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Cuando los niños quieren ser el centro de la atención en casa
Los pequeños suelen recurrir a las pataletas para tener la atención de sus padres.
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Sábado, 8 de Octubre de 2016

Doctora, mi hijo está insoportable. No hace caso, arma berrinches y pataletas todo el tiempo o vive destrozando todo lo que hay en la casa. Estas son las quejas más frecuentes que recibe la sicóloga  y máster en sicología perinatal y sicopatología infantil, Karem Lorena Galvis Centurión, en su consultorio. 

Ese problema que pone a tambalear a padres, cuidadores y profesores está relacionado principalmente con la falta de atención de los niños, quienes creen que estos comportamientos son los mejores para captar la atención de las personas de su entorno porque siempre le funcionan.

“Cuando el niño comprueba que los papás le prestan mayor atención cuando se portan mal que cuando lo hacen adecuadamente, empiezan los problemas, por lo que este patrón empieza a repetirse”, explica Galvis. “Si en un pleno centro comercial el niño manifiesta su deseo de volver a casa alegando que está cansado de caminar tanto o tiene sueño y sus padres hacen caso omiso de sus peticiones una y otra vez, el pequeño recurrirá a su acostumbrado berrinche para lograr su objetivo”.

Para evitar que esto suceda, Galvis recomienda estar atentos a las peticiones de los niños y negociar sus requerimientos para que no recurran a métodos más extremos para ser escuchados.

Si la pataleta es inminente, la sicóloga recomienda ignorar al pequeño y seguir en las actividades cotidianas para que él entienda que sus lloriqueos no son la mejor manera para ser escuchado.

“A veces cometemos un grave error y los engañamos diciéndole que nos espere un momento y nos olvidamos de que ellos también tienen necesidades y lo vamos relegando. Posteriormente, cuando el niño forma el berrinche queremos que todo acabe con un regaño o un golpe, cuando se pudo evitar esta escena con un poco de diálogo y comprensión”, dice la sicóloga.

El contacto visual y la comunicación verbal es clave a la hora de actuar. Si los padres le hablan al niño con frases cortas y le verbalizan la conducta inadecuada es más eficaz cambiar su comportamiento.

Si el niño ve que la única manera de ser el centro de atención en casa es gritando, llorando, revolcándose en el piso o haciendo algún daño, repetirá esta conducta en el colegio y en otros escenarios que frecuenta sin ningún problema, porque para él esa es la mejor forma de ser tenido en cuenta.

“El tener un hijo es una responsabilidad y un compromiso dialogado. Nunca estamos preparados para ello. No existe un libro de instrucciones pero depende de nuestras pautas de crianza el comportamiento de nuestros hijos”.

¿Cómo detectar esta situación?

Según Galvis esta situación se presenta entre los 3 y 12 años, y los comportamientos varían de acuerdo con las necesidades que el niño necesite suplir, pero todas ellas tienen en común la búsqueda de atención por parte de las personas con las que han establecido sentimientos de apego.

Las pataletas no son el único mecanismo de los niños para llamar la atención. En ocasiones dejan de comer, se muerden o vuelven a orinarse en la cama cuando ya habían superado esta situación.

“En ocasiones, el niño manifiesta su deseo de no querer ir a clases. Esto más que una forma de llamar la atención es una alerta de que algo malo está sucediendo en su entorno”, afirma. “Acá es clave que los padres sepan dónde están sus hijos, con quienes están”.

Otra situación que puede desencadenar estos comportamientos es la llegada de un nuevo hermano a casa. Para un niño no es  fácil la llegada de otro miembro a la familia y más aún cuando requiere de más atención de papá y mamá, y cuando el nuevo integrante es el tema de las conversaciones familiares.

Es indispensable preparar al niño para la llegada de su hermano. Tras el nacimiento, el bebé requiere más atención por lo que los padres deben involucrar al niño en estas primeras etapas para evitar que sienta celos del bebé.

“Permítale que le alcance los pañitos para asear al bebé y esté presente a la hora del baño. Desígnele pequeñas tareas y hágale entender su atención y colaboración es esencial para el óptimo desarrollo de su hermano.

¿Cómo afrontar esta situación?

Demostrarle a los hijos la importancia que tienen en el hogar y estar dispuestos a escucharlos y compartir en familia es clave para evitar conductas inadecuadas. Si los padres comparten regularmente un par de horas con los hijos, juegan con ellos, ven una película y valoran sus opiniones, muy seguramente el niño no sentirá la necesidad de hacer algo extremo para que le pongan atención. 

“Podemos estar físicamente al lado de los niños, pero si no lo estamos emocionalmente esto tendrá un efecto contradictorio”, señala Galvis. “El padre puede decir que pasa todo el domingo con su hijos porque se sienta a su lado mientras habla por celular o termine un trabajo en el computador, no está ganando nada”.

Es vital que los padres propicien espacios de diálogo en casa. Preguntarles cómo van en el colegio, quiénes son sus amigos, qué hicieron en clase, permitirá que se sientan importantes para el núcleo familiar.

Adicionalmente, hay que prestarle atención cuando se está portando adecuadamente, porque el niño entenderá que no debe tener una conducta mala para ser tenido en cuenta. 

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