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Riesgos de la automedicación en tiempos de pandemia

Ivermectina y la moringa, los más usados.

Por: Sara Barrera | Periodista

“Le dijeron a mi papá que tomara cloro con unas infusiones de hierbas, eso le iba a evitar el coronavirus. Él y mi mamá, por ingenuidad se la tomaron, pero se intoxicaron y tuvieron que ir a la clínica. 

“En el lavado que le hicieron a mi papá se le complicaron las cosas y sus pulmones se llenaron de agua y murió”. Este es el relato de una cucuteña (quien prefirió estar en anonimato), que por causa de la automedicación para prevenir la COVID-19, perdió a su papá.

Así como ellos, son varias personas que con remedios vistos en redes sociales y que prometen ser milagrosos, han iniciado un tratamiento de prevención y manejo de la COVID-19, sin prever en muchas ocasiones los efectos que podrían tener en el cuerpo.

La sobreinformación y el pánico se han apoderado de gran parte de la ciudadanía y buscando hacer más con la salud de sus cuerpos, no han sopesado los riesgos que trae consigo la automedicación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda automedicarse con ningún fármaco, incluidos los antibióticos, ni otros que parecen ser efectivos como la Ivermectina, dado que no se conocen los efectos secundarios que esta medicina pueda tener en el cuerpo para ‘combatir’ el coronavirus.

Sin embargo, en una región con raíces ancestrales e influenciada por la medicina natural, han salido a flote varias recetas con plantas que al igual que otros medicamentos parecieran ser bastantes precisas para combatir la COVID-19, como lo es la moringa.

Es más, se dice que esta planta fue la protagonista de los ‘milagros en celdas’ como muchos medios nacionales le titularon a la noticia al conocerse que cientos de presos y guardianes de centros penitenciarios en el país se habían curado con infusiones de moringa.

Es por esto que las autoridades sanitarias a nivel nacional y regional no ponen en duda los efectos curativos de ciertas plantas, pero, hacen un llamado sobre los efectos secundarios que trae consumir medicamentos que no tienen ningún estudio previo a una enfermedad producida por un virus desconocido.

¿Qué opinan los expertos?

La Opinión consultó a expertos en el tema quienes hablan sobre los riesgos de la automedicación en tiempos de pandemia y sobreinformación. 

El doctor Fernando Miguez Porras, especialista en homeopatía explicó que hasta el momento no existe ninguna evidencia científica que sustente todas las fórmulas médicas que han surgido en este tiempo para combatir el coronavirus y precisó que las normas terapéuticas establecidas en un consenso que ha elaborado la Asociación Nacional de Infectología fueron presentadas al Gobierno Nacional en donde se evaluaron los conceptos terapéuticos para el tratamiento del virus, que es lo que actualmente se viene desarrollando.

Ahora bien, Miguez Porras señala que no hay duda de los efectos benéficos de plantas que tienen su proceder en la medicina indígena,  que es admirable pero muy específica y que se relaciona con el conocimiento ancestral. A pesar de esto, frente a una enfermedad desconocida no es recomendable experimentar por resultados que aún no se pueden evaluar.

Por su parte, el neumólogo internista Saúl Carrillo recordó a los cucuteños que la COVID-19 no tiene aún tratamiento que haya resultado efectivo, las herramientas terapéuticas que se utilizan tanto en el país como en todo el mundo, están orientadas a disminuir el impacto que tiene el virus en el cuerpo, pero ninguna de ellas es un tratamiento dirigido contra el virus.

Respecto a la automedicación, se refirió a que existen ciertas sustancias que no son medicamentos, que no tienen una fabricación real o apropiada y que son usadas para otros fines, que no corresponden a medicamentos y que no deben ser ingeridas, tal como lo es el dióxido de cloro, sustancias de origen natural, cuyos componentes químicos realmente no son claros y  no se saben qué efectos puedan tener en el organismo humano.

El neumólogo señaló que los antibióticos son un medicamento que no son usados para combatir virus sino bacterias y como la COVID-19 es causada por un virus, no existe un antibiótico que pueda ser útil para tratarla.

“No deberían usarse los antibióticos de forma libre, porque podrían causar infecciones por gérmenes resistentes y por supuesto, poner en mayor peligro a las personas”, comentó Carrillo.

El especialista además menciona que los medicamentos inyectados como esteroides no servirán para prevenir la enfermedad, por el contrario, se pueden exponer a otros problemas de salud aún mayores.

Los antiparasitarios como la Ivermectina y la niclosamida, no previenen la COVID-19, precisó el médico, sin embargo, mencionó que estos fármacos en algunos protocolos han sido utilizados para tratar el virus, pero no existe ninguna evidencia científica que compruebe esto, ni los efectos secundarios que ocasionan en las personas.

Infortunadamente en el departamento estos medicamentos que deberían venderse con fórmula médica, están siendo comercializados de forma libre y con gran irregularidad en sus precios. A pesar de esto, el acceso a estos medicamentos como la Ivermectina es fácil y sus contraindicaciones son altas. 

Por lo anterior, los especialistas precisaron que lo correcto en caso de sentir síntomas leves o graves de coronavirus, es acudir a las líneas de atención dispuestas por los organismos de salud y evitar a toda costa la automedicación, comprometiendo a complicaciones un cuerpo saludable o con baja afectación. 

Abecé del manejo en casa de la COVID-19

En Colombia, el 99,7% de los recuperados han logrado superar la COVID-19  desde sus hogares. Por eso aquí van unas recomendaciones

El doctor Edwin Silva, médico infectólogo de Compensar Salud, aclara que la primera recomendación al presentar síntomas es quedarse en casa para iniciar el aislamiento preventivo y reportar el caso a la EPS para conocer la ruta de atención.

De igual forma, manifiesta que el manejo de los síntomas y el aislamiento en casa son fundamentales, no solo para proteger la salud del paciente infectado, sino también la de sus familiares. Este aislamiento deberá hacerse en un cuarto que pueda ser usado únicamente por el paciente. 

Además, en caso de padecer una sintomatología leve se debe tener en cuenta: aumentar el consumo de líquidos, hacer un lavado nasal, usar pañuelos desechables y  disponer de una caneca exclusiva para depositarlos. 

De ser necesario, controlar los síntomas con acetaminofén de 500 mg cada 4 horas. Dormir preferiblemente boca abajo y con intervalos de descanso de medio lado. También los ejercicios de respiración, aliados clave en la recuperación.          

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Lunes, 31 de Agosto de 2020
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