Ante la posibilidad de crecientes súbitas y deslizamientos de tierra, la oficina de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres de Ocaña activó las alarmas encaminadas a mitigar los efectos de la onda tropical en esta zona del territorio nacional.
El titular de esa dependencia, Fernando Sánchez Barbosa, coordina con los organismos de socorro y presidentes de las Juntas de Acción Comunal los planes de contingencia para evitar tragedias que lamentar.
El funcionario señaló que las zonas de mayor vulnerabilidad por desprendimiento de suelo deben ser cubiertas con plásticos para evitar que el terreno colapse y así prevenir afectaciones en las viviendas.
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De igual forma, se ha adelantado la limpieza encaminada al retiro de sedimentos en los sistemas de desagües de los ríos Tejo y Chiquito con el fin de mitigar inundaciones en las partes bajas.
“La invitación a toda la comunidad es a informar sobre cualquier acumulación de material la cual genere taponamiento y aumento del caudal, para actuar a tiempo y se pueda evitar un represamiento del río y posterior desbordamiento afectando a las casas cercanas”, precisó Sánchez Barbosa.
“Tenemos la alerta amarilla y superado el umbral en las estaciones meteorológicas se cambiará a naranja. A toda hora hacemos el monitoreo para hacer el cruce de información con el Sistema de Alertas Tempranas a nivel departamental”, agregó.
Conjuntamente con la Corporación Autónoma de la Frontera Nororiental (Corponor), se verifican los datos para canalizarlos a través del Consejo Municipal de Gestión del Riesgo.
Despeje de los derrumbes
Operarios de la territorial de Invías del Norte de Santander, adelantan el retiro de los deslizamientos de tierra registrados en la carretera Ocaña-Cúcuta durante la temporada invernal.
El tramo más crítico se presenta en el kilómetro 96+940 metros, adelante del viaducto La Nevera, donde estuvo suspendido el tráfico vehicular mientras se hacía el retiro del material desprendido desde lo alto de la montaña.
También se reporta la caída de rocas de grandes proporciones en la vía que conduce hacia el municipio de Ábrego en el sitio conocido como el ‘Tun tun’. Los ingenieros trabajan en una intervención especial para habitar el paso vehicular por detrás de una estación de combustibles.
Desde Cúcuta se llevó una retroexcavadora con martillo percusor para demoler las rocas ya que en Ocaña no había disponibilidad de ese tipo de máquina.
Los alcaldes que integran la provincia de Ocaña manifiestan que las vías terciarias y secundarias están afectadas por las constantes precipitaciones y esperan la ayuda del gobierno ya que muchos campesinos no han podido sacar los productos agrícolas hacia las plazas de mercado.
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La situación más crítica la vive el mandatario de La Playa de Belén, Íder Humberto Álvarez García, quien mantiene la declaratoria de calamidad pública para canalizar ayudas a los afectados.
Lluvias afectan región de Pamplona
En los municipios de la provincia de Pamplona se empieza a sentir el rigor de la segunda temporada de lluvias de 2020.Las mayores emergencias se registran en Pamplonita en donde los productores agropecuarios han perdido cultivos, reses, puente hamacas y animales de corrales.
El alcalde Samuel Mejía dijo que hay daños en vías rurales en especial la que comunican con la vereda El Páramo. En las veredas Tulantá, Buenos Aires y el Rincón de los Caballos hay deslizamientos de tierra y árboles sobre las carreteras.
En total son más de 100 familias damnificadas por las lluvias.
Chitagá y Cácota
El alcalde Jorge Rojas precisó que la mayor preocupación en estos momentos es sobre el sector de Puente Real en donde se unen los ríos Chitagá y Cáraba. Allí en caso de seguir los aguaceros podrían afectar el paso elevado histórico y el dragado que se realizó en el cauce.
“El agua también daño las carreteras y estamos a punto de quedar incomunicados”, sostuvo.
En Cácota los aguaceros ocasionaron el cierre por derrumbes de las vías que van a las veredas Curpaguá y El Hato de la Virgen. En la carretera principal se presentan derrumbes y pérdidas en plantaciones de duraznos a lo largo del río Chitagá.
