La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Vida
Cáncer de mama, entre historia y modernidad
Las mujeres en Colombia con un elevado pudor no permitían el análisis físico de sus cuerpos.
Lunes, 19 de Octubre de 2015

El manejo moderno del cáncer de mama dista mucho de lo que acontecía hasta la primera mitad del siglo XX. Las mujeres en Colombia con un elevado pudor no permitían el análisis físico de sus cuerpos e inclusive su pareja se oponía a que otra persona como el médico pudiera identificar las partes anatómicas de la mujer presuntamente enferma.

Era tanto el sentimiento de pudor que solo la madre conocía de la menarquia de sus hijas y todo aquello que pudiera identificar un periodo menstrual era guardado con gran celo por la madre, inclusive las propias menstruaciones de la mujer mayor eran ocultas.

Para las mujeres en general era poco conocidos los factores de riesgo como los hereditarios, el tipo de mama, la edad de la primera menstruación, la edad del primer embarazo, la menopausia y los contraceptivos orales que apenas se iniciaban.

Las enfermedades como las de mama que no fueran derivadas de los problemas del parto eran tapadas e inclusive a la observación y comentarios de la pareja, sin importar la intimidad.

Era evidente que existía el cáncer y uno de ellos era el cáncer de mama y otro el cáncer de cuello uterino, ambos significaban un problema a veces insoluble para las personas independientemente del grado de cultura que tuvieran y en ello en muchas ocasiones no había diferencia entre las mujeres provenientes del medio rural o el citadino.

En la medida en que se fueron precisando los diagnósticos era necesario tener evidencia anatómica del proceso canceroso y así se evitaba el peligroso saco donde se introducía el término cáncer cuando no era adecuadamente identificado el tipo de patología que tenía la paciente.

Con la expansión de los estudios de anatomía patológica estos llegaron a Manizales a principios de la década de 1950, a partir de allí con la presencia de ginecólogos de escuela y anatomopatólogos se fueron precisando los diagnósticos de tumores y entre ellos el de mama.

Con lo expuesto anteriormente era muy difícil diagnosticar cáncer de mama tempranamente en una paciente porque inclusive la ignorancia de términos médicos, costumbre de la sociedad de ese entonces, era un factor que apartaba un diagnóstico temprano, una terapia adecuada y una probabilidad de recuperación.

La cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y otras terapias químicas, han sido utilizadas a través del tiempo en diferentes combinaciones para lograr la erradicación del tumor y evitar las complicaciones como las metástasis. Sin embargo, cada una de estas tiene una gran variedad de alternativas que solo es posible analizar en presencia del enfermo y de muchos factores que rodean el caso.

El tratamiento del cáncer no es una regla de tres es algo más complejo que debe estar en manos expertas y con un alto sentido del concepto de paciente, cáncer, familia y sociedad.

La ciencia a favor

El tiempo ha ido demostrando a través de rigurosas investigaciones y análisis multifactoriales complejos como unos sistemas de tratamiento deben dar paso a otros más modernos que pretenden conservar en mayor proporción la integridad física de la paciente con el subsecuente mejor estar desde el punto de vista psicológico.

Hoy en día, la palabra cáncer no es sinónimo de muerte irremediable y ello se observa con más énfasis en algunos tipos de cáncer como el de mama.

La genética, la inmunología, la biología molecular y la infectología han venido en ayuda de las pacientes y los médicos para el manejo del cáncer de mama. A ello se debe agregar como las técnicas quirúrgicas han sido desarrolladas a tal extremo que permite momentos quirúrgicos más rápidos, menos drásticos y más fisiológicos.

Es importante agregar como la tecnología ha hecho posible que la radioterapia y la quimioterapia tengan menos grados de agresividad en un paciente con cáncer.

Desde el simple abordaje por un solo médico, para el diagnóstico y manejo del cáncer de mama, se ha pasado al estudio y decisiones colegiadas con referencia al cáncer de mama. Hoy es posible que varios profesionales, médicos o no, puedan enfrentarse a un cáncer en un determinado paciente con el objeto de preservar con dignidad la vida de la paciente y evitar una muerte que en otras condiciones hubiera sido el fin insalvable.

La antigua disputa entre cirujanos y ginecólogos para la cirugía del cáncer de mama ha quedado al margen. La ginecología ha ganado su espacio merecidamente y hoy la ginecología oncológica ha reemplazado a los tradicionales médicos, que hicieron una labor meritoria. Pero la modernidad implica un avance irreversible.

Cáncer masculino

Aunque en los hombres entre el 1 y 2% pueden desarrollar cáncer de mama la mayoría de las fuerzas han estado dirigidas hacia el manejo en las mujeres, pero indudablemente muchas de las consideraciones analizadas pueden ser aplicadas en ellos con la ventaja de la visión diferente que tienen los hombres sobre sus mamas.

Para fortuna de las pacientes hoy existen protocolos exigentes para el manejo de su caso, el cual no puede estar al libre albedrío oportunista de un médico que en cualquier momento pretende romper las férreas disciplinas que deben imperar en el manejo de estos casos.

Casos sociales

El cáncer de mama es un problema que atañe a la mujer, a su familia, a su núcleo social y por qué no decirlo a la sociedad general en donde ella se encuentra. Las mujeres deben ser conscientes cuando tienen la probabilidad de que se les diagnostique un cáncer que tienen derechos a tener lo mejor, más oportuno, y probado científica y técnicamente, sin olvidar su condición de ser humano que imprime carácter en todas las decisiones médicas.

No importa lo que se diga pero es fundamental que las niñas desde antes de la pubertad conozcan de sus mamas, senos, con el fin de que en la medida en que se produzcan alteraciones ellas puedan ser consultadas precozmente. El autoexamen de mama no evita el cáncer, pero si le va a facilitar contactar al personal autorizado, con el fin de recibir instrucción adecuada sus funciones hormonales, desarrollo físico y antecedentes de tipo familiar que la vayan preparando para que permanentemente entienda que el diagnóstico precoz de cáncer de mama es de su competencia y responsabilidad de todos.

*La Patria | Colprensa

Temas del Día