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Vida
Asistentes caninos de la discapacidad
Los perros golden y su capacidad para aprender ha cambiado la vida de 30 ciudadanos.
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EFE
Domingo, 28 de Octubre de 2018

El oro en Buenos Aires ya no es macizo, ni brillante, sino de carne y hueso. El pelaje singular de los perros golden y su capacidad para aprender ya ha cambiado la vida de 30 ciudadanos con movilidad reducida o autismo gracias a un intenso entrenamiento de los animales en los rincones del metro.

Arroba es una de las perras de asistencia que, además de recoger objetos del suelo, arropar a sus dueños por la noche, desvestirles, evitar fugas de niños con autismo e inducirles hasta 10 horas de sueño, entre otras tareas, tienen un completo dominio de la vía pública.

Esto se debe al trabajo pionero en América Latina por parte de los entrenadores de perros de la asociación Bocalán y Metrovías, empresa gestora de la red de transporte subterráneo de la ciudad, adiestrando a estos fieles compañeros en las instalaciones del metro.

“Una madre contaba que gracias al perro pudieron volver a tener una vida normal. Antes no podían ir a un cumpleaños o a un restaurante y esto hace que su calidad de vida (de la familia) sea mucho mejor”, cuenta a Efe el director de comunicación de Metrovías, Alejandro Beber.

Entrenarles en el transporte “más complejo” con los obstáculos propios de este medio –escaleras, andenes, ruidos y olores– antes de ser entregados a sus dueños, hace que se puedan manejar en él como si fuera su “segunda casa”, comenta Victoria Cisneros, una de las entrenadoras de Bocalán, pero también les ayuda a desenvolverse frente a barreras similares en otro tipo de instalaciones.

La empresa de transporte detectó que las personas con este tipo de discapacidades y sus familias no podían moverse “libremente” en este medio que transporta cerca de 1,5 millones de personas al día.

Por ello decidieron implementar en 2015, dentro de sus responsabilidades corporativas, este programa de entrenamiento de perros de asistencia, “para que los chicos y sus familias puedan desarrollar una vida lo más normal posible”, explica Beber.

Si los perros tienen una actitud tranquila desde el inicio del entrenamiento, son entrenados para ser acompañantes de personas con movilidad reducida, pero si por el contrario se trata de un perro activo al que le gusta resolver y pensar, tendrá un entrenamiento diferente para acompañar a chicos con autismo o síndrome de Asperger, explica la organización.

En todo caso, el “usuario es el que se adapta al perro y no al contrario”, ya que los animales son entrenados según su naturaleza y dependiendo de qué trabajos les gusta hacer.

“El perro de asistencia (...) lo que va a hacer es dar autonomía en el caso del chico con la silla de ruedas: agarrarle un objeto si se le cae en la calle –la billetera, el celular, las llaves– abrirle una puerta, alcanzarle un objeto de un cajón...”, cuenta Guillermo Patrocchi, otro entrenador, tras mostrar todas las destrezas de Arroba en una de las jornadas de entrenamiento.

Que tu perro te recoja la cartera del suelo o te arrope por la noche puede resultar una “pavada” (tontería), remarca Cisneros, pero para personas con movilidad reducida son actos que les devuelven la autonomía en su día a día.

En casos de autismo, la función principal de los golden y los labradores es “evitar que el menor tenga una fuga” en la vía pública, pero también establecer una conducta de sueño en estos chicos.

“A los chicos les cuesta generalmente dormir solos”, explican los entrenadores, necesitan el “contacto profundo” y por eso suelen dormir con los padres, lo cual suele conllevar problemas conyugales.

De este modo, el perro se entrena para que las diferentes texturas que tiene el animal ayuden al chico a que “paulatinamente” pueda dormir más horas.

Metrovías dio un paso más allá el pasado año en su programa de Responsabilidad Social al animar a sus trabajadores a formar parte del programa de ‘familias de sociabilización’ y acojan por un año a estos dorados cachorritos.

Para que las familias de acogida entreguen a su futuro dueño uno de estos perros de asistencia gratuitos, los usuarios con discapacidad se ponen en contacto con Bocalán y el equipo terapéutico evalúa si este servicio puede mejorar su calidad de vida, ya que como explican “hay casos que son súper extremos”.

Con este programa innovador en América Latina, Metrovías también quiere motivar a otras empresas de transporte e instalaciones comerciales a que implementen esta iniciativa para que los chicos puedan moverse con facilidad con la colaboración de estos compañeros que, nunca mejor dicho, valen más que el oro.

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