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Acné: si tus padres lo padecieron es probable que tú también lo padezcas

El acné es un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas. 

A menudo, ocasiona la aparición de comedones, puntos negros o granos, y suele aparecer en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros. El acné es más frecuente en los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades.

Hay tratamientos efectivos, pero el acné puede ser persistente. Los granos y erupciones sanan lentamente, y cuando uno empieza a desaparecer, otros parecen aflorar.

Según su gravedad, el acné puede causar angustia emocional y dejar cicatrices en la piel. Cuanto antes inicies el tratamiento, menor será tu riesgo de padecer esos problemas.

Síntomas: varían según la intensidad del trastorno:

•    Comedones cerrados (poros tapados)
•    Comedones abiertos (poros abiertos)
•    Irregularidades sensibles rojas y pequeñas (pápulas)
•    Granos (pústulas) que son pápulas con pus en la punta
•    Bultos grandes, sólidos y dolorosos que están debajo de la superficie de la piel (nódulos)
•    Bultos dolorosos, llenos de pus que están debajo de la superficie de la piel (lesiones císticas)

Cuándo consultar al médico

Si los remedios de cuidado personal no pueden eliminar el acné, consulta con tu médico o dermatólogo. El médico puede prescribirte medicamentos más fuertes. Si el acné persiste o es grave, busca tratamiento con un médico que se especialice en la piel (dermatólogo).

En muchas mujeres, el acné puede persistir por décadas, con exacerbaciones frecuentes una semana antes del período menstrual. Este tipo de acné suele desaparecer sin tratamiento en mujeres que usan anticonceptivos.

En adultos mayores, la aparición repentina de acné grave puede indicar la presencia de una enfermedad preexistente que requiera atención médica.

La Administración de Alimentos y Medicamentos advierte que algunos limpiadores faciales, lociones para el acné y otros productos para la piel de venta libre muy utilizados pueden causar una reacción grave. Este tipo de reacción no es común, así que no la confundas con el enrojecimiento, la irritación o la picazón cuando te has aplicado medicamentos o productos.

Busca asistencia médica de emergencia si, después de usar un producto para la piel, experimentas lo siguiente:

•    Debilidad
•    Dificultad para respirar
•    Hinchazón de los ojos, la cara, los labios o la lengua
•    Rigidez en la garganta

Causas. Hay cuatro factores principales que causan el acné:

•    Producción excesiva de grasa
•    Obstrucción de los folículos pilosos con grasa y células cutáneas muertas
•    Bacterias
•    Exceso de actividad de un tipo de hormonas (andrógenos)

El acné habitualmente se presenta en el rostro, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros, porque en estas zonas de la piel se encuentra la mayor parte de las glándulas que producen grasa (glándulas sebáceas). Los folículos pilosos están conectados a las glándulas sebáceas.

La pared del folículo puede sobresalir y producir un comedón abierto. O el tapón puede estar abierto a la superficie y entonces oscurecerse, lo que produce un comedón cerrado. Una espinilla negra puede parecer suciedad metida en los poros. Pero, en realidad, el poro está lleno de bacterias y grasa, entonces se oscurece cuando se expone al aire.

Los granos son puntos rojos que sobresalen, con un centro blanco que se forma cuando los folículos pilosos bloqueados se inflaman o se infectan con bacterias. 

Las obstrucciones y la inflamación que se producen en lo profundo de los folículos pilosos forman protuberancias similares a quistes debajo de la superficie de la piel. Por lo general, otros poros de la piel, que son las aberturas de las glándulas sudoríparas, no están relacionados con el acné.

Mitos sobre el acné

Alimentos con alto contenido graso. Comer alimentos con alto contenido graso tiene muy poca o ninguna incidencia sobre el acné. 

Sin embargo, trabajar en un ambiente con concentración de grasa, como en una cocina con freidoras, incide sobre el acné, porque el aceite se puede pegar a la piel y obstruir los folículos pilosos. Esto irrita la piel más aún, o favorece el acné.

Higiene. La suciedad de la piel no causa el acné. De hecho, frotar la piel con demasiada fuerza o limpiarla con jabones ásperos o con químicos la irrita y empeora.

Cosméticos. Los cosméticos no siempre empeoran el acné, especialmente si usas maquillaje sin aceite que no obstruya los poros (no comedogénicos) y te quitas el maquillaje con regularidad. Los cosméticos que no contienen aceite no interfieren en la efectividad de los medicamentos contra el acné.

Factores de riesgo

Edad. El acné puede presentarse en personas de cualquier edad, pero es más frecuente en los adolescentes.

Cambios hormonales. Estos cambios son frecuentes en los adolescentes, mujeres y niñas, y en personas que toman determinados medicamentos, incluso los que contienen corticoesteroides, andrógenos o litio.

Antecedentes familiares. La genética interviene en el acné. Si tus padres padecieron acné, es probable que tú también lo padezcas.

Sustancias grasosas o aceitosas. Es posible que padezcas acné cuando tu piel entre en contacto con lociones y cremas aceitosas, o con grasa en un área de trabajo como una cocina con freidoras.

Fricción o presión en la piel. Esto puede ser causado por elementos como teléfonos, teléfonos celulares, cascos, cuellos ajustados y mochilas.

Estrés. El estrés no causa acné, pero puede emporarlo si ya lo padeces.

Con información de Mayo Clinic
 

Viernes, 22 de Enero de 2021
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