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Vendieron en Cenabastos primera cosecha de proyecto de sustitución de coca

Este proyecto de la Gobernación de Norte de Santander resultó exitoso en solo 5 meses.

La confianza y certeza en que la sustitución de coca es posible en la región, en poco tiempo, por fin se consolidó con la primera venta de las cosechas de fríjol y pimentón del proyecto Paz Catatumbo, que sustituyó 15 hectáreas de coca.

Así lo dio a conocer Luis Fernando Niño, secretario departamental de Víctimas, paz y posconflicto y coordinador de la iniciativa, quien reveló que la alianza que se estableció con Acodres, la fundación social de Cenabastos, y los supermercados Betel, permitió vender la primera producción de este proyecto.

En total, 15 hectáreas de productos llegarán a Cúcuta, y beneficiarán 40 familias de las veredas El Diviso, El Silencio, La 40 (corregimiento La Gabarra), y Caño Indio, en Tibú, este último con las familias campesinas que están fuera del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación.

Adicionalmente, se tienen solicitudes de otras 120 familias que anhelan formar parte de la propuesta.

“Aun así, quedamos cortos ante la solicitud hecha por Cenabastos que vende 26 mil toneladas de alimentos”, relató Niño. “Quedó por resolver la pregunta de cada cuánto se podrán sacar los productos, y ahora tenemos que tecnificar para ampliar las hectáreas producidas”.

Para ello, se solicitó apoyo con maquinarias (tractores y sistemas de riego) a Usaid y la embajada de Suecia.

Adicionalmente, se pidió ayuda a la empresa Ecopetrol con reservorios, aunque Cenabastos ya se comprometió a apoyar la construcción de cinco reservorios en la zona, debido a que actualmente se atraviesa una temporada seca que afecta principalmente al pimentón, que requiere más cantidad de agua.

Para destacar

El proyecto Paz Catatumbo se inició en octubre del año anterior con una inversión de la secretaría de Víctimas de 300 millones de pesos que, hoy en día, dejará un resultado considerable para los campesinos, en materia social y económica.

Según el secretario, el precio del fríjol está en 3.200 pesos por kilo, valor que para los productores es favorable.

Además, “una hectárea puede costar 12 millones de pesos que tienen una rentabilidad del 50 por ciento”.

Así, quedan 6 millones de pesos para la familia y 6 millones más, para vover a sembrar. 

En la próxima siembra, se recibirán 9 millones de pesos para la familia y 3 millones, para volver a sembrar.

A medida que se avance  en el proceso productivo, se tendrán más hectáreas y mayor productividad.

“Mientras el precio se mantenga así como la demanda, el proyecto será altamente productivo”, comentó Niño.

El funcionario destacó especialmente el compromiso de las comunidades que, para este caso, pertenecen a las juntas de acción comunal y la asociación Caño Indio Productivo.

“Hemos querido descentralizar el proceso, no con las grandes organizaciones sociales que hay en los territorios sino con otras”, expresó. “Los campesinos están decididos a dejar el cultivo de coca por cultivos lícitos”.

También recordó que, en principio, las confianzas mutuas estaban resquebrajadas, porque las comunidades campesinas no creían en el gobierno, mientras este último desconfiaba de la voluntad en dejar de sembrar coca.

“Hoy, todos estamos creyendo, y ahora necesitamos inversión de la banca privada, de los empresarios, de las organizaciones internacionales”, dijo, para consolidar un proyecto al que también se unirán cultivadores de yuca y piña, de La Gabarra, los mismos cultivos que dejó en marcha hace dos años Henry Pérez, el desaparecido líder de esta zona del Catatumbo.

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Martes, 20 de Febrero de 2018
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