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Vías de Sardinata y Toledo son un dolor de cabeza
Los vehículos se quedan atollados en la carretera.
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Lunes, 19 de Junio de 2017

Sardinata y Toledo, dos pueblos estratégicos para el transporte de carga, productos agrícolas, mineros y viajeros siguen pendientes de obras viales definitivas, que acaben con las complicadas condiciones de sus carreteras.

Prueba de ello, los registros fotográficos de campesinos y transportadores, pero también las interminables horas que deben pasar para salir de atolladeros y derrumbes.

En el corredor Sardinata-Las Mercedes, el transporte de carbón es la principal recarga para el carreteable, por la gran cantidad de minas legales e ilegales en el territorio.

Clemente Jaimes, habitante de Las Mercedes, asegura que por lo menos pasan por allí 60 volquetas a diario y, aunque son fuente de empleo, se han convertido en la mayor causa de afectación vial.

Además, los compromisos incumplidos hacen parte del listado de quejas de los campesinos, quienes llevan años pidiendo únicamente que la vía sea transitable.

“Allá está todo pendiente, porque no se ha cumplido nada de lo que nos prometieron”, dice Jaimes. “Estamos desde la administración anterior haciendo gestión en la Gobernación y nos han dicho que van a enviar máquinas y  recursos, que en un mes comienzan, o que en 15 días, pero nunca nos han cumplido”.

Para ellos, la condición de las vías es caótica, “sin obras de arte, en una carretera que debería ser de dos horas de camino, pero se gastan hasta cinco”, y algunos viajeros deben dormir en la carretera, por la imposibilidad de llegar a sus destinos con facilidad.

Por otro lado, está la vía La Soberanía, que si bien recibe inversión del Estado y actualmente ostenta 22 kilómetros de pavimento, aún tiene puntos críticos que urgen llegar a su fin en poco tiempo, con trabajos que actualmente realiza el Invías.

Sin embargo, sus males han sido muchos en especial por los “enredos administrativos”, según relata Jesús Vergel, director territorial del Invías.

“Si una sola institución pública tiene limitaciones en contratación y ejecución, un convenio con cuatro instituciones públicas es aún más enredado”, dice, a propósito del contrato en ejecuta el Ejército, desde 2009 con 121 mil millones de pesos.

La ejecución de obras también ha sido minada por extorsiones a los contratistas, sumadas a la incansable lluvia, presente todo el año.

Pese a ello, Vergel reconoce la urgencia de terminar proyectos como el puente de la quebrada El Oro, para acabar con las casi infinitas dificultades de 150 kilómetros.

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