La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Periodismo comunitario: otra cara del Catatumbo

11 emisoras comunitarias funcionan en la zona.

Cada quien corre su riesgo para contar una noticia”, afirma Miguel Ángel Santiago, locutor de Teurama Estéreo sobre lo que es ejercer el periodismo en el Catatumbo.

Tal vez por eso varios de los comunicadores de la zona procuran blindar la profesión con dos elementos: pasión y visión, esta última, para advertir que allí hay mucho más que enfrentamientos y el verde de las montañas es más que la coca, que empaña la perspectiva de quienes visitan la zona.

Y aunque es innegable que los medios de comunicación que allí funcionan han sido objeto de presiones por parte de las guerrillas o, en su momento, los paramilitares, hasta el momento han cumplido la misión de informar a la gente sobre lo que allí acontece, lo que dejó de hacer el Estado y las oportunidades de la región con sus liderazgos comunales.

En su mayoría, son las emisoras comunitarias las que llevan la batuta informativa y están atentas a temas culturales, deportivos, religiosos que catalogan como gratificantes, pero en lo judicial y de orden público, es diferente, ya que son hechos difíciles de difundir.

En Teurama Estéreo, por ejemplo, en 2003 se difundieron algunos hechos violentos “y en 30 minutos llegaron cuatro tipos, nos recogieron y nos sacaron, y eso hace que uno se cohíba de contar esas noticias”, relata Santiago.

Por esto, los ocasionales homicidios no hacen parte de la agenda, aunque casos como el del atentado al oleoducto Caño Limón-Coveñas en El Carmen se aborda desde los efectos ambientales y socioeconómicos.

“Uno sabe que los oyentes necesitan la información, y no es que nos hayan censurado, pero en las experiencias con el tema paramilitar, uno queda como marcado…”, agrega Santiago.

Las emisoras suelen descentralizarse para mayor interacción.

Seguir, siempre seguir

En Convención tampoco se salvaron de la violencia, pues de hecho el párroco Vicente Rozo Bayona, creador de la emisora Manantial Stereo, fue asesinado por el ELN, que tiempo después lamentó “la muerte accidental por un error de inteligencia” de este, el sacerdote Jesús Emilio Mora y dos civiles más en un ataque directo.

“Nos preguntamos: ¿parar o seguir?”, recuerda Fernando Javier Jaramillo, locutor de la emisora convencionista, para quien la respuesta fue continuar.

“No negamos que hay problemas de orden público, pero no son la base ni de la gente ni de la emisora”, asegura. “Cuando se trata de esos temas, sabemos que la comunidad está al tanto y rechaza lo que ocurre, pero destacamos el objetivo de salir adelante”.

En el caso de Convención, no ha sido fácil sacudirse de un dramático hecho que marcó la imagen del municipio y enlodó la verdad cuando el soldado Edward Ávila pisó una mina antipersonal.

“El soldado no estaba construyendo nada y cuando pisó la mina estaba casi dos kilómetros delante de los arreglos del parque infantil, pero no les creyeron a los medios locales”, cuenta.

Desde entonces el lema es uno: si afuera publican una mala noticia, ellos publican 10 de la comunidad.

“Cuando han ocurrido casos de violencia se evita generar pánico innecesario, y aunque hay zozobra, siempre se rescata el espíritu convencionista”, dice.

En El Tarra, la racha de violencia también hastió a los comunicadores, entre los que se destacan José Bisney Durán y Jainer David Pérez, quienes tienen la meta de destacar la belleza del municipio, sus zonas turísticas y la imagen de un sector opacado por lo poco que, dicen, ven los grandes medios.

Además, han generado redes de apoyo y actualmente Pérez trabaja en un proyecto de un documental de 15 episodios en asocio con Tentación Estéreo y Noticias Catatumbo, impulsando la tendencia #YoAmoElTarra.

Serafín Vega, director de la Emisora comunitaria Café Estéreo, en San Calixto, resalta nunca haber tenido inconvenientes por relatar los hechos que ocurren, y dice que en la región el día a día mediático se convirtió en un aporte a la comunidad.

“Nuestro principal tema, ahora, es la tecnificación de la tierra y la productividad”, dice el hombre que comenzó en Teorama y lleva 16 años dedicado al oficio, en una apertura constante de los micrófonos a la administración municipal, concejo, comunales y cuanta iglesia quiera hablar.

En su mayoría, los periodistas buscan sitios de potencial turístico, para motivar otros intereses sobre la región.

El aprendizaje

Difundir información porque sí, no es suficiente para los comunicadores del Catatumbo.

Por eso, participan en encuentros comunitarios, capacitaciones como las realizadas por Consejo de Redacción sobre narrar la paz, o con Radar (red de emisoras comunitarias de Norte de Santander) y Resander (red de emisoras de Santander).

Uno de los mayores retos fue contar la paz, pero también situaciones complejas como el paro del Catatumbo, el reciente paro de docentes, y las transmisiones con un gran enlace sobre lo que acontecía en la jornada del plebiscito.

En suma, cuentan que su interés es la gente, sus realidades, sus historias, sin imitar medios comerciales que aún no dan suficiente oportunidad a asociaciones, agremiaciones, jóvenes, quienes exponen sus intereses e inquietudes, por “pura pasión”.

“Ni el gerente ni el equipo recibe sueldo”, comenta Jaramillo sobre esta situación que se repite en cada lugar, pero no es penosa, “Solo nos beneficiamos con el sentido de pertenencia para ser una voz amiga del Catatumbo, con la que todos puedan identificar valores, se haga veeduría con mucho profesionalismo y un amor inmenso por esta tierra”.

Image
Helena Sánchez
Sábado, 15 de Julio de 2017
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día