La intensa sequía que azota a Colombia desde hace año y medio, ha dejado consecuencias funestas para los ríos y los de Norte de Santander no han sido la excepción. El Pamplonita perdió su poderío y al paso por Cúcuta, luce lánguido y por su cauce corren aguas contaminadas.
Prueba de ello son los olores fétidos y la blanquecina espuma que se posa en piedras. Ese estado, deplorable, es consecuencia del atropello que por décadas han tenido los habitantes de los 10 municipios que forman la cuenca.
Unido a las descargas de aguas negras de Pamplona y de Cúcuta, a los derrames de petróleo de junio de 2007 y de diciembre de 2011, a la erosión y degradación del suelo, a la pérdida de cobertura vegetal y biodiversidad, al vertimiento de agroquímicos y a las captaciones ilegales; está el fenómeno El Niño, que terminó por secarlo.
Sin embargo, la sequía es la época oportuna para intervenir el Pamplonita, preparándolo para cuando regresen las lluvias y se eviten emergencias por inundaciones de consolidarse un fenómeno La Niña. (Ver gráfico)
De acuerdo con las proyecciones del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), las lluvias se empezarían a sentir con más fuerza en el segundo semestre de este año. Si La Niña logra consolidarse, su impacto se sentiría en el primer semestre de 2017.
¿Cómo prevenir?
El hidrólogo Gustavo Carrillo, quien oficia como docente de la Universidad Francisco de Paula Santander y ha estudiado el río Pamplonita, afirma que tres son las tareas que deben ejecutarse para prevenir emergencias.
En primer lugar debe hacerse un recorrido por la parte alta y media de la cuenca, limpiando el cauce y dejándolo libre de escombros y de maleza.
“Al volver las lluvias la creciente arrasa todo a su paso y se generan represamientos, que desencadenan en inundaciones”.
Así, en Cúcuta hay una alta probabilidad de inundaciones, de no retirarse la maleza que ha crecido en el cauce del río. Desde los puentes que conectan al oriente con el occidente se observan árboles de hasta dos metros de altura y el río quedó reducido a menos de cuatro metros.
Carrillo recordó que en abril de 2011, durante la procesión del Viernes Santo, se registró en Pamplona una inundación por el desbordamiento del río, como consecuencia de un represamiento por troncos, maleza y lodo. “Es mejor prevenir que corregir y esa debe ser la consigna”.
En segundo lugar está el acelerar las obras de estabilidad de vías y de taludes que se cumplen a lo largo del río. En verano es más fácil que los trabajadores ingresen al cauce y ejecuten los trabajos.
“En la vía entre Cúcuta-Pamplona y en la variante a Chinácota, pueden acelerarse las obras de estabilidad de taludes, para que al volver el invierno no colapsen las intervenciones y con ello se pierdan millonarias inversiones”.
El especialista Carrillo referencia que en tercer lugar está la limpieza de alcantarillas y de sistemas de desagües en los cascos urbanos por donde pasa el río, evitando el colapso por represamientos.
Adicional a ello está la revisión de los diques desarenadores construidos al paso del río por Cúcuta para disminuir la pendiente y controlar la fuerza del agua. “Hay que revisarlos, limpiarlos y de acuerdo con su estado, reforzarlos con rocas y concreto”.
¿Qué se ha hecho?
La Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), está trabajando de acuerdo con lo consignado en la Ley 1523 de 2012 -política de atención de desastres- y teniendo en cuenta la experiencia vivida en 2010-2011, cuando se registraron estragos por el fuerte invierno.
Al paso del río por Cúcuta, en un tramo de ocho kilómetros, se priorizaron los puntos críticos. Así, se han construido 1.600 metros de protección en las márgenes del río, consistentes en enrocados con piedra caliza, que por su alta densidad no son arrastradas con facilidad por la corriente.
Esas obras se ejecutaron en convenio con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo. Actualmente y en alianza con Ecopetrol se están interviniendo 700 metros más, aguas arriba de los puentes Jorge Gaitán Durán y Elías M. Soto.
A la par de ese trabajo están los sistemas de alerta temprana y la habilitación de estaciones meteorológicas para que los ciudadanos puedan acceder a datos en tiempo real sobre las variaciones en el clima y hacer pronósticos para no verse afectados.
Dicho proyecto se ha ejecutado en alianza con la Universidad de Pamplona y la información de las estaciones puede conocerse ingresando a la página: www.satnortedesantander.org.
Hasta ahora, no se conoce de un plan para eliminar la maleza que ha arropado el 90 por ciento del cauce del Pamplonita, por parte de Corponor.
Esta semana, tras el aguacero que cayó el jueves, la empresa Aguas Kpital anunció una jornada de limpieza de la red de alcantarillado y de los sistemas de desagües, para evitar inundaciones por la alta sedimentación.
