Aunque la decisión de despejar el espacio público podría acarrear tutelas a la alcaldía de Villa del Rosario, el mandatario Pepe Ruiz afirmó que está preparado para ello, pues “si no tomamos acciones, se nos convierte en otra Sexta”.

Por eso, desde esta semana se han efectuado operaciones de la Policía para mantener despejada la zona peatonal en inmediaciones a la autopista internacional.

Aunque el flujo de personas es por miles, las carretas y ventas de perecederos ya no está allí, pero sí se trasladó a un área paralela, cerca a la vía antigua hacia San Antonio del Táchira, pero se espera ir mejorando las condiciones con la presencia constante de las autoridades, pues no hay vuelta atrás.

“Me estuvo escribiendo una señora de derechos humanos diciendo que no permitiría que el espacio público en La Parada se recuperara, pero ese es un tema institucional”, dijo.

Pese a ello, también recibió comentarios favorables de los comerciantes “que dan todo el apoyo”, porque el espacio público se había convertido en letrina, pero ya mejoraron las ventas, e incluso ayer se identificó a un extorsionista “que fue puesto a buen recaudo”, señaló Ruiz.

Aunque hay una mejoría general, para los inmigrantes la situación sí es compleja.

“Hasta el domingo se pudo trabajar”, dijo Adrían Lugo, ingeniero mecánico venezolano de Puerto Cabello que se dedicaba a la venta de manzanas, de las que podía obtener hasta 300 mil pesos diarios, pero sin posibilidad de ocupar un andén, se dedicó a vender colombinas, y en el primer día de venta hizo 42 mil pesos.

Por su parte, Doris Ibarra, empleada de uno de los establecimientos del sector, criticó que se hubiese sacado a los vendedores, pues teme que ahora aumenten los robos.

“Uno tiene que tener mucha necesidad para pararse horas al sol, y no hay derecho a sacarlos. Eso era cuestión de organizar y comprometerlos a que limpiaran”, agregó.