Las células madres que los conforman pueden sanar múltiples enfermedades, según el Banco de Células Dentales.
Los dientes de leche no solo le sirven al ‘Ratón Pérez’, quien “paga a los niños” por dejárselos debajo de la almohada para llevárselos, según el mito. Sino que pueden ser de gran ayuda a la humanidad pues ayudan a la regeneración de tejidos como músculo, hepático, pancreático, cardiaco y nervioso.
Esto sucede gracias a las células madres de estas piezas bucales, de acuerdo con Víctor Saadia presidente del Banco de Células Dentales, por lo que con el tratamiento adecuado para su conservación dan solución a serios problemas de salud.
Precisó el especialista que las células madres dentales se obtienen cuando a un niño se le cae o extrae un diente de leche y los científicos las multiplican para transformarlas en células específicas de los tejidos y así lograr la regeneración. Este procedimiento lo realizan en México.
“Estas células pueden cultivarse por años sin mayores problemas y todos los dientes de leche son candidatos para realizar este proceso, incluso jóvenes se pueden utilizar para este proceso”.
Algunos expertos sostienen que para que sea efectivo el uso de estos componentes de los dientes de leche, la fuente de dichas células deber ser compatible con quien las recibe, o sea, que los beneficiarios serían parientes de primer o segundo grado de consanguinidad.
Con tales células se pueden combatir enfermedades como Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple, cáncer, reproducción de piel para quemaduras, lesiones óseas, hepáticas y de la médula espinal.
*Con información de Esmasvida.com y Prensalibre.com