Las carreteras acortan distancias entre ciudades y son parte fundamental del desarrollo. Sin embargo, la apertura no planificada de vías y la falta de señalización, las han convertido en ‘depredadores’ para centenares de especies de animales, que mueren arrollados por automotores.
Lo grave es que en departamentos como Norte de Santander no hay estudios que cuantifiquen el número de especies que mueren y menos aún, que identifiquen a las más afectadas y los puntos críticos, con miras al diseño de estrategias que permitan mitigar el hecho.
Por ello, es frecuente ver en las vías a mamíferos, reptiles, aves y anfibios muertos; los cuales pierden la vida al cruzar de un lado a otro de la carretera en búsqueda de alimento, toda vez que el corredor natural queda dividido por un tapete de asfalto.
El biólogo Carlos Cáceres Martínez, integrante del Grupo de Investigación en Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional, y del Grupo de Investigación en Ecología y Biogeografía de la Universidad de Pamplona, es uno de los pocos que ha monitoreado a la fauna atropellada en la región y para él la solución está en identificar a los grupos de animales que están más afectados y los puntos críticos.
“En un comienzo hay que señalizar estos pasos, dándoles a conocer a los conductores que se están movilizando por una zona de alta biodiversidad. Sin embargo, el ideal es habilitar reductores de velocidad y puentes”, dijo Cáceres.
Las más afectadas
La experiencia de Cáceres y los recorridos hechos le han permitido identificar a algunas de las especies que más mueren. “Es común ver en las vías a zarigüeyas y serpientes atropelladas. Los más afectados son los que tienen hábitos crepusculares, es decir, que salen al anochecer o al amanecer en búsqueda de alimento. También están los que tienen un desplazamiento lento”.
Otras de las especies son: manilavados (Procyon cancrivorus), zorros perrunos (Cerdocyon thous), osos hormigueros (Tamandua mexicana) y armadillos (Dasypus novemcinctus).
“En otras regiones se ha evidenciado que la problemática afecta no solo a los mamíferos, sino también a aves, anfibios y reptiles, que son movidos por los gallinazos borrando la evidencia, o del golpe que les ocasionan los automotores son arrojados lejos del área visible en las carreteras”, argumentó Cáceres.
De acuerdo con cifras de la Red Colombiana de Seguimiento de Fauna Atropellada (Recosfa), en países como Brasil mueren 1.4 millones de especies al día. Para el caso de Colombia los más afectados son los mamíferos con el 42 por ciento, y en su orden están las aves (31%), reptiles (16%) y anfibios (11%).
“En zonas como el valle del río Magdalena, la tasa de atropello de fauna silvestre es de 45 individuos por kilómetro al año, en más de 2.700 kilómetros de vías que atraviesan a esta importante región colombiana. Eso equivale a que 121.500 animales mueren arrollados anualmente”, reseñó Cáceres.
Para el biólogo y de acuerdo con sus investigaciones, la época seca es cuando más muertes se registran, por tanto los animales están más activos y hacen más desplazamientos en búsqueda de alimento y de agua.
Para el caso de Cúcuta y el área metropolitana, donde predomina el bosque seco tropical, uno de los ecosistemas más amenazados en el mundo por las presiones humanas (minería, agricultura, ganadería), tampoco se tienen estudios de impacto en fauna.
De acuerdo con Cáceres, en Norte de Santander las zonas de bosque seco están en Los Patios, El Zulia, Cúcuta, San Cayetano y Durania. “En estas zonas también están los principales corredores viales y en ese orden de ideas se esperaría que la fauna también esté afectada por el flujo de automotores, la falta de señalización y la infraestructura adecuada”.
Las vías
Norte de Santander es un departamento con 21.658 kilómetros cuadrados y de acuerdo con la Secretaría de Infraestructura, la red vial está compuesta por 8.614 kilómetros de vías, de los cuales 453 están a cargo del Instituto Nacional de Vías (Invías) y el restante hacen parte de las jurisdicciones de Alcaldías y de la Gobernación.
Curiosamente, solo 1.223 están pavimentados, la señalización es nula o está en mal estado.
“En nuestro caso no hay un dato que cuantifique el número de animales muertos en las vías sobre las que tenemos jurisdicción. Solo tenemos señales de cruce de ganado”, dijo el director de Invías en Norte de Santander, Jesús Vergel.
“A la fecha no existen estudios o planes de infraestructura que contemplen el impacto que ocasiona la apertura de vías en áreas naturales y en la fauna silvestre. Un reto que se tiene actualmente es con la construcción de la doble calzada Cúcuta – Pamplona, una de las vías más importantes del departamento y con gran biodiversidad”, argumentó el biólogo Cáceres.
Qué hacer para conservar
De acuerdo con Recosfa algunas de las estrategias que han funcionado en otros países son la reducción de la velocidad y la restricción de movilización en algunas carreteras durante el anochecer y el amanecer.
Además, juega un papel fundamental la cultura vial y las campañas de sensibilización a conductores.
Algunas de las recomendaciones que dan los integrantes de Recosfa son manejar sin exceder los límites de velocidad y en caso de ver un animal cruzando la vía, encender las luces de parqueo y dejarlo pasar.
Como Red también se diseñó una aplicación que puede ser descargada en los celulares, la cual permite que los usuarios reporten los sitios donde hay atropellamiento de fauna y las especies, buscando mejorar los monitoreos.
A la par de estas recomendaciones se requiere de la articulación de acciones entre las autoridades de tránsito, las Gobernaciones, Alcaldías, autoridades ambientales y fundaciones que velan por la conservación de las especies de fauna silvestre en Colombia y en Norte de Santander.
