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Gases lacrimógenos y sus efectos colaterales
Las aves silvestres urbanas se afectan con los gases y abandonan sus entornos.
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Roberto Ospino
Domingo, 23 de Mayo de 2021

Dos estudiantes de biología de la Universidad de Pamplona se dedicaron a indagar sobre las afectaciones a nivel de salud que pueden ocasionar los gases lacrimógenos que se utilizan para dispersar las manifestaciones y actos vandálicos, en el marco del paro nacional que transcurre hace un mes en el país.  

La investigación está soportada en revisiones bibliográficas y a ello se le suman los conocimientos recibidos durante los siete semestres que cursan en el programa de biología, adscrito a la facultad de Ciencias Básicas.

Aprovechando los medios virtuales las estudiantes Lina Fernanda Sánchez y Alejandra Villamizar, desde diferentes zonas del país, presentaron a los compañeros, la comunidad académica y ciudadanía en general el ejercicio que demostró los posibles riesgos que corre la salud humana y animal al estar expuestos, con frecuencia a la acción desmedida de gases utilizados por los Escuadrones Móviles Antidisturbios (Esmad) de la Policía.

“El gas lacrimógeno es un concepto que incluye distintos agentes químicos cuyo efecto es producir irritación que conlleve a un estado incapacitante y neutralizante sobre un grupo de individuos específico”, indicó Lina Sánchez, quien se encuentra en Villavicencio.

De estos productos el más común que se utiliza en Colombia y de acuerdo la indagación de las futuras biólogas es el CS o clorobencilo-malononitrilo que presenta una estructura química compuesta por un grupo bencilo de origen aromático que se encuentra en la mayoría de los gases lacrimógenos.

Al igual que está acompañado de algunos sustitutos, como un átomo de cloro y dos grupos de cianuros que lo convierten en un agente tóxico alquilante al entrar al torrente sanguíneo.

En la documentación establecen o lo han descrito como un arma no letal para control de multitudes; pero estudios detallados han suscitado dudas sobre su clasificación. 

“Lo anterior genera que se produzcan síntomas en humanos y animales como lagrimeo excesivo, estornudos, irritación del tracto respiratorio, dolor en ojos, nariz, boca y pulmones”, advirtió.

En este sentido agregó que ocasionan inflamación en los ojos, dificultad para respirar, tos seca, blefaritis, jadeo y náuseas.

Todas esas complicaciones llegan a afectar el sistema nervioso central, causando desorientación, dolor de cabeza, somnolencia, espasmos, trismos (músculos en boca), pérdida de consciencia, alucinaciones, convulsiones y en casos severos puede causar coma terminal. 

Sánchez, puntualizó que según varios estudios han determinado que la exposición al CS puede crear vulnerabilidades en el sistema respiratorio, haciendo a las personas más susceptible a infecciones respiratorias, entre ellas la gripa común o bajo el contexto de la situación global actual de la COVID-19.

En la indagación basada en documentos bibliográficos se establece que personas con asma, mujeres embarazadas, niños y los adultos mayores son más vulnerables a los gases lacrimógenos. 

“El uso repetitivo por largo tiempo puede traer efectos colaterales negativos, no solo de quienes protestan, sino el resto de personas que se encuentran en las vías públicas, en los hogares, oficinas o empresas. Ellos también reciben de manera directa los gases”, afirmó.

Para la estudiante de la Universidad de Pamplona los estudios de biología celular han demostrado que el gas CS puede causar roturas en el ADN y dañar proteínas nucleares.

“Incluso se especula sobre efectos mutagénicos a causa de la exposición a este gas y hay indicios de que pueden acelerar el surgimiento del cáncer”, estableció.

Aves

Animales y la flora

Para Alejandra Villamizar, quien maneja el tema animal, explicó que si hay certeza del impacto negativo que genera en el medio ambiente y se ha constatado que si afecta a las aves silvestres.

Estos animales al percibir o cuando llegan a sus entornos los gases y residuos hace que se alejen de los nidos. Salen desorientadas debido a la acción directa de los gases químicos que les producen estrés y pueden fallecer en cuestión de segundos, si la exposición es alta.

También en la huida se estrellan con postes, árboles, paredes, ventanales de edificios y hasta con los cables de la energía eléctrica. 

Las que habitan en los centros urbanos y que frecuentan las zonas con abundantes árboles, los parques y patios cuando hay enfrentamientos el gas y los estruendos las obligan a volar sin dirección.

La estudiante universitaria, ante esto aseguró que tienen evidencias que al dejar los huevos o polluelos se interrumpe el ciclo de cría y se presentan bajas en las poblaciones de silvestres.

“Las aves tienen un sistema respiratorio muy sensible que, con cualquier agente químico, en este caso el gas lacrimógeno, se alteren y les puedan ocasionar la muerte”, afirmó.

De la importancia de las aves silvestres, precisó que juegan un papel preponderante en los ecosistemas al ser los principales controladores de poblaciones de insectos y muchos cumplen el papel de polinizadores.

En el agua

A manera de ejemplo como producto de las indagaciones, encontraron que en Portland (Estados Unidos) lograron demostrar que una fuente hídrica presentaba contaminación por la acción de gas lacrimógeno. 

En las zonas urbanas también se afectan los pastos, la flora e insectos como las abejas, mariposas, grillos, gusanos, caracoles, polillas nocturnas y demás microorganismos que favorecen el medio ambiente.

“Estos agentes químicos van a inestabilizar todas las reacciones metabólicas y fotosíntesis de las plantas y de quienes a su vez se alimentan de ellas”, afirmó. 

Inquietud

Con casi un mes de protestas a nivel nacional en donde han utilizado gases lacrimógenos para disolver las manifestaciones y actos vandálicos, de acuerdo con las estudiantes, se hace necesario evaluar el uso de los agentes químicos. Así como la incidencia en la población que sale o no a marchar para medir qué efectos a corto, mediano y largo plazo pueden causar a la salud.

Al igual que qué medidas se tomarían para sobrellevar la situación y a su vez los daños o afectaciones que puedan causar en el ecosistema.

Para Sánchez y Villamizar el debate está abierto en torno a la conveniencia de usar o no los gases lacrimógenos para dispersar manifestaciones y cualquier situación que las autoridades del país consideren que están alterando el orden público y la tranquilidad ciudadana.

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