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Vida
¿Le doy los alimentos que quiere o los que necesita?
El programa ‘Creciendo Sanitos’ busca informar a los padres o cuidadores de niños sobre la importancia de la nutrición infantil. 
Viernes, 27 de Diciembre de 2019

Aprendiendo a ser padres por primera vez:

Samuel y Karla tienen bajo su responsabilidad al pequeño Estiven de 8 meses de nacido. Primer hijo. Karla, de 23 años, quien es secretaria, suministra al bebé leche materna desde el nacimiento y espera poder seguir haciéndolo otros 6 meses más. Sin embargo, las ocupaciones laborales no le permiten seguir alimentándolo con la misma periodicidad.  Por otro lado, el padre del niño, de 25 años, es ingeniero industrial, tiene conocimientos básicos de cocina. Sabe preparar arroz, sopa y cocidos; fríe carne, pollo, pescado y hace jugos naturales, pero el gran reto ha sido que el bebé acepte sus comidas. 

Antes del nacimiento del bebé, esta pareja de colombianos calculó un plan para su atención: se dividirían las obligaciones del cuidado del pequeño, a quien por precaución aún no quieren dejar a terceros. Pero nada de lo pensado ha salido como lo planearon. “He tenido problemas con su alimentación. Todo lo que intento prepararle lo escupe o no le gusta al bebé”, dice con preocupación Samuel. Igual dificultad ha tenido su esposa, quien no sabe cuál es la comida adecuada.     

Samuel y Karla saben que una dieta balanceada y nutritiva se compone de frutas, verduras y proteínas; no obstante, no logran ‘conectarse’ con el niño o educarlo correctamente para que coma, por lo que se enfrentan al reto de impedir la malnutrición y para lograrlo deben decidir si le dan al niño lo que quiere o lo que necesita. “Hemos hecho de todo, hasta  llegamos a darle al niño galletas y productos de paquete, así como yogures y dulces, porque es lo único que nos recibe. Buscamos suplementos vitamínicos para bebés sin suspenderle la leche, para que no pierda peso”, dice Karla. 

Según Maricarmen Chacín, pediatra y puericultor, e investigadora de la Universidad Simón Bolívar, este escenario es más frecuente de lo que se cree. “Muchos padres tienen dudas en todo lo relacionado a nutrición infantil y las trasgresiones dietéticas o errores a la hora de alimentar a sus hijos suceden muy a menudo”.

La doctora explica que probablemente por falta de información de una fuente confiable u orientación médica, estos padres pudiesen malnutrir a su hijo sin ser conscientes de ello.

Al revisar un poco la literatura, fuentes como La Unicef, en su último informe titulado ‘Estado Mundial de la Infancia 2019 – Niños, Alimentos y Nutrición –Crecer bien en un mundo de transformación’, dice que “la alimentación que responde a las necesidades del niño –consistente en reconocer las señales de hambre y saciedad de éste y en responder a las mismas en el modo adecuado– ayuda a instaurar unos hábitos alimenticios saludables desde la infancia y a combatir tanto la insuficiencia de peso, como la obesidad infantil”. 

En cuanto a la nutrición, el informe explica que se debe asegurar que se dispone de alimentos saludables.  Generalmente al niño se le debe alimentar en un entorno seguro, cómodo y con pocas distracciones para que coma; atender a las señales de hambre y saciedad; asimismo, reconocer y satisfacer las necesidades de su alimentación de un modo puntual, afectuoso y que sea apropiado para su desarrollo, siendo positivo para mejorar sus hábitos de alimentación. 

Según el estudio, una buena alimentación no solo es la que calma el hambre sino la que garantiza el desarrollo físico y mental de los pequeños. En América Latina y el Caribe 4,8 millones de niños menores de 5 años sufren de retraso en el crecimiento y 0,7 millones de emaciación (peso bajo para la talla) por desnutrición; mientras que en el mundo 149 millones de niños menores de 5 años sufrían de retraso en el crecimiento y casi 50 millones tenían emaciación.

