En un hecho sin precedentes en la historia de Ocaña, una perrita con una cuchilla enterrada en el dorsal llegó hasta la sección de urgencias del hospital regional Emiro Quintero Cañizares. La escena fue observada por el celador de turno que se sorprendió al ver al animal.

Era la medianoche y la canina víctima de la intolerancia de los humanos, había llegado al centro asistencial, ladraba y hacía movimientos con los que parecía pedir ayuda. 

En ese momento, el celador al percatarse de la situación llamó a las enfermeras, que no podían creer tanta nobleza del animal, pues no dejó de mover su cola en señal de agradecimiento.

Sin importar que no fuera un humano y en medio de la admiración, tomaron al animal, lo acostaron en una camilla y llamaron a los médicos de turno quienes procedieron a canalizar, estabilizar el sistema cardiaco y remitir hacia la clínica veterinaria de San Agustín, al animal herido.   

No había tiempo que perder, los integrantes de la fundación Huellas de la Calle se apersonaron de la situación y lograron la remisión donde el médico veterinario Carlos Alberto Bayona, en las horas de la madrugada. Al llegar a la veterinaria se le hizo una intervención quirúrgica para extraer la cuchilla y posteriormente se le suturó la herida. Ahora la perrita se encuentra fuera de peligro.

Las autoridades por su parte, emprendieron una investigación para determinar quién era el responsable de ese hecho aberrante. Aseguraron que se examinarán las cámaras de seguridad instaladas sobre la avenida Francisco Fernández de Contreras y los barrios cercanos al hospital para dar con la identidad del agresor. "La idea es determinar quién es el culpable, pues el código establece una sanción que va de tres y cinco años de cárcel", aseguraron.

Según la ley esa persona puede incluso ir a la cárcel por maltrato animal. La autoridad en Ocaña dijo que la perrita, a la que ahora llaman “Milagros”, corrió con suerte al llegar hasta el hospital donde salvaron su vida.

El cirujano de los animales 

En esta historia surge un héroe de carne y hueso, el médico veterinario Carlos Alberto Bayona Bayona de la Clínica de San Agustín, quien ha salvado a muchos animales heridos durante balaceras o caídos en campos minados.

“Esta canina llegó al hospital de Ocaña con un cuchillo clavado en un costado de su cuerpo como buscando quién la ayudara. Gracias a las personas de buen corazón fue canalizada y llevada hasta la veterinaria donde recibió la atención para salvarle la vida. Este es un compañero fiel que sin importar lo hagas o digas siempre te va a saludar moviendo la cola, por eso no entendemos como hay personas que cometen esos actos”, indicó el profesional.

Los interesados pueden acercarse a hacer donaciones a las Fundaciones plaquitas con amor, Huellas de la Calle o a la misma veterinaria para ayudar a la perrita apuñalada.

“Tenía un cuchillo incrustado en la parte de la costilla más o menos de unas 14 pulgadas con toda la parte metálica en el cuerpo.  De inmediato se ingresó a cirugía, la canalizamos y esta mañana le hicimos una laparotomía exploratoria. La buena noticia es que no tiene comprometidos los órganos vitales. En estos momentos ya se encuentra en recuperación, bajo observación médica y está con sus respectivos líquidos antibióticos, analgésicos y la gente ha atendido el llamado", recalcó.

La perrita presentaba la puñalada en un costado, solo  alcanzó a lacerar parte de los músculos intercostales, por eso pensamos en un hemotórax, pero  únicamente entre costillas y la piel no alcanzó a afectar la cavidad abdominal y torácica. Revisamos músculos internos y estaba todo en buenas condiciones, recalcó.

Resalta el papel de las fundaciones protectoras de animales e indica que este tipo de acciones demenciales no tienen nombre y merecen un castigo ejemplar. "Esa persona que hizo esto con un animal lo puede hacer con un humano sin compasión".