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Oso andino necesita un corredor biológico para conservar su especie

En Norte de Santander se ha evidenciado su presencia en los municipios de Toledo, Herrán y parte de Chinácota.

Un habitante de Norte de Santander podría mencionar con facilidad varias especies de animales de África. Pero, ¿podría hacer lo mismo con especies de la región? 

Bajo ese postulado, un grupo de biólogos, con el apoyo de entidades nacionales e internacionales, se dio a la tarea de estudiar el oso andino o de anteojos, buscando conocer su distribución para promover su conservación de la mano de la comunidad.

“Conocemos poco sobre nuestra biodiversidad y el papel ecológico que cada especie desempeña. Hay un problema cultural y educativo que queremos contrarrestar con esta estrategia”, argumentó Carlos Cáceres Martínez, integrante del Grupo de Ecología y Biogeografía de la Universidad de Pamplona.

Los rastros del oso andino en el Parque Nacional Natural Tamá

 

 

Para ello, Cáceres se ha internado en el Parque Nacional Natural Tamá y con la orientación de guardabosques ha recorrido el páramo nortesantandereano. 

“Hemos conocido sobre su ecología, se trabaja en el análisis de la dieta, en la preferencia de hábitats y en la distribución de la especie dentro del área protegida”.

En la investigación el biólogo Cáceres, integrante del Grupo de Investigación en Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la Universidad Nacional; también ha tenido como aliados a los expertos Joan Gastón Zamora, Carlos Eduardo Ortiz Yusty y José Fernando González Maya, este último vinculado a Procat Colombia y a la Universidad Nacional Autónoma de México.

En conjunto están elaborando un estudio teórico, práctico y de ordenamiento territorial; en el que participan las Corporaciones Autónomas Regionales (Boyacá, Santander y Norte de Santander) y Parques Nacionales.

Una de las conclusiones del trabajo investigativo es que se requiere habilitar un corredor biológico entre los parques nacionales naturales Tamá, Cocuy, Pisba y el Santuario de Fauna y Flora Guanenta Alto Río Fonce. De esa forma se minimizarían los efectos de la fragmentación y el deterioro de los bosques.

Desde el año pasado el equipo de biólogos e instituciones como Wildlife Conservation Society, Colombia Biodiversa e Idea Wild, se aliaron con Parques Nacionales y la Universidad Nacional para desarrollar un análisis de conectividad de los páramos e identificar áreas prioritarias que permitan la conservación del oso andino y la biodiversidad que al mamífero está asociada. 

El oso andino, de acuerdo con Cáceres, es de vital importancia para los ecosistemas por su función como dispersor de semillas. “Se le conoce como arquitecto de los bosques y especie sombrilla (es un indicador del estado de conservación)”.

Características

El hábitat preferido para los osos es el bosque andino y los páramos. En Norte de Santander se ha evidenciado su presencia en el Parque Nacional Natural Tamá, especialmente en los municipios de Toledo, Herrán y parte de Chinácota. Además, se tienen registros en el Catatumbo, y en áreas del páramo de Santurbán.

Esta semana (21 de febrero) se cumplió el Día Internacional para la Conservación de los Osos y el andino, único de Sudamérica, merece ser conservado.

A la especie se le conoce por ser de menor tamaño corporal que el oso negro y por el color claro de su pelaje alrededor de los ojos, hecho que da origen al nombre: oso de anteojos.

El oso andino es una especie solitaria y hace nidos en árboles o en el suelo. Generalmente tienen una o dos crías por camada y las hembras cuidan los primeros años de ellas.

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Eduardo Rozo
Sábado, 24 de Febrero de 2018
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