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Soy orgullosamente colombo-venezolano: Nicolás Montero
El artista le ha dicho no a la política, prefiere seguir actuando.
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Celmira Figueroa
Celmira Figueroa
Miércoles, 16 de Septiembre de 2015

La actuación lo absorbe. Pero no ha sido excusa para comprometerse con  causas sociales y campañas tendientes a proteger los páramos y a rescatar la memoria histórica nacional. Nicolás Francisco Montero Domínguez no es un simple actor que se limita a recitar libretos. Rompe con los estereotipos y aplica, en parte, lo que su condición de antropólogo le dicta.

 

En Colombia es catalogado como el Mejor Actor, no solo por los premios que acumula, sino por la caracterización que le imprime a cada personaje que encarna. Aunque su modestia  deja que todas  esas  flores resbalen, atina a comparar su trabajo con el de los futbolistas: “depende en el año  y el proyecto en que estés”, pero “sí trato de tener una carrera consistente posible”.   

No es el galán tradicional, pero ha protagonizado series, novelas, sin ser en la mayoría de los casos, el bueno de la película.

Uno de los papeles que quedó en la retina de los televidentes fue el del inmolado candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, que lo hizo merecedor del  Premio TV y Novelas. Esa ‘reencarnación’ confundió a una señora que trabajó como ‘extra’,  quien se le acercó y le dijo:  Doctor Galán no se deje matar, porque si lo matan nos lleva el putas. “Y fue como tener una premonición. A Galán lo mataron y  efectivamente  el  putas nos llevó.   

También lo recuerdan  por   ‘Julián Quintana’ en Hombres,  ‘Pedro’ en la Hipocondriaca y ‘Nicolás’ en Sueños y Espejo con el ganó el Premio Simón Bolívar. 

Campañas sociales

Su imagen ha servido para abanderar campañas y ha estado al servicio del Bienestar Familiar y de la organización no gubernamental  ‘Aldeas Infantiles’. Pero está entusiasmado con Greenpeace donde se ha vinculado con el propósito de llamar la atención para proteger a los amenazados páramos. “Porque si acabamos  nuestros páramos estamos acabando nuestras fuentes de agua”.

También saca tiempo para contribuir a rescatar el centro de memoria histórica nacional y advierte que “no existe memoria porque  no hay justicia. Y una condición para que haya  la injusticia es que no haya memoria. Un país debe tener una justicia sólida, es necesario para entendernos: Qué pasó, como pasó, quienes lo hicieron, por qué dejamos que pasara. Lo que no podemos seguir es escudándonos en la ignorancia”.

Colombo-venezolano

Llegó a Cúcuta a participar de la Fiesta del Libro, precisamente cuando empezó el éxodo de deportados desde Venezuela. Y se mostró triste por esa situación, pero a pesar de todo advirtió que “soy orgullosamente colombo-venezolano”. Y tiene motivo suficiente para hacer tal afirmación. Su esposa Coraima Torres es la afamada actriz venezolana que protagonizó Casandra y que conquistó, hace 20 años, su corazón. “Así no tenga mi pasaporte venezolano, tengo una familia en Venezuela que adoro”.  Coraima dice “que nos enamoramos después de: “corten”, en la serie ‘Sueños y espejos”. Ha sido una  buena combinación “parecida a la costeña con cachaco. Es divertido encontrarse con tonos diferentes, que al mismo tiempo han creado pequeños desencuentros: nosotros hablamos más suaves y somos más malgeniados adentro. Los venezolanos son más extrovertidos y menos rencorosos. Pero todo eso es el encanto de conocerse”.

Han trabajado juntos en teatro ‘Pequeños crímenes conyugales’ y  ‘Cartas de amor’,  pero dejó claro que  no existe competencia. Ella terminó la temporada ‘Granujas’ y él, ‘Entretelón’ con el Teatro Nacional.

De esa unión existe un hijo y solo ha hecho un papel en una película, pero aún no ha definido ser actor.

¿Candidato?

La faceta poco conocida es la de la política, “entendida como un servicio público”. Y desde esa arista encontró  que lo único nuevo que ha pasado en los últimos 50 años en Colombia ha sido la cultura ciudadana, que lidera el exalcalde de Bogotá y excandidato presidencial  Antanas Mockus, “persona que fue capaz de entender que Bogotá no solo es una cantidad de edificio. Creo que el hombre del futuro debería ser eso: un ser que sea capaz de ser un creador y que su creación esté al servicio de todos”. Desde ese punto de vista siempre le ha interesado la política. “Más en Colombia donde hay tanto por hacer, tantas inequidades, tanta corrupción, tanta mala política. Creo sistemáticamente que  hay que dignificar el servicio público”.

Mockus le ha propuesto en muchas ocasiones aspirar a una curul al Senado, pero no le parece sano porque ha cultivado una imagen más popular en  la actuación, pero siempre estará presto a contribuir con la causa.

Un recorrido por sus actuaciones

¿Qué le recuerda Momposina?

Un magnífico libreto escrito por Bernardo Romero. Fue mi entrada a la televisión y  me abrió muchas puertas.

¿Ha tenido cerca una hipocondriaca?

Es posible, pero es mejor no decirlo. Aunque Coraima siempre dice que me creo médico.

¿Cuántas equivocaciones?

No tengo ni idea, pero deben ser infinitas.

¿Tres hombres?

Mi hijo, mi abuelo y Antanas (Mockus).

¿Tres mujeres? 

Coraima, mi mamá, mi amiga Mónica Agudelo y me tomo la licencia para mencionar a María Fernanda Acosta.

¿Cómo anda su diástole y sístole?

Jaaa…No tengo idea.  Mi corazón, siempre buscando y con los sobresaltos naturales.

¿Ha sido actor de algún conflicto?

De muchos conflictos. A veces soy ‘peletas’, pero tiendo a ser pasional con los temas que me interesa.

¿Un acto de fe?

Ser colombiano.

¿Una operación en que haya estado en jaque?

El teatro siempre está en jaque.

¿Tendría una novia para dos?

Uno nunca debe decir de esta agua no beberé. Quién sabe si uno las ha compartido.

¿Hijo de un mariachi?

No, de una mujer que se reinventa, que ha tenido los negocios que ha querido, los sueños cumplidos.

¿Ha conocido alguna novia de la mafia?

A lo mejor  sí, pero sin saberlo.

¿Amor a la plancha o del bueno?

Del bueno y si acaso hacemos la plancha.

¿Cómo la prefiere: costeña o cachaca?

Ya tomé una decisión: venezolana, pero no demerita a las cachacas.

¿En qué momento ha sido informante?

Informante sí, más no sapo.

¿Un hombre sin límites?

No lo pienso mucho.

¿Ha tenido citas a ciegas?

No, no he tenido citas a ciegas, salvo la obra que dirigí.

¿Cuál sería la tierra de diversiones?

Depende. Cuando era estudiante me encantaba viajar. Ahora, la sala de ensayo y estudios de grabaciones se convierten en tierra de diversiones.

¿En qué circunstancias ha hecho de Fiscal?

Es difícil de ser fiscal, se necesita  mucha valentía. Creo que he sido un poco fiscalizador.

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