La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Zona verde
Mariposario en Cúcuta une a jóvenes investigadores
El proyecto se empezó a gestar desde 2018, en el colegio Britannia School de la ciudad. 
Image
Eduardo Rozo
Sábado, 14 de Diciembre de 2019

La apuesta investigativa les permite a los jóvenes conocer la importancia de las mariposas, que hacen parte de la biodiversidad urbana.

Al cruzar sus genes se forma un huevo y de allí brota una larva. Alimentándose de las hojas de frondosas plantas crece y cuando llega el momento se transforma en crisálida. Al interior de un capullo el bello insecto madura hasta que se da el rompimiento de la cápsula y emerge a la vida una mariposa bebé. En cuestión de días alza el vuelo y adorna el paisaje con vistosos colores.

La lección de ciencias naturales la reciben los estudiantes en el aula de clase y luego los conocimientos son validados en campo, como parte de una experiencia educativa que les permite a niños y jóvenes conocer la biodiversidad urbana.

La apuesta investigativa es pionera en Cúcuta y se gesta en el colegio Britannia School, donde toda la comunidad educativa le sigue la pista a las larvas, determinando las plantas a las que están asociadas y de esa forma mejoran un mariposario que empezó a construirse en 2018 y semeja un laboratorio para el aprendizaje basado en experiencias vivenciales.

La gran apuesta por tener un mariposario fue una iniciativa de los estudiantes de Tecnología en recursos ambientales de las Unidades Tecnológicas de Santander, Gerardo Andrés González y Junior Daniel Maldonado.

Ellos hicieron prácticas en el colegio y plantearon el diseño. La rectora, Bertha Verónica Mora Delgado, les propuso que aprovecharan las zonas verdes para la construcción y así se habilitó un mariposario para lepidópteros diurnos que sigue activo y bajo el manejo del plantel educativo.

El proyecto se hizo viable al ser un colegio campestre y de acuerdo con el profesor de ciencias naturales, José Misael Castro Cetina, se ha creado una cultura de conservación de los recursos naturales a partir de la educación ambiental.

Para los estudiantes del colegio, como lo afirman Ana Sofía Mora Espinoza, de 8 años y Dante Postiglioni Peñaloza, de 5, la naturaleza es fuente de vida humana y animal. “Hay que proteger los árboles porque proveen de oxígeno y en ellos se posan animales como las mariposas, que comparten el ambiente con nosotros en el colegio”.

Los pequeños junto con sus compañeros disfrutan de la fresca brisa que corre en el plantel y hablan con soltura de la metamorfosis en las mariposas, así como de las especies que habitan en los alrededores de la institución educativa.

Como parte del trabajo académico, los estudiantes orientados por el docente Castro y la coordinadora de ciencias naturales, Johanna Peñaloza Mora, identificaron 10 especies de mariposas, entre ellas la Ojo de venado y Junonia evarete. (Ver óvalos y foto).

Control de la temperatura

El mantenimiento del mariposario ha requerido de un fuerte trabajo investigativo al que se vinculó un grupo de estudiantes de décimo grado. El personero del plantel, José Alfredo Sandoval Pabón, dijo que la iniciativa les ha permitido conocer el corto ciclo de vida de las mariposas y la importancia de conservar sus hábitats.

“Este año se cambió la cubierta del mariposario, que era de lona verde por polisombra. Estéticamente es más agradable y además, permite que el aire circule, regulando la temperatura al interior”, dio a conocer Sandoval.

El académico Castro explicó que la temperatura es crucial en el ciclo biológico de las mariposas. “Se introdujeron dos termómetros, uno en área soleada y otro en sombra y durante 15 días se hicieron pruebas”.

El análisis evidenció temperaturas superiores a 39 grados, altas para la supervivencia de las mariposas. Esa fue la razón por la que se cambió la lona verde por polisombra, disminuyéndose a 32 grados.

En el mariposario hay plantas que sirven de alimento a las larvas, un área para las crisálidas y enredaderas que sirven de posadero para los insectos. Además de un estanque y senderos para recorrer el espacio.

De acuerdo con el académico Castro, cuando se colectan larvas y crisálidas en campo, se introducen al mariposario para que se adapten a la temperatura, a la luz y a la fuente alimenticia.

La experiencia del mariposario ha tenido impacto en el colegio y por ello, de cara a 2020, se dará a conocer el proyecto entre docentes de ciencias naturales y directivas de otros colegios de Cúcuta, con el objetivo de que se generen sinergias para explorar la posibilidad de replicar el trabajo.

Temas del Día