"La minería nos ha hecho más daño que la guerra, por eso queremos que los jóvenes sean agricultores y no mineros, porque el futuro de Colombia está en el campo”, dijo Olga Jaimes, líder de la vereda San Roque, ubicada en la zona rural de Sardinata, en donde la población empieza a disfrutar de los beneficios de ser un territorio en paz.
Jaimes ha vivido por más de 46 años en la vereda, es una mujer emprendedora que ha logrado salir adelante con su familia compuesta por siete hijos. Su predio Campo Alegre es trabajado con un proyecto piscícola, ganadería y cultivos de cacao y maíz.
En 1994, Jaimes compró el terreno por solo 800.000 pesos y en 1996 sacó el título de la propiedad con el extinto Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (Incora). El predio tiene 16 hectáreas y 7.500 metros que fueron trabajados por la mujer porque todo estaba lleno de rastrojo, resultado de las siembra de yuca y arroz.
El terreno tiene capacidad para alojar aproximadamente 22 casas, las cuales serán donadas a la comunidad por parte de Jaimes, quien está a la espera del desenglobe de las escrituras por parte de la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
Para llegar a esta vereda, la cual fue desalojada por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2003, hay que cruzar una trocha de aproximadamente una hora, el estado de la vía es deplorable, lo que complica la salida de los productos de los agricultores locales.
En las montañas que rodean a San Roque hay minas de carbón y un oleoducto de gas, el Cerro de La Vieja es un tesoro natural que está siendo explotado. Jaimes advirtió que estas empresas no generan ingresos ni desarrollo para la vereda, por lo que fue con la ayuda de dos entidades que han creado unidades productivas para atender a la población.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Undoc), ha trabajo programas post-erradicación de cultivos ilícitos con la comunidad local, mientras el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) ayudó en la creación de la Asociación Cerro La vieja (Asocevi).
Con Asocevi se crearon cinco unidades productivas, administradas por los habitantes de la comunidad con productos como maíz, huevos, pollos, harina de plátano, lácteos, arepas y ganado.
La vereda, que tuvo aproximadamente 400 habitantes antes del desalojo de las AUC, ahora tiene 550, el renacimiento ha estado jalonado por la tenacidad de su gente y el trabajo en equipo de la comunidad.
A pesar de las pocas posibilidades de ingresos en la zona, las personas están en contra de la minería. “Vamos a proteger el Cerro La Vieja, porque es un patrimonio histórico del municipio y es nuestra única fuente de agua”, agregó Jaimes.
Olga Jaimes, líder de la vereda San Roque.
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Impulso para el futuro
Según el director del Centro Educativo San Roque, Manuel Rivera, en su institución hay 112 niños, pero sumando las sedes de Rubí, La Popa, Santa Bárbara y La Rugosa, son 214 niños y jóvenes de la zona quienes estudian desde preescolar hasta noveno.
Estos niños no vivieron la difícil época de la violencia en la vereda, son hijos del renovado San Roque y a pesar de que muchos no ven un futuro en el campo, ese es uno de los énfasis que se viene trabajando en la zona.
Las instalaciones del colegio están en grave estado, la poca inversión que se puede realizar por parte de los encargados, aunado a la ilegalidad del predio, el cual no está titulado, hacen que no existan recursos para arreglar el techo que gotea y el resto de la deteriorada infraestructura.
Jaimes dijo que uno de los pedidos que le hacen a la ANT es que les permitan recibir los títulos tanto del colegio como del puesto de salud, que fue abandonado en el 2003 y aún no ha vuelto a funcionar.
Nuevas oportunidades
Durante el taller ‘Construyendo País’, liderado por el Presidente de la República, Iván Duque, el ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, y la Directora General de la Agencia Nacional de Tierras, Myriam Carolina Martínez Cárdenas, entregaron 35 títulos de propiedad, 30 para Sardinata y 5 para Gramalote; la gestión beneficiará a 140 habitantes de la zona rural.
La directora de la ANT sostuvo que gracias a estos títulos las familias campesinas podrán acceder a créditos bancarios, postularse a proyectos de vivienda, heredar y blindar jurídicamente sus predios.
“Esto es pensar en el futuro del campo con legalidad, equidad y emprendimiento”, sostuvo Martínez, y agregó que “darle al campesino la posibilidad de que luego de muchos años de espera, por fin tenga en sus manos el título que lo acredita como dueño de su tierra, contribuye a reducir la brecha social en el campo, al tiempo que motiva a las nuevas generaciones a que construyan su fututo en estos predios”.
La directora de la ANT señaló que la entrega de títulos es la forma de completar el trabajo que desde diferentes entidades se viene haciendo en la zona para darle una oportunidad de comenzar dentro de la legalidad a los habitantes de la vereda.
Martínez informó que la entidad viene trabajando junto a la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) para acompañar más proyectos productivos en la zona. Según las cifras de la ANT, en los procesos de sustitución que han liderado hay un 0% de reincidencia en cultivos.
Sin embargo, la zona del Catatumbo sigue siendo compleja para la entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, pues según Martínez, los problemas de orden público evitan que puedan llegar a algunas partes del territorio.
La Agencia Nacional de Tierras ha intervenido en 34 municipios de Norte de Santander. Al corte de 2018, han formalizado 997 predios con un área de 7.256 hectáreas en beneficio de 996 familias campesinas.
En cifras
-63 kilómetros para llegar a la vereda desde Cúcuta.
-12 kilómetros de vía destapada, los cuales se cruzan en una hora y media.
-58 familias hacen parte de Asocevi.
