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Polémica por construcción de centro para inmigrantes y colombianos

Las instalaciones se edifican en el sector Villa Antigua de Villa del Rosario.

La construcción de un centro para migrantes y población vulnerable en el barrio Villa Antigua, en el municipio de Villa del Rosario, abrió un polémico debate entre quienes apoyan el proyecto y otros que se oponen. 

La sociedad Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, una congregación de asistencia social, presente en 80 países del mundo con 45 centros de capacitación especial, emprendió la edificación del establecimiento para capacitar a migrantes venezolanos y colombianos.

Con la pandemia de la COVID-19 se incrementaron las necesidades de los ciudadanos del vecino país y la organización católica cree oportuno acelerar  la habilitación de este espacio para ofrecer una ayuda que va más allá de la simple atención alimenticia.

El objetivo es formar hombres y mujeres en diferentes artes y oficios con la finalidad de incluirlos en el campo laboral.  

Para lograr esta meta, la comunidad Scalabrini en  Norte de Santander adquirió con recursos propios un terreno de 10.469,37 metros cuadrados, en el lote 1 del barrio La Parada, que formaba parte de la hacienda Santa Rosa, el 4 de marzo de 2019, según señala el documento de compra-venta, certificado por la Notaría Cuarta de Cúcuta.

La licencia de urbanismo y construcción, expedida por la subsecretaría de Control Urbano de la Alcaldía de Villa del Rosario, número 54874-0-019-0350, indica que el proyecto ha sido denominado “centro refugio”, el cual tendrá tres pisos. Contará con bloques de habitaciones para mujeres y hombres y área de talleres.

El padre Flor María Rigoni, director de las obras sociales de los Misioneros de Scalabrinis en Colombia, Ecuador y Venezuela, con 35 años de experiencia, enfatizó que el proyecto en Villa del Rosario “no es un albergue de paso”.

Mencionó que además de la asistencia de comida, hospedaje por unos días, consultas con médicos, psicólogos y asesoría legal, quieren que reciban una capacitación junto con un permiso formal, posiblemente temporal.

El sacerdote piensa convertir a Cúcuta y Villa del Rosario en un punto gravitacional de inversión internacional,  que no sea solo comercio informal. “Pensamos darles a los migrantes la posibilidad de quedarse uno o dos meses, por eso queremos que acepten de entrada una capacitación amplia de escuela que les dé un diplomado”, expresó Rigoni.

Por su parte, el padre Angelo Plodari, tesorero provincial de los Scalabrinis, señaló que las capacitaciones serían reconocidas por la Secretaria de Educación, SENA, y otros tendrían carácter internacional, especialmente en el ámbito de la digitalización y computación por parte de Microsoft y Cisco Systems. 

Vecinos en desacuerdo
 
Fredy Pinillos, quien vive en el referido barrio desde hace 25 años, manifestó que el centro para migrantes “está en el lugar equivocado”, como lo indican los artículos 85 y 86 de la Resolución 1500 de 2012 del Plan Especial de Manejo y Protección del Ministerio de Cultura, referentes a la clasificación de los usos de los espacios establecidos y permitidos.

“Es aquí donde se manifiesta que es competencia del Ministerio de Cultura el uso de estos espacios, además cabe recordar que ante la masacre patrimonial que venía cometiendo la secretaría de Control Urbano, el ministerio -mediante resolución 0625 de 2016- le quitó la potestad de otorgamiento de licencias. Tampoco está contemplado dentro de los parámetros de vivienda la construcción de refugios”, dijo Pinillos.

Cuestionó también que la resolución 54874-0-19-0350 del 27 de diciembre del 2019 emitida por la Subsecretaría de Control Urbano de Villa del Rosario da como dirección de la obra lote 1, en el barrio La Parada y el ministerio de Cultura, mediante Resolución 3696 del 20 de diciembre del 2019, especifica como lugar de ubicación la carrera 8, número 1E – 165, Barrio Villa Antigua.

“Nos engañaron con el cambio de la dirección para distraer las demandas de las personas, para evadir la socialización que nunca se dio”, sostuvo Pinillos. 

Pinillos señala que ante estas “anomalías” se debe presentar una acción de nulidad  ante el Consejo de Estado porque en la resolución emitida por el Ministerio de Cultura le despoja  la competencia a Control Urbano y debe asumir la responsabilidad de preservar los espacios de interés histórico. 

A juicio del habitante, con la presencia de los migrantes en el parque Gran Colombiano se perderá el corredor turístico y los impuestos del floreciente comercio en esa zona. 

Marta Garay, gerente del centro de atención a la tercera edad Revivir, que colinda a 89 metros del centro para migrantes, sostuvo que en la zona histórica de Villa del Rosario no existe población vulnerable que atender.

“Un refugio para inmigrantes va a traer una enorme cantidad de personas en busca de ayuda y eso es importar violencia y problemas hacia una comunidad de paz.  El refugio debe construirse en La Parada, donde se concentra la problemática”, expresó Garay. 

(En el corazón del centro histórico de Villa del Rosario se ubicará el centro de atención para los migrantes y población vulnerable.)

Indicó que interpusieron una acción de tutela solicitando al Juzgado de Villa del Rosario y Los Patios amparar los derechos a la salud, protección de los adultos mayores y el debido proceso ya que nunca fue socializado con la comunidad. Sin embargo, no han recibido respuesta. 

Otros vecinos recalcaron que no se oponen al proyecto, sino a su ubicación ya que contraviene todo lo logrado y establecido por ser un espacio histórico para la región. 

‘Todos ganamos’
 
El padre Rigoni dice desconocer las razones por las que se oponen al centro de capacitación. Enfatizó que con el proyecto “todos ganamos”, ayudando al prójimo y generando inversión económica en la región.

Resaltó que hacerlo refugio o albergue de paso sería añadir un anillo más a un círculo vicioso que no permitirían.

(La sociedad Misioneros de San Carlos Scalabrinianos afirmó que el establecimiento no será albergue de paso para los migrantes venezolanos. )

El padre  Plodari destacó que las dificultades han sido la oposición de los vecinos,  quienes alegan que no pueden construirse edificaciones de cinco pisos  y la Alcaldía decidió por un tiempo paralizar la obra. Sin embargo, la sociedad consiguió que los trabajos continuaran.

Plodari explicó que con el avance del urbanismo, las direcciones cambian y es por eso que “el mismo lote” adquiere otra enumeración,  y precisamente Corpatrimonio pidió la certificación de nomenclatura dentro del proceso de solicitud de autorización del Plan Especial de Manejo y Protección para la construcción.

Un equipo de La Opinión visitó el lugar y constató que los trabajos siguen.  Se estimaba su culminación para diciembre de 2020. 

José Luengo | jose.luengo@laopinion.com.co

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Sábado, 25 de Julio de 2020
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