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Disidencias, a responder por la deforestación
En 2018 la Amazonia sufrió una deforestación de 138.176 hectáreas.
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Colprensa
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Sábado, 18 de Julio de 2020

Los jefes de las disidencias en el suroriente del país serían los responsables de la deforestación, por eso la Fiscalía ordenó la captura de Miguel Botanche, alias ‘Gentil Duarte’; Néstor Gregorio Vera, ‘Iván Mordisco’, y Géner García Molina, ‘John 40’.

“Los elementos de prueba obtenidos por la Dirección Especializada contra la Violaciones a los Derechos Humanos evidenciaron que, por instrucción de esos jefes, avanza una deforestación persistente y continúa desde 2016 para culminar una vía entre La Macarena (Meta) y San José del Guaviare (Guaviare), en el sector conocido como Corredor Marginal de la Selva Amazónica”, dice el ente investigador.

Para comunicar esas dos zonas hay que recorrer por vía carreteable 1.229 kilómetros y pasar por Florencia (Caquetá), Neiva (Huila), Bogotá y Villavicencio (Meta). En total, el recorrido tardaría 26 horas.

De acuerdo con el Ideam, en 2018 la Amazonia sufrió una deforestación de 138.176 hectáreas, y para 2019 fue de 98.256. Solo el año pasado arrasaron en La Macarena, Meta, con 11.949 hectáreas, y en San José del Guaviare con 9.908 hectáreas.

Sin embargo, para Jeremy McDermott, codirector de Insight Crime, un centro de estudios especializado en crimen organizado trasnacional, a los criminales les conviene que sus trochas estén protegidas por el monte, para no ser observados fácilmente en operaciones militares desde el aire; por lo que a su parecer esta no sería la motivación para deforestar, como sí lo son las diversas economías ilegales que hay en esa zona.

Intereses criminales

La Fiscalía logró identificar que las disidencias deforestan para promover asentamientos humanos, el tráfico de madera, la minería ilegal, los cultivos ilícitos, la ganadería extensiva, entre otras economías criminales, y así ponen en peligro suelos, fuentes hídricas y la vida silvestre en el área de especial protección.

McDermott dice que esta es una práctica común entre esas estructuras, ha sido histórica y no se presenta solo en Colombia; en Brasil el crimen organizado devasta la Amazonia con los mismos intereses con una variable adicional: el ecotráfico, común en esa región.

“El único interés de esos grupos son los portafolios de economía ilegal, y no solo es el narcotráfico; el tráfico ilegal de madera es muy importante ya que tiene muy buena rentabilidad sin mayores controles”, dijo Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios de Seguridad y Paz.

Los jefes de estos grupos son requeridos para responder por aprovechamiento ilícito de los recursos naturales, invasión de área de especial importancia ecológica, daño en los recursos naturales, urbanización ilegal y financiamiento del terrorismo y de grupos de delincuencia organizada.

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