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Vida
Desnutrición y obesidad infantil, dos extremos peligrosos
En Norte de Santander 1.831 niños presentaron algún tipo de desnutrición y otros 2.211 sobrepeso.
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Jennifer Rincón
Sábado, 11 de Junio de 2016

Ni tanto que queme al santo ni tanto ni poco que no lo alumbre, suelen decir las abuelas para hablar de los extremos de una situación en particular y en cuestiones de nutrición ese adagio popular sí que lo aplica.

Aunque la desnutrición y la obesidad están en lados apuestos, ambas constituyen un problema de salubridad pública. El 13,2% de los niños colombianos padecen desnutrición crónica y otro 30% está en riesgo de desnutrición, según la encuesta nacional de situación nutricional infantil.

Esta misma encuesta revela que uno de cada cinco niños menores de cinco años tiene sobrepeso.

Norte de Santander no se queda atrás. Según cifras del Instituto Departamental de Salud (IDS), en el primer trimestre de 2016, de 9.887 niños entre 0 y 5 valorados nutricionalmente, 1.831 presentaron algún tipo de desnutrición y otros 2.211 sobrepeso. El informe también arrojó que de 6.824 niños entre 6 y 17 años, 601 padecen de desnutrición crónica y 6.824 son obesos.

Esta tendencia nutricional se empieza a marcar desde el momento del nacimiento explica Jorge Botero, pediatra y nutriólogo, al tiempo que asegura que el 35% de los niños colombianos nacen con peso inadecuado, lo que implica una desventaja desde la cuna.

El peso ideal de un niño al nacer es de 3,2 kilogramos y 50 centímetros de talla. Los bebés que nacen con un peso inferior a 2,5 kilogramos tienen un riesgo ocho veces mayor de morir en sus primeros 28 días, agregó Botero.

Haber presentado bajo peso al nacer, ser hijo de una madre adolescente, el consumo insuficiente de alimentos y un entorno económico de pobreza, son las causas más frecuentes de la desnutrición.

La leche materna se convierte en el primer alimento para combatir enfermedades alimenticias, porque contiene una dieta rica en grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales, óptimas para el desarrollo del niño. Los bebés que no lactan tienen mayor riesgo de contraer diabetes y obesidad por el alto consumo de la leche de fórmula.

Cabe destacar que no siempre la desnutrición está asociada a la falta de alimento, también se le atribuye a una dieta inadecuada por el desconocimiento de los padres de qué alimentos son los más adecuados para el óptimo crecimiento y desarrollo de sus hijos.

Vigile el peso de sus hijos

Cuando un niño tiene una talla y un peso inferior a los niños de su edad, la desnutrición empieza a ser visible. Esta situación también se refleja en su bajo rendimiento académico, en la disminución de su actividad física y los trastornos del sueño

Durante sus primeros cuatro meses, los bebés aumentan alrededor de 750 gramos por mes. Los siguientes cuatro meses suben cerca de 550 gramos, y los últimos cuatro meses, antes de cumplir su primer año, suben en promedio 250 gramos por mes.

Igualmente, los cuatro años posteriores debe aumentar un promedio de dos kilos por año. Cualquier aumento o disminución en este peso constituye un síntoma de desnutrición o malnutrición y sobrepeso.

Aunque el diagnóstico de desnutrición generalmente lo da un médico o un pediatra, los padres de familia pueden vigilar el peso y el crecimiento de sus hijos siguiendo la tabla de crecimiento y desarrollo infantil que anteriormente venía impresa en los carnés de vacunación infantil.

Por otro lado, un niño con sobrepeso tiene, además de riesgos físicos, problemas sicológicos porque su peso puede afectar los huesos y articulaciones, ocasionar enfermedades cardiovasculares, diabetes, cansancio, baja autoestima y depresión.

Si no se controla a tiempo el incremento de peso puede sufrir burlas y rechazos que podrían desencadenarle trastornos alimenticios como bulimia y anorexia en la adolescencia.

Según la Asociación Colombiana de Endocrinología, el sobrepeso hace que el niño crezca más rápido y su pubertad sea precoz. Al comienzo se ve alto, pero realmente su estatura será menor a lo esperado al terminar su desarrollo. Un niño obeso tiene mayores probabilidades de convertirse en un adulto obeso.

Una dieta balanceada

La lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad es vital para blindar a los bebés de desnutrición y sobrepeso. Luego, se debe adicionar una dieta rica en vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, entre otros, recomienda Botero.

Los padres deben evitar a toda costa incluir comidas chatarras y demasiada azúcar en el menú de sus hijos, tanto en alimentos que consumen en casa como de los que comen en el colegio, para garantizarles una óptima alimentación.

Dairo Ortega Navarro, nutricionista dietista, recomienda garantizar a los menores de cinco años un menú que le garantice sus requerimientos nutricionales, que de debe ser rico en proteínas, verduras, frutas, lácteos, entre otros.

“Cuando el niño cumple el primer año debe empezar a recibir los mismos alimentos que consume su núcleo familiar y allí está el problema. Las familias colombianas en general suelen combinar más de una harina en su platos, llámese arroz, papa, yuca o pastas”, explica Ortega.

Exceso de harinas

El consumo excesivo de harinas genera energía a base de carbohidratos que no se utiliza por completo y termina acumulándose en el cuerpo,

Dairo Ortega Navarro, nutricionista, asegura que la falta de educación nutricional en las familias es el primer enemigo para una óptima nutrición infantil y puede generar tanto riesgo de desnutrición como de obesidad, porque que los alimentos no llegan en las cantidades adecuadas para cada organismo. Las costumbres alimentarias de la familia influyen en este proceso.

Ortega recomendó fortalecer los hábitos alimentarios y deportivos en los pequeños para blindarse contra la obesidad, eso sí, eliminando todo tipo de frituras, comida de paquete, gaseosas y azucares de su menú.

Aunque todos los organismos tienen requerimientos nutricionales diferentes, recomendó la ingesta diaria de por lo menos cinco porciones de comida para los niños, donde las frutas y las verduras tengan un lugar importante.

La lonchera ideal para Ortega debe tener: un cereal, una fruta entera o en jugo, una galleta y una porción de cuajada o un proteico.

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