La Asamblea Constituyente de Venezuela cumple un año de gestión durante el cual ayudó a perpetuar al presidente Nicolás Maduro y a neutralizar a la oposición, sin que se conozcan avances sobre su principal objetivo: una nueva Carta Magna.
Con su legitimidad en duda por la forma en que fue elegido, este órgano oficialista opera como un suprapoder que convoca elecciones, destituye funcionarios y dicta decretos-ley.
¿Cuál es el balance y hacia dónde apunta esta instancia de la hegemonía chavista?
Paz a la fuerza
Su instalación el 4 de agosto de 2017, calmó las agitadas aguas. Maduro enfrentaba cuatro meses de protestas opositoras que exigían su salida y dejaron 125 muertos y cientos de heridos y de presos.
Alegando que la Constituyente instauraría una dictadura comunista, la dirigencia opositora quemó las naves para evitar su elección, pero fracasó y sus bases abandonaron las calles decepcionadas.
“Con la Constituyente triunfó la paz”, repite Maduro, que recuperó así la iniciativa política pese a un enorme rechazo popular.
La primera decisión de los asambleístas fue destituir a la fiscal Luisa Ortega, quien se había apartado del oficialismo tras acusar a Maduro de un quiebre constitucional.
Oposición aplastada
La Constituyente también despejó pronto las sospechas de que desplazaría al Legislativo, único poder que controla la oposición. El 18 de agosto asumió las competencias para legislar. La oposición lo denunció como un golpe de Estado.
Aprovechando las divisiones en la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y tras fracasar una negociación entre ésta y el gobierno, la Constituyente adelantó las elecciones presidenciales, el 20 de mayo. Maduro logró un segundo período hasta 2025. Su reelección es desconocida por gran parte de la comunidad internacional.
No está claro si la Constituyente reformará la Carta Magna de 1999 o redactará un nuevo texto, y en todo caso no hay debates públicos sobre temas para elevar a rango constitucional.
El politólogo, Luis Salamanca, cree que una nueva Carta Magna se redacta en secreto. Para él la Constituyente también es un escenario para equilibrar fuerzas en el chavismo y evitar un quiebre que ponga en riesgo a Maduro, en medio de la crisis económica.