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Obesidad en el embarazo, problema serio

Esta condición aumenta el riesgo de que la madre desarrolle diabetes gestacional, enfermedad cardiovascular y otra afectaciones.

Cuando una mujer queda en embarazo no solo hay que cuidar su peso, sino que lo ideal es comenzar desde antes de estar embarazada para evitar problemas de salud para ella y el bebé.

La obesidad femenina es un problema serio. Se estima que en 2025 el 20% de ellas tendrá obesidad, un tema preocupante en cuanto a su fertilidad y reproducción.

En la asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo pasado se concluyó que es necesario comenzar a actuar desde la niñez para contener la crisis de obesidad durante todo el ciclo vital, siendo importante que la mujer se cuide desde antes de embarazarse.

Eso se concluye de una serie de artículos publicados sobre el tema en la revista The Lancet.

La obesidad incrementa el riesgo de que la madre desarrolle diabetes gestacional, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y otras dolencias. Al bebé puede traerle consecuencias también no solo en su índice de masa corporal, sino en padecimientos como el asma, las alergias, la parálisis cerebral y las deficiencias cardiacas, entre otras.

Hasta ahora las intervenciones para controlar el peso de la madre en embarazo han sido insuficientes, por lo que hay que intervenir desde antes y, además, postparto como preparación para un futuro embarazo, explicaron Mark Hanson y colegas en uno de los artículos.

Pero hacer crecer la conciencia de tener un buen peso antes de embarazarse requerirá de un nuevo enfoque respaldado por un amplio movimiento social.

Los problemas

Los efectos de la obesidad materna tienen consecuencias duraderas, de largo plazo, son un problema de salud pública que se debe atender.

Keith Godfrey y colegas recordaron algunas de las afectaciones del exceso de peso de la madre en la salud del hijo que las evidencias científicas han sugerido hasta ahora.

La obesidad preembarazo y la ganancia alta de peso en la gestación aumentan el riesgo de obesidad en el hijo durante la infancia.

Se encontró un mayor riesgo en la morbilidad y mortalidad del hijo por causas cardiovasculares. Un índice elevado de masa corporal de la mamá aumenta significativamente el riesgo de mortalidad prematura en el bebé por distintas condiciones, una situación que parece independiente del estatus socioeconómico y la edad.

Varios estudios vinculan el exceso de peso de la madre con enfermedad cardiovascular y coronaria, diabetes tipo 2 y derrames en los hijos.

La asociación con la enfermedad coronaria parece darse solo en los machos, mientras el derrame en las hijas.

El riesgo no es uniforme durante toda la gestación. La ganancia de peso en las primeras 14 semanas del embarazo se asocia con mayor adiposidad del hijo hacia los 9 años de edad.

Las primeras fases parecen determinantes también para el mayor riesgo cardiovascular de la descendencia, de donde se deduce que es un periodo crítico que debe ser atendido.

No son las únicas consecuencias. Diversas investigaciones relacionan asimismo la obesidad de la madre con una mayor incidencia de alergias, asma y enfermedades del sistema inmunitario.

Una incidencia no solo por el peso inicial sino por lo ganado en el embarazo, por ejemplo en el caso del asma.

Un tema de cuidado es el desarrollo del sistema inmunitario del bebé. Se ha hallado que aquellos hijos de madres obesas tienen menos células inmunitarias, algo que puede afectar la respuesta a infecciones, vacunas y el desarrollo de desórdenes inmunitarios.

“La obesidad es un factor de riesgo reconocido para infecciones virales severas y en mujeres embarazadas la exposición a una variedad de infecciones como toxoplasmosis, influenza, citomegalovirus y el herpes simple pueden tener consecuencias en el bebé, incluyendo enfermedades cardiometabólicas y neurocomportamentales.

La madre

Lucilla Poston y colegas mostraron que la obesidad reduce la fertilidad y aumenta el tiempo para quedar en embarazo, además las madres obesas tienen mayor riesgo de aborto, de deformidades congénitas en el bebé, de parto prematuro. Y las complicaciones de la fase avanzada incluyen diabetes gestacional y preeclampsia, asociadas con morbilidad postparto, dificultades en el parto mismo y hemorragia posterior.

Queda además la posibilidad de retener peso y de experimentar complicaciones en un próximo embarazo.

Son solo unas posibles complicaciones debido a la obesidad y a la ganancia elevada de peso en la gestación.

Todas estas afectaciones pueden evitarse previniendo la obesidad en mujeres en edad reproductiva, que debería ser una prioridad en temas de salud pública.

En distintos países en desarrollo el exceso de peso es más común que el bajo peso en mujeres en esa etapa. En Colombia se estima en 15,2% la prevalencia de obesidad en mujeres en edad reproductiva y de 16,1% en embarazadas.

Para las mujeres obesas se deben renovar los esfuerzos para un manejo adecuado durante el embarazo, en especial en cuanto a los niveles de glucosa, y un manejo del peso tras el parto.

Las acciones deben incluir al sector de la salud, así como estrategias dirigidas a influir en la sociedad y las personas, aumentando la sensibilidad sobre la necesidad de tener buena salud desde antes del embarazo y controlar el peso también en la gestación.

Aunque no sea claro para todos, las consecuencias de la obesidad materna están cada vez más demostradas.

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Colprensa
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Martes, 15 de Noviembre de 2016
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