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Actividades extraescolares: Cómo no frustrar a los niños en el intento

Expertos recomiendan conocer a los niños para saber en qué se destacan.

Muchos padres de familia buscan desarrollar las destrezas de sus hijos a través de diferentes actividades que potencien cualquier talento, ya sea deportes, artes o habilidades cognitivas. Expertos hacen recomendaciones para no frustrar a su hijo.

Es importante entender que cada niño es un individuo único y diferente a todos los demás, inclusive si son de la misma familia. Partiendo de eso, se comprende que cada uno tendrá talentos, habilidades y destrezas distintas.

“Se puede observar dentro de todas las familias, en donde por lo general cada uno de los hijos, así hayan sido criados de la misma manera, tendrán habilidades diferentes”, aseguró María Juliana González, neuropsicóloga escolar de la Universidad Javeriana.

Para la experta, lo más recomendable para saber en qué se destacan nuestros hijos es conocerlos, pasar tiempo de calidad con ellos y observarlos actuar en su vida diaria. Aquellas actividades por las que el niño muestre un gusto especial o aquellas en las que él se desempeñe con facilidad, serán áreas potenciales para desarrollar en ellos.

Sin duda el deporte siempre es una de las actividades fundamentales y favoritas en los niños, pues aparte del acondicionamiento físico, les enseña a los menores disciplina, trabajo en equipo, tolerancia a la frustración, entre muchas otras. Sin embargo, eso no significa que todos se interesen por lo mismo.

“El adulto tiene que ser un buen observador, en especial los papás. Generalmente muchos buscan actividades extracurriculares para tener a los niños ocupados todo el tiempo. Resulta que así como nosotros manejamos tiempos de esparcimiento, los niños también lo hacen”, afirmó Liliana Bohórquez, magister en Educación, licenciada en educación preescolar y docente de la Universidad San Buenaventura de Bogotá.

Según Bohórquez, el aspecto fundamental que se debe tener en cuenta a la hora de escoger la actividad a desempeñar es la decisión del niño. Si no es consensuada, es posible generar problemas emocionales en el menor.

“Definitivamente el niño debe participar de la elección de esa actividad lúdica. Si es impuesto, no vamos a lograr que se desarrolle la habilidad que queremos potenciar por la falta de interés o motivación”, dijo Zaira Olarte, administradora de deportes de Compensar.

“Todos nacemos con las mismas destrezas”

Los primeros años de vida es donde se detecta en el ser humano el tipo de destrezas en las que se puede desempeñar. Dependiendo del estímulo que se tenga en el entorno familiar, podremos percibir los intereses que el niño va desarrollando con el pasar de los años.

“Todos los seres humanos nacemos con todas las habilidades y las destrezas comunes, pero dependiendo del contexto se desarrollan unas más que otras”, asegura Bohórquez.

Para la experta, existen métodos que permiten estimular los sentidos del niño para adquirir algunas habilidades de carácter cognitivas o motoras antes del nacimiento o durante su crecimiento.

Por ejemplo, según la docente universitaria, la estimulación sonora desde el vientre materno podría permitir que el infante desarrolle una habilidad auditiva mejor que la de otros niños y así poder realizar alguna actividad musical con mayor facilidad.

De igual manera, cuando en los primeros meses de vida se estimula el movimiento del cuerpo y las extremidades, es posible que más adelante adquiera destrezas motoras que le permitan destacarse en los deportes.

La natación, por ejemplo, es posible trabajarla con los bebés desde muy temprana edad para mejorar habilidades de coordinación. “Los niños de cuatro o cinco meses están en la capacidad de aguantar la respiración por sí solos y cuando lo metes al agua por instinto nada. Hay que trabajarle al niño desde temprana edad la natación”, afirmó Liliana Bohórquez.

Frustración, el peor enemigo

Para los orientadores, uno de los impedimentos más grandes para que los niños se desempeñen en una actividad extracurricular es la falta de motivación.

“Un niño que no esté motivado hacia una actividad, sin duda alguna no le sacará el mayor provecho, buscará constantemente una disculpa para no realizar la actividad o simplemente generará rechazo hacia ella”, dijo la neuropsicóloga María Juliana González.

Las expertas coinciden en que cuando se le impone a un menor una actividad extracurricular que no quiere, emocionalmente se va a sentir frustrado. Se pierde la posibilidad de que el niño disfrute y potencie habilidades que le van a permitir un mejor desarrollo integral. Eso crea inseguridad y vuelve a los niños introvertidos y malhumorados.

“Es recomendable tener una sola actividad extracurricular y no 50, como lo imponen algunos padres. Muchas veces los papás buscan ciertas actividades, porque ellos no tuvieron la oportunidad de practicarla y eso puede ser muy perjudicial”, concluyó Bohórquez.

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Colprensa
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Domingo, 14 de Enero de 2018
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