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‘Vivo por el arte, soy un reciclador’
Viernes, 20 de Septiembre de 2013

Su historia de vida se desarrolla entre España y Colombia, lugares de origen de sus padres. Es arquitecto, pintor, caminante y reciclador, pues “me gusta recoger todo lo que la gente desecha para revivir esa materia y transformarla en arte”.

José Luis Zúniga, artista colombo-español, hijo de la gloria de la tauromaquia Edgar José Zúñiga Villaquirán, conocido como ‘Joselillo’ de Colombia, está en Cúcuta y tuvo el honor de ser el artista invitado para la reactivación de las residencias culturales, proyecto liderado por la Fundación El Pilar.

Sentado en un banco de madera y observando las pinturas que trajo para compartir su obra con los cucuteños, habló de sus vivencias, de su pensamiento artístico y confesó que está llegando a la cincuentena.

¿Cómo hace para moverse en dos países?


Es una historia bella y difícil, inmigrante en ambos países siendo propietario de cada uno.

¿Su primer acercamiento con el arte?


Mi padre estuvo más de 30 años teniendo una vida pública y ahí conocí a artistas, músicos, bailarines. Mi mamá ponía cuadros en la casa que me atraían. Entonces por influencia, no por presión, fui amando las artes y comprendí que el oficio de mi padre era un arte, la danza entre un animal y el hombre.

¿Influye la cultura española en su obra?


Radicalmente. Históricamente es una de las culturas más ricas de América.

¿Su primera obra?


Hizo alusión a la tauromaquia, influenciado no solo por mi padre, pues Goya y Picasso me tocaron el corazón.

¿A qué le pinta?


A la opinión, al hombre que vive de las dificultades que la sociedad proporciona, a la belleza que se extingue de la naturaleza, a lo que observo, a mis preguntas y respuestas.

¿Cómo analiza la labor del pintor?


Hubo un momento donde fue contratado por la iglesia, ese era el cliente. Luego al pintor lo acaparó el poder militar y político. De ahí pasó a ser el representante de las revoluciones del pueblo. Hoy en día debe pintar para sí mismo.

¿La revolución tecnológica no acapara al pintor de hoy?


El pintor de hoy debe dar su opinión a lo que sucede en el mundo: terrorismo, hambre, prostitución. Debe dar respuestas a la destrucción del planeta, a la revolución tecnológica que está destruyendo las relaciones humanas.

¿Su compromiso con el ambiente?


De sanación, si le quito algo a la naturaleza debo enlazarlo con algo.

¿En sus pinturas predomina el negro?


Representa lo tenebroso, los derrames de petróleo en el mar que rompen con los bellos azules. El mar se viste con el cielo, pero el hombre pone el telón negro de: se acabó la función.

¿Se considera un caminante como la obra que desarrollará en Cúcuta?


Soy un caminante el mundo. A Cúcuta traigo una obra que comenzó a andar en España frente a universidades y colegios y luego fue a Italia. Son personas gigantes elaboradas en cartón e intervenidas por la comunidad, luego son instaladas en espacio público.

¿Cómo se conciben los caminantes de Cúcuta?


Son los caminantes fronterizos, los que viven en una ciudad con problemas históricos y tristezas por la incapacidad de no tener libertad de comunicación.

¿Cómo percibe la cultura cucuteña?


Muy activa. Creo que en América Latina y en Colombia, en particular, hay sangre joven y fresca con excelentes propuestas.

 

 

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