La pugna entre el alcalde de El Zulia, Elkin Caballero y el ahora exgobernante Manuel Pradilla, no es nueva. Cuando el hoy mandatario era presidente del Concejo, mantuvo tensas relaciones políticas con quien el 31 de diciembre del año pasado concluyó su mandato.
El punto más alto de ese choque ocurrió con el famoso episodio de las llaves que al parecer le escondió Pradilla a Caballero, que según él, tuvo que despachar tres días en la calle. “Fueron tres días en los que estuvimos amarrados. No pudimos avanzar en nuestro plan ni atender a la comunidad zuliana”, dijo el hoy alcalde.
El exalcalde Manuel Pradilla desmintió lo ocurrido y aseguró que todo obedece a la “inmadurez” de su sucesor. “No es cierto lo que dijo de las llaves de la administración no fueron entregadas. Tenemos las pruebas de que el 31 de diciembre a las 6:30 de la tarde, la doctora Alexandra Becerra fue muy puntual a entregar las llaves de la Alcaldía y los planes de los celulares y de las actas”, aclaró.
Pradilla se mostró sorprendido porque en aquella oportunidad el nuevo jefe del Ejecutivo zuliano “decía que no le interesaban las llaves, sino que lo único que le interesaban eran las chequeras y el manejo de la parte financiera”.
Manifestó que no es cierto que Caballero haya despachado en la vía pública “porque el primero de enero no era día laboral, el sábado tampoco y el domingo menos”. Este episodio lo aprovechó Pradilla para recordar los tiempos en que el nuevo alcalde, cuando era concejal, siempre buscó que no le aprobaran ningún proyecto a él.
Pradilla, quien seguirá en la política, por el momento descartó una posible futura candidatura para retornar de nuevo la Alcaldía de ese municipio metropolitano. Un escaño en la Asamblea no lo descarta, para trabajar de la mano con los congresistas y el gobernador en beneficio del departamento.
Al resaltar que en sus cuatro años de mandato no endeudó al municipio, afirmó que lo dejó en el segundo puesto por eficiencia fiscal. “Ese es un reto para el nuevo alcalde, a quien le queda o mantenerlo ahí o llevarlo al primer lugar, porque si lo deja caer, significaría una mala administración”.
Al exponer un balance de las obras más importantes que les dejó a los habitantes de esa localidad, enumeró el nuevo cementerio con morgue, capilla y área administrativa, la canalización del caño Borriqueros, la recuperación de los campos deportivos, y se dejaron en construcción las canchas sintéticas en Astilleros y en el barrio La Milagrosa y la Juan Pablo II.
El exalcalde Manuel Pradilla aclaró que su reemplazo que asumió a principios de enero no puede “decir que hizo la Casa de la Cultura, la placahuella de la avenida del Cañahuate y las casas y apartamentos, puesto que las gestiones administrativas y los recursos financieros los conseguí y tramité yo ante las entidades respectivas”.
Dijo que no se va a ir de El Zulia, donde reside. “No tengo por qué esconderme de las personas porque no le hice mal a nadie y yo no me voy a meter en asuntos de la administración actual”.
Y dicho lo anterior, Pradilla cargó contra el alcalde Caballero porque “fue una de las personas que se convirtió en una piedra en el zapato en mi contra para intentar torpedear mi administración. No voy a estar detrás de los concejales diciéndoles no le aprueben nada, como él lo hizo conmigo”.
*La Opinión
