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Venezuela
Lluvia de gases en marcha opositora del 1 de Mayo en Venezuela
Miles de opositores se movilizaban en varios sectores de Caracas.
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AFP
AFP
Lunes, 1 de Mayo de 2017

Fuerzas de seguridad de Venezuela lanzan bombas lacrimógenas contra marchas de opositores en Caracas durante una jornada de manifestaciones a favor y en contra del gobierno de Nicolás Maduro en este 1 de Mayo, cuando se cumple un mes de protestas en el país.

Miles de opositores se movilizaban en varios sectores de Caracas para intentar confluir en las sedes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE), en el centro, pero eran dispersados con una lluvia de gases.

Los manifestantes buscaban reagruparse y retomar vías alternas a las bloqueadas por los efectivos de seguridad con barreras metálicas y camiones antimotines. Grupos de jóvenes encapuchados les lanzaban piedras. "Libertad", gritaban.

En los choques, registrados sobre todo en el oeste de Caracas, un diputado resultó herido en la cabeza. Otras protestas opositoras, que exigen elecciones generales, también ocurrían en ciudades del interior del país.

"Estoy en pie de lucha hasta que Maduro se vaya. Esto es una dictadura disfrazada", declaró a AFP Matilde Rodríguez, de 67 años, habitante del popular barrio Petare (este), en la Plaza Altamira, feudo opositor.

En víspera del Día del Trabajador, Maduro, quien era esperado en la concentración chavista en la céntrica Plaza Bolívar, aumentó el ingreso mínimo mensual -salario básico y bono alimentario- a 200.000 bolívares (280 dólares a la tasa oficial más alta y 50 dólares en el mercado paralelo).

"Eso nos ayuda a paliar esta situación que estamos viviendo por la guerra económica de la derecha. Estamos marchando en apoyo a Maduro y a la revolución", dijo a AFP Edmundo Marcano, de 55 años, quien se vistió de rojo para la marcha.

La oposición afirma que el reajuste salarial muestra "el desastre del manejo económico", y que la crisis se resolverá cuando salga del poder Maduro, cuya gestión, que termina en enero de 2019, rechazan siete de cada diez venezolanos, según encuestas privadas.

El país con las mayores reservas petroleras del planeta sufre una severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación, la más alta del mundo, que el FMI cifra en 720% para 2017.

La "emboscada" de abril

Las protestas estallaron el 1 de abril luego de que el TSJ se adjudicara las funciones del Parlamento. Aunque echó atrás por una fuerte presión internacional, las protestas continúan y han traído a la memoria las manifestaciones de 2014, con saldo de 43 muertos.

En un mes, los enfrentamientos entre antimotines y manifestantes, saqueos y tiroteos han dejado 28 muertos y cientos de heridos, de lo que se acusan mutuamente gobierno y oposición.

"Ha sido una verdadera emboscada, una arremetida violenta para caotizar a la sociedad, asaltar el poder político e imponer en Venezuela una contrarrevolución violenta", denunció Maduro.

El mandatario asegura que sus adversarios buscan darle un golpe de Estado y propiciar una intervención extranjera. La oposición lo acusa de instaurar una "dictadura".

Sin vislumbrarse una solución, la oposición promete seguir en la calle hasta lograr un calendario electoral; mientras que Maduro ha pedido a sus seguidores apoyo "para lo que viene". 

"Estoy llamando a un nuevo escenario en Venezuela para acabar con esta situación de golpe continuado y fascista", advirtió Maduro, quien ha asomado la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente.

El jefe parlamentario Julio Borges denunció que esa Constituyente sería elegida "a dedo", lo que se traduciría en la continuación de un golpe de Estado: "Quiere dar un brinco, de una vez, a un sistema tipo Cuba".

Diálogo, pero con condiciones

Buscando bajar la tensión, Maduro reiteró su llamado al diálogo y dijo desear unas elecciones. Pero se refiere a las de gobernadores -que debieron celebrarse en 2016-, descartando un adelanto de las presidenciales de diciembre de 2018.

"No quieren diálogo (...)  Yo respeto las expresiones del papa", expresó el domingo.

El papa Francisco llamó el fin de semana a acabar con la violencia en Venezuela y renovó la oferta de ayudar a un diálogo, pero con "condiciones muy claras", al recordar el fallido proceso que acompañó el Vaticano a fines de 2016.

La oposición reafirmó en una carta su negativa a una negociación "si no hay garantías". 

Ocho países latinoamericanos respaldaron al papa, pidieron negociaciones con "condiciones claras" y liberación de "presos políticos", lo cual fue rechazado por el gobierno como una "injerencia. 

El conflicto ha complicado las relaciones internacionales de Venezuela, que ya inició su retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA), acusándola de impulsar una intervención extranjera. A petición de Caracas, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se reunirá en El Salvador el martes.

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