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Tecnología
Kaspi, la fintech kazaja que bate récords y conjura la pandemia
La aplicación es líder de los sistemas de pago digital y el comercio en línea, en Kazajistán.
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AFP
AFP
Domingo, 22 de Noviembre de 2020

Los kazajos utilizan Kaspi para pagar sus facturas, devolver el cambio y recibir ayudas financieras del gobierno en medio de la pandemia. El éxito de esta empresa tecnofinanciera es inédito en el país y va más allá de sus fronteras.

Kaspi.kz, líder de los sistemas de pago digital y el comercio en línea en Kazajistán, se ha convertido en el grupo con mayor capitalización del país, avaluado en 6.500 millones de dólares (5.570 millones de euros) a su entrada en la Bolsa de Londres, en octubre.

Tras fracasar en un primer intento en 2019, Kaspi constituye la segunda entrada más importante en el parqué de la 'City' desde comienzos del año.

Entre sus inversores se encuentran Goldman Sachs y Baring Vostok, fondo occidental especializado en el espacio pos-soviético, artífice de la entrada récord de Yandex en el índice Nasdaq estadounidense, en 2011.

La actual pandemia ha provocado la explosión del e-comercio en todo el mundo, beneficiando al grupo que aceleró su crecimiento.

"Creemos que contamos con mucho espacio para continuar creciendo...", señaló a la AFP el CEO de Kaspi, Mijáil Lomtadze. 

Este georgiano, graduado en la Escuela de Negocios de Harvard, recibe a sus invitados en jeans y el cuello de su camisa abierto. 

"Somos los pioneros de la digitalización en el país", afirma el empresario de 45 años, señalando que salvo China, donde sus sistemas de pago online Alipay y WeChat son omnipresentes, pocos países han visto revolucionar las costumbres de pago como Kazajistán.

Empujado por la pandemia

La crisis sanitaria afecta duramente a Kazajstán, la mayor economía de Asia central, cuyo PIB anual se prevé disminuirá este año por primera vez en dos décadas.

Por el contrario, Kaspi ha visto aumentar su volumen de usuarios en un 70% durante el primer semestre de 2020, alcanzando a 8 millones sobre una población de 19 millones de habitantes.

Este grupo empezó siendo un banco en la exrepública soviética para luego expandirse a los pagos entre particulares y el e-comercio. 

Pese al confinamiento que redujo los viajes en marzo y abril, todo un ejército de repartidores de Kaspi continuó recorriendo el país, brindando apoyo vital a las empresas cerradas, que venden sus productos en la plataforma. 

La aplicación también fue vector de más del 60% de los montos pagados por el gobierno a los ciudadanos con subsidios. 

"En estos momentos difíciles nos hemos vuelto todavía más importantes", se enorgullece Lomtadze.

"Todos 'adictos'"

En el centro de la capital, hasta los músicos callejeros afichan su número de Kaspi como alternativa al 'cash', y los taxistas la utilizan devolver el cambio a sus pasajeros. 

Jibek, una estudiante de 21 años, señaló a la AFP que apenas una mañana sin la aplicación, que utiliza desde hace un año, se vuelve difícil. "Es muy práctica", afirma, para el pago de facturas, por ejemplo, "todo Kazajistán es 'adicto'". 

Un corte de pocas horas, dos semanas tras su sensacional entrada en la Bolsa londinense, provocó una ola de reacciones en las redes sociales. Los internautas bromeaban con un regreso a la prehistoria. 

No obstante, en 2014 la situación no parecía favorable: una repentina caída de la divisa nacional, el tenge, provocó temores de que los bancos quebrasen.

Para tranquilizar a sus clientes, Lomtadze y Viacheslav Kim, compañero suyo en Harvard y socio en Kaspi, visitaron las sucursales del banco, comenta el analista financiero Tulegen Askarov. 

"Cuando los propietarios de los bancos hablan con sus clientes que confían su dinero, lo más probable es que se hagan una mejor idea de cómo debe ser su negocio", señala.

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