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Bicicletas, alternativa en el Táchira ante la crisis y falta de combustible

Tras la pandemia, se ha fomentando el paso de carros y autobuses a las bicicletas en muchas ciudades del mundo.

La crisis por la escasez de gasolina dificulta cada vez más el uso de automóviles en el estado Táchira (Venezuela). Pero, quienes tienen a disposición sus bicicletas no dudan en pedalear para llegar a su destino, hacer las compras diarias e incluso turistear con amigos o en familia.

“Comencé hace poco andando solo pequeños paseos cerca de casa y luego cada vez más lejos. Ahora, a veces salgo en grupo y hacemos paseos largos a Capacho o Peribeca”, cuenta Gerson Escalante, uno de los muchos jóvenes estudiantes que han tomado esta opción como medio de transporte.

“Pasaba dos y tres días en colas para surtir de gasolina el vehículo y a veces ni siquiera lo lograba. Entonces, comencé a ir en bicicleta a todos lados, además es mejor para el medio ambiente ya que no emite gases contaminantes”, dijo.

Asegura que cada día hay más jóvenes comprando bicicletas, arreglándolas, e incluso hay quienes las alquila como Marcos González, quien se instala en el empalme a Quinimarí, en San Cristóbal, para alquilar bicicletas a todo el que lo desee.

González las alquila por dos horas, sin que ello sea obstáculo para que quien se las lleve pueda disfrutar del paseo por más tiempo. El único requisito es dejar como garantía su cédula de identidad y regresar antes de las 8:00 de la noche; hora en que recoge las bicicletas para volver a casa.

“Dale que no viene carro” es una expresión muy venezolana que sirve de nombre a este emprendimiento, que cuenta con varios puntos en la capital tachirense y se encuentra en planes de expandirse próximamente a la vecina población de Táriba.

Junto al puesto de alquiler de González han prosperado también otras iniciativas de negocios ambulantes. Ventas de repuestos y accesorios para bicicletas, ropa para ciclistas, coco frío para la hidratación, y algunos lugares de comida rápida.

 

Es muy común ver bicicletas por las carreteras de la ciudad.

En la capital tachirense y en las carreteras se pueden ver grupos de personas de todo tipo de clase social, andando en bicicleta / Fotos Cortesía.

 

Resistencia, fortaleza y creatividad

Yorelis Acosta, sicóloga clínica y social e investigadora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), afirma que lo que en otras ciudades pudiera ser un comportamiento que tiene que ser estimulado por el Estado, para fomentar hábitos saludables; en el caso venezolano es una muestra de resistencia, fortaleza, creatividad, aceptación y resiliencia.

“Usar la bicicleta como alternativa del ejercicio es un comportamiento que se apoya en grandes capacidades del ser humano, pero a la vez mejora nuestra salud, mejora nuestros hábitos, nos permite disfrutar la ciudad desde otro punto de vista y además le resta espacio a comportamientos negativos poco saludables y que son muy frecuentes en la mayoría de las personas como la ansiedad y la depresión”, explicó.

Según la experta, todo comportamiento sicológico conlleva también una respuesta fisiológica y en el caso del estrés, la ansiedad y la depresión son activaciones muy negativas (taquicardia, dificultad para respirar, problemas digestivos, mareos, temblores, etc…) y una de las indicaciones siempre es hacer una actividad positiva. La bicicleta es una de las respuestas más completas.

“Uno como sicólogo ve en la consulta cada vez mayor cantidad de casos de ansiedad, de estrés debido al encierro, a las secuelas de la COVID-19, a la situación general del país y la principal recomendación es que la persona tenga una actividad física complementaria, si es posible diaria”, recomienda la profesional.

Este tipo de prácticas –afirma- contribuyen no sólo a mejorar la salud, sino que brindan resistencia física, fortaleza emocional y le quitan espacio a comportamientos como la ansiedad, el estrés, la angustia, las fobias, las preocupaciones excesivas, “así que podemos decir que es una respuesta doblemente positiva”, apuntó.

En la capital tachirense y en las carreteras se pueden ver grupos de mujeres, niños, personas de todo tipo de clase social, andando en bicicleta, bien por recreación, como deporte o simplemente para hacer las compras o ir al trabajo.

Pedalear por la ruta, en contacto con la naturaleza, libera el estrés.

Pedalear por la ruta, en contacto con la naturaleza, libera el estrés.

 

Algunas experiencias

“Pedalear solo por la vía me da una indescriptible sensación de libertad que valoro más que nunca luego de los primeros meses de encierro durante la pandemia”. Así describe Douglas Castañeda la experiencia de haberse convertido en ciclista tras las restricciones impuestas para evitar la propagación de la COVID-19 en marzo del 2020.

Asegura que su nuevo hobby, pronto se convirtió en parte de su rutina diaria y hoy en día es parte de su vida, “no pasa un día sin que vaya en mi bicicleta a recorrer la ciudad, y los fines de semana me aventuro más lejos. Nunca repito una ruta, el paseo es parte de la diversidad que intento darle a mi vida”.

Gustavo Azócar, periodista y profesor universitario retirado, se acercó a la bicicleta por razones de salud, aunque coincidencialmente también tras el inicio de la pandemia. Este hombre retomó una bicicleta vieja, olvidada por sus hijos años atrás, y con gran esmero la puso a tono, salió a la ruta y ya no dejó de hacerlo. 

Según Azócar, la bicicleta también le funciona como terapia ante la crisis tan compleja que atraviesa Venezuela y en especial, como alternativa ante la escasez de gasolina que agobia al estado Táchira más que al resto del país. “En estos tiempos de pandemia la bicicleta es como un antiestrés excelente”.

Pedro Miranda, entrenador deportivo y ciclista empírico recuerda que en esta región, la pasión por la bicicleta nace con la Vuelta al Táchira.

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Eilyn Cardozo
Domingo, 13 de Junio de 2021
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