Hay desafíos a la seguridad de las comunidades que viven en zonas de conflicto, según los entes.
La Misión de la ONU y la Conferencia Episcopal resaltaron el compromiso de las partes en el mecanismo para lograr el cumplimiento de los protocolos al suspender las acciones ofensivas y lograr evitar los incidentes armados entre la Fuerza Pública y el Eln, lo cual ha sido uno de los propósitos del cese el fuego.
“Aunque en varias regiones del país la población ha sentido cierto alivio humanitario que genera la suspensión de dichas acciones, hay desafíos a la seguridad de las comunidades que viven en zonas de conflicto, como los incidentes de violencia en Tumaco, en octubre, donde varios campesinos fueron asesinados. Resulta preocupante la situación en Chocó donde se produjo el homicidio del gobernador y líder indígena Aulio Isarama Forastero, hecho que el Eln reconoció”.
Para la ONU y el Episcopado es alarmante la tensa situación en zonas rurales del Catatumbo; norte del Cauca y Buenaventura, ante lo cual hacen un llamado a las partes a hacer todos los esfuerzos posibles para evitar incidentes que pongan en riesgo a las comunidades de esos sitios.