Isidora Guerrero llevaba siete años esperando para volver a vivir a Gramalote, pero nunca perdió la esperanza en que este sueño sería una realidad.

El viernes, con una enorme sonrisa en su rostro, recibió las llaves de su nuevo hogar y prometió pasar este 24 y 31 de diciembre junto a sus antiguos vecinos, los que conoce de toda la vida.

La idea es devolverse de Cúcuta lo más rápido posible. Para ganarse la vida hará lo mismo que hacía antes de que el pueblo se derrumbara en 2010: fabricar tamales, actividad que no dejó de ejercer en la capital del departamento, en donde los clientes aumentaron, lo que la obligó a convertirse -junto con su hija- en una microempresaria del sector culinario.

Esta mujer de 72 años y su esposo, que quiere retomar su negocio como vendedor de carne en la plaza de mercado, fueron una de las seis familias que ayer recibieron las llaves de su hogar en el nuevo Gramalote.

Hasta el momento el Fondo de Adaptación ha entregado 321 viviendas de las 1.007 prometidas. Iván Mustafá Durán, gerente de la entidad, indicó que la meta es llegar a 700 casas antes del próximo 15 de diciembre y completar el 100 por ciento a más tardar en mayo de 2018.

En la entrega de las viviendas, liderada por el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, también estaba Luz Mila Gutiérrez, otra de las afectadas, que hoy se dedica a limpiar las casas terminadas para que sean entregadas impecables a los nuevos dueños.

El trabajo lo hace con gusto. Tiene un contrato, las casas le parecen muy bonitas y sobre todo, sabe que dentro de poco le darán la suya. Ya la conoce, sabe que está terminada y posiblemente ella misma le hará aseo para que le den las llaves de forma oficial. En ese momento hará como si nada, como si todo fuese una sorpresa.