volumen de los residuos sólidos como el cartón y el plástico. Por ejemplo, a las botellas PET hay que quitarles las etiquetas y tapas, limpiarlas, clasificarlas por colores, todo aparte. Igual con el cartón, la chatarra y demás material reciclable, para después hacer el proceso de compactación”, dijo Estella Torres, integrante de la asociación.

Luego de realizar todos los procesos, el material es empacado en bultos de 15 o 20 kilos, los cuales son almacenados en una bodega especial que durante el mes se va llenando y al tener la cantidad suficiente, aproximadamente de 2 a 3 toneladas, son enviados a una comercializadora de la ciudad de Cúcuta en donde son vendidos.

“No ganamos mucho, pero lo que hacemos es de corazón. Todas tenemos ocupaciones diferentes, mientras unas salimos al recorrido, otras están separando los materiales y las demás en el proceso de compactación. Del dinero que recogemos se sacan los gastos que tiene la asociación, porque estamos pagando un préstamo para la construcción de nuestra propia sede”, añadió Torres.

Estella indica que reducir el consumo de plásticos, reutilizar y reciclar, son las tres acciones básicas para reducir el impacto ambiental, ya que este tarda alrededor de 700 años en degradarse. “Colocar contenedores de reciclaje en casa o en el lugar de trabajo puede facilitar la correcta selección de los materiales. Conservar la energía, reducir el calentamiento global y la contaminación, puede alargarnos la existencia”.

Lombricompost para los suelos

Con el objetivo de incrementar la fertilidad y recuperación de los suelos, así como reducir el uso de fertilizantes y ahorrar en costos para los campesinos del municipio, las mujeres de Asomutihert también decidieron apostarle a la creación de abonos orgánicos a partir de la combinación del Lombricompost, que resulta del proceso descomponedor que llevan a cabo las lombrices entre residuos orgánicos.

“Recogemos los desperdicios varios días a la semana. Estos deben dejarse descomponer por casi 30 días para que puedan ser digeridos por las lombrices. Luego de este tiempo, los gusanos se mezclan con los residuos orgánicos, se riegan cada dos días y es allí donde la lombriz, durante dos o cuatro meses, además de alimentarse, empezará a reproducir el abono”, explicó Torres.

Después de transcurridos los meses y una vez todo el material orgánico se haya convertido en tierra, la lombriz deberá separarse del abono a través de una selección manual que realizan las mujeres. “Hacemos una cama con comida y realizamos un tipo de colación, donde las lombrices dejan el abono y las vamos sacando una por una para luego recoger todo lo producido”.

Una vez seleccionado el producto, este se coloca en sacos y se expone al sol durante tres días para su secado. Por último, se le agrega cáscaras de huevo molidas, ya que estas aportan hierro a los cultivos. Gracias al agua recolectada que se regó durante el proceso, es que se genera el abono líquido.

En promedio, el bulto de abono orgánico se encuentra en $22.000. Cada cuatro meses se pueden generar 400 kilos y 200 litros de este valioso producto, vital para la recuperación de los suelos y mitigar los efectos de la degradación.

“Estamos aportando un granito de arena para construir un mejor país y reducir el impacto ambiental. Reciclando y produciendo el abono orgánico le estamos dejando algo productivo a la Tierra, ya que hoy en día todo son químicos y no hay nada mejor que lo natural”, mencionó Estella.

La pandemia las paralizó por más de un mes

Teniendo en cuenta las medidas dispuestas por el Gobierno Nacional para evitar la propagación del coronavirus, la asociación tuvo que paralizar su trabajo por más de un mes, generando una leve recesión económica, ya que todas dependían de los ingresos que se generaban por la venta del reciclaje y los abonos orgánicos.

“Han sido tiempos difíciles porque la producción se detuvo por casi dos meses debido al coronavirus y teníamos prohibido salir. Tenemos dos cuotas atrasadas con el banco y aunque llegamos a un acuerdo, ya el plazo se venció; estamos haciendo todos los esfuerzos para cumplir con las obligaciones y seguir adelante, aprovechando que contamos con la autorización de volver a trabajar”, dijo Apolonia Pérez.

Asomutihert espera en un futuro convertirse en una gran empresa generadora de empleo para las mujeres y romper los estereotipos que muchas personas aún tienen en contra de los recicladores. Además, demostrar que su condición de mujeres no las hace menos y que proteger el medio ambiente depende de todos.

Image
La opinión
La Opinión
Sábado, 20 de Junio de 2020
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día