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El CrossFit en Cúcuta, una ‘moda’ saludable

Es un sistema de entrenamiento de fuerza y acondiconamiento basado en ejercicios funcionales.

¿Tendencia? ¿Estética? ¿Salud? bajo cualquier argumento los potenciales atletas recurren a los gimnasios con énfasis en el CrossFit.

Mariam Torrado, 21 años, y estudiante de medicina, ingresó al gimnasio motivada por el CrossFit porque lo considera muy completo en cuanto a ejercicios se refiere. Desde hace un mes llega por las tardes a los entrenamientos de fuerza. Empezó con los más livianos y poco a poco ha ido elevando la intensidad supervisada por el entrenador Wilson Ovalles.

Lina Monterroza, 26 años, trabajadora,  desde hace cuatro meses se refugió en el CrossFit porque lo considera muy completo, muy funcional. Pero su prioridad es ‘subir la masa muscular’.

Y un atleta, que no quiso revelar su identidad, tocó las puertas del gimnasio desde hace dos años, porque quería sentirse bien. Atrás dejó la práctica de fútbol con los amigos en las canchas sintéticas y se consagró al CrossFit. Empezó los ejercicios más básicos hasta llegar a los más intensos. Ahora se ha vuelto competitivo. Nunca lo ha hecho por moda, ni por verse bien, sino por sentirse cómodo con todos los músculos de su cuerpo. Califica a ese sistema de entrenamiento ‘integral’. “La diferencia con otros entrenamientos se nota, tanto mental como físicamente”. Entró pesando 85 kilogramos y está en 75, pero ha ganado masa muscular y ha participado en varios campeonatos de carácter municipal como regional.

En los tres gimnasios consultados por La Opinión tienen el sumo cuidado de orientar a la clientela por profesionales desde que llegan a solicitar el servicio de entrenamiento. Primero se les hace las preguntas básicas o de rigor y después la valoriación para saber en qué estado se encuentra la persona y asignarle la zona de entrenamiento. Es decir, la funcional, que es de baja intensidad; musculación, de mediana intensidad y la de CrossFit que es de alta intensidad.

Carlos Alberto Hernández Camargo, licenciado en educación física, técnico en cultura física y con especialización en entrenamiento de alto rendimiento dijo que  en WodFit se trabaja de manera individual teniendo en cuenta la masa muscular o si el atleta tiene lesiones y precisamente ese es el ‘plus’ desde que el proyecto se cristalizó en el 2016. A los tres meses se empiezan a ver los resultados porque el proceso debe ser gradual. Un promedio de un mes en cada fase.

Juan Torres entrenador de CrossFit del gimnasio Sparlife coincide con sus colegas que “todo el mundo está apto para hacer CrossFit”. No importa la edad ni el sexo. No tiene límites. “La mayoría practica este sistema de entrenamiento de fuerza  por salud y estética. Los jóvenes que quieren competir, con edades entre 16 y 32 años, buscan esta clase de ejercicios funcionales”. El que nunca ha entrenado puede empezar una hora y después va aumentando la intensidad.

Christian Orlando Reyes Peña, quien es el gerente y entrenador  de Fábrica de Atletas es el entrenador de la selección de la Universidad de Santander Udes de halterofilia (levantamiento de pesas) y ha competido en los Juegos Nacionales Universitarios. Aclara que en Cúcuta no hay ningún gimnasio avalado por la empresa CrossFit para dictar clases, pero sí entrenadores de nivel 2 como Sebastián Bolívar, Adriana Lamus  y él.

Se apasionó por ese sistema de entrenamiento de fuerza y acondiconamiento basado en ejercicios funcionales y empezó a capacitarse  y en enero del 2016 puso al servicio sus conocimientos.

La cultura del cucuteño es verse bien, pero con el CrossFit la idea es que se sienta bien. Al atleta que ingresa por primera vez se le dan cinco días de cortesía para someterlo a prueba. En el gimensio no existen máquinas “porque la filosofía del CrossFit es que la máquina es el mismo ser humano” y está basado en movimiento de levantamiento de pesas, gimnasia básica y procedimiento de desarrollo cardiovascular y de resistencia aerobia.

Nunca hay mal alumno, siempre hay mal entrenador, porque no utiliza el método adecuado para que los alumnos ejecuten correctamente las tareas”.

En un día se dicta un promedio de diez clases y la idea no es acondicionar al cliente. “Aquí llegan médicos, enfermeras y se acomodan a sus horas libres”.

Los argumentos con los que llegan al gimnasio son muchos, “pero la idea es que el atleta se mentalice, que sea fuerte, resistente, ágil, veloz. La imagen es lo de menos”.

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Celmira Figueroa
Celmira Figueroa
Lunes, 24 de Septiembre de 2018
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