A los niños no se les debe imponer el alimento por la fuerza. “Hay situaciones en las que el cuidador controla y domina la ingesta; otras en la que sea el niño quien controla, o en las que el cuidador ignora al niño. Cuando es el cuidador quien domina la situación, puede que no solo haga caso omiso de las señales de hambre y saciedad que emite el niño, sino que interfiera también con el desarrollo de su autonomía y su independencia”, precisa el reporte de la Unicef. 

Por otro lado, en América el sobrepeso y obesidad siguen representando problemas de salud siendo estudiados por diversos autores y países. En el informe anual de trabajo en conjunto de Unicef/OMS/World Bank Group Joint Child Malnutrition Estimate del año 2019, de niveles y tendencias en la malnutrición infantil reportan las cifras por continente donde toda América posee 5.8 millones de niños con sobrepeso y obesidad.

“Este fenómeno observado sobretodo en Latinoamérica se denomina doble carga de malnutrición, donde tanto la desnutrición como la obesidad infantil coexisten y ha traído consigo nuevos retos para la medicina y las políticas de salud”, asegura Chacín, quien dijo que la alimentación de los niños desde el momento del nacimiento es un reto.

El Instituto Departamental de Salud, informó que con corte a 22 de septiembre de 2019 el reporte de niños menores de 5 años con desnutrición aguda fue de 474 casos.

En Colombia, a pesar de que las cifras de desnutrición infantil han disminuido todavía representan un problema de salud pública, aunado a la obesidad infantil. 

Con respecto a la situación del sobrepeso y obesidad en Colombia, la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en su último informe publicado en 2015 reporta que 6.3% de los niños menores de 5 años tenían exceso de peso. En escolares, el exceso de peso representó 24.4% y en adolescentes, el exceso de peso fue del 17.9%. 

Nutrición en niños, un reto para la salud pública en Norte de Santander 

Desde abril de 2019, con el apoyo de un equipo interdisciplinario de profesionales de la Unisimón, Chacín lideró un estudio exploratorio para conocer el estado de los trastornos del exceso de peso en niños y adolescentes en la ciudad de Cúcuta. Se practicaron 187 encuestas a padres de niños entre los 6 y 16 años. Además, a cada niño y adolescente se les determinó el Índice de Masa Corporal (IMC) para el diagnóstico del estado nutricional, según las tablas de la Organización Mundial de la Salud. 

Los resultados preliminares de dicho estudio, reportaron que la prevalencia de sobrepeso fue de 22.5% y de obesidad del 16,6 %. Además, como dato extra, se obtuvo que el 36,7 % de los niños y el 57,4% de las niñas, presentaron un peso saludable. Concluyéndose, que los datos obtenidos van en concordancia con los datos publicados a nivel nacional. “Llama la atención el porcentaje de niños con sobrepeso, debido a que son la población en mayor riesgo de desarrollar obesidad a corto plazo o en riesgo de hacer una transición a obesidad a corto plazo”, dijo la investigadora. 

Del mismo modo, se creó el programa ‘Creciendo Sanitos’, en el cual, los investigadores han realizado diferentes actividades fomentando la alimentación saludable desde los primeros meses de vida hasta la adolescencia. “Uno de los propósitos del programa es informar a los padres o cuidadores acerca de los factores que dificultan la buena alimentación de sus hijos, qué elementos son indispensables para una alimentación balanceada, así como desmentir mitos asociados a la alimentación”, añadió Chacín.

Recomendaciones: 

La lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida debe ser exclusiva y a libre demanda. 

Si ofrece lactancia artificial, durante los primeros 6 meses de vida debe ser administrada del mismo modo, a libre demanda. 

Nunca las formulas lácteas superaran los beneficios de leche materna, tanto para el niño como para la madre. 

La alimentación complementaria debe iniciarse a los 6 meses de vida.

Los alimentos deben administrarse uno a la vez y, luego de verificar que no existen procesos de alergias, pueden combinarse entre ellos.

Preferir alimentos enteros, o en trozos a los licuados o a las papillas.

Ofrecer alimentos a cualquier edad lo menos procesados posibles.

No debe añadirse a los alimentos de los niños ni sal ni azúcar antes de los dos años de edad.

La alimentación de los niños debe ser variada y colorida.

Sea ejemplo para sus hijos: refuerce hábitos saludables en el hogar, alimentación balanceada y práctica de actividad física regular.

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