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Polinizadores, especies que dan vida y alimentos

La cadena productiva en el campo depende de ellos.

En la producción de alimentos en el campo no solo la mano del hombre es suficiente, también es necesaria, y vital, la mano de un tercero: los polinizadores.

Hasta hace poco la creencia de que solo las abejas eran las que cumplían con esta misión de polinización dejó de ser un mito. Otras 14 especies, entre insectos, aves, lémures, lagartijas, murciélagos, mariposas, babosas, ratas y hasta osos también entran en este grupo de trascendental aporte a la producción de alimentos, aseguran expertos que intervinieron en el reciente conversatorio sobre el tema organizado por la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor),  en el marco del Día Mundial de los Animales y Día Nacional de las Aves celebrados a comienzos del presente mes.

No obstante, de la manera en que el hombre produzca, en sus métodos de labranza y, por supuesto, en los fertilizantes que emplee, depende en gran parte que la polinización se cumpla de manera natural y segura.

En los países industrializados, por ejemplo, en donde buena parte de la comida que se consume está relacionada con las abejas, ya se está corriendo el riesgo de sufrir una crisis en el sector alimentario debido a la falta de polinizadores por la disminución de estos insectos en el mundo, opinan expertos.

De entre todas las especies, las abejas son los insectos más efectivos para polinizar, son más eficaces en la misión.

Estos insectos están conectados directamente con la producción de frutos que hacen las plantas, pero también aportan a que la mayoría de las especies vegetales se conserven. Los polinizadores cumplen la tarea de transportar el polen de un lado a otro y de esa forma el flujo de genes es permanente.

Es así como estas especies mantienen viva la diversidad vegetal, que es la fuente del oxígeno que respiran los seres humanos que habitan tanto en las zonas rurales como en las urbes del país, entre ellas la capital nortesantandereana.

La importancia de las abejas y de especies que también cumplen esta labor como las moscas, los escarabajos, los murciélagos, las aves, los lagartos y algunos mamíferos, fue tema de debate en el ‘Encuentro de Expertos en Protección a Polinizadores’, que organizó Corponor en alianza con la Fundación Bioentorno en el marco del Día Nacional del Hábitat.

La razón de por qué son más eficaces que las demás especies, según Paula Andrea Sepúlveda, docente en el programa de ingeniería agronómica de la Universidad de Magdalena, radica en que tienen unas modificaciones a nivel corporal que les ayuda a transportar de forma eficiente el polen, además de pelos plumosos en el cuerpo y cutículas que facilitan esta labor.

La presencia de las abejas y de las especies polinizadoras es clave en los ecosistemas y de acuerdo con Sepúlveda, quien fue ponente del Encuentro de Expertos en Protección a Polinizadores, ellas mantienen complejas relaciones con las plantas. La académica explicó que la desaparición de un polinizador, de darse este caso, implica la extinción de la planta y de esta última dependen una variedad de individuos que se alimentan de sus hojas, de las flores y de los frutos. 

En el país, desde hace varias décadas, se han venido gestando investigaciones para conocer el estado real de impacto de las poblaciones de polinizadores, especialmente de las abejas nativas. Andrea Amalia Ramos Portilla, profesional de la Dirección Técnica de Sanidad Vegetal del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), precisó que las familias campesinas y agricultores están obligados a incorporar prácticas amigables con los polinizadores al momento de cultivar.

Reconocer la importancia de los polinizadores cuando se cultiva el campo es el primer paso. De acuerdo con Ramos al proteger a las especies que polinizan, indirectamente se tiene un incremento en la producción y, además, se obtienen productos de mejor calidad. 

Para protegerlas se debe reconocer cuales son las plantas que les proveen alimento y de esa manera se pueden establecer corredores biológicos en zonas aledañas a los cultivos y refugios dentro de los mismos, buscando que cuando las plantas que serán cosechadas no estén florecidas, las abejas permanezcan en el sector y no paren sus actividades.

De esa forma se cultiva armónicamente con los polinizadores y a la par, debe gestarse un plan de manejo de plagas que sea amigable con el ambiente para no impactar las poblaciones de especies que polinizan. Así, es labor de los agricultores detectar el tipo de plaga para prevenirla, incluso con la siembra de semillas sanas y haciendo un manejo adecuado del suelo para que este goce de un buen estado.

Pero hay que tener estricto cuidado con el uso de químicos para controlar las plagas, y en vez de esto, acudir al  diseño y ejecución de estrategias ecológicas en las que se incluyan trampas o liberación de controladores biológicos. La presencia de especies polinizadoras en zonas de alta producción de alimentos es un indicador de la conservación del territorio y de procesos efectivos de polinización.

Corponor, como autoridad ambiental de Norte de Santander, promueve la adopción de esquemas para producir conservando y conservar produciendo, pues especies como las abejas hacen parte del ambiente, el cual es eje transversal de la vida en la tierra.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

Llamado por las abejas

Un colectivo de apicultores busca defender los polinizadores y ecosistemas en el centro del país.Sus miembros trabajan para que ellas estén más vivas que nunca.

Los defensores de las abejas continúan con su lucha de protección a estos insectos que dan vida a la Tierra gracias al proceso de polinización.

Esta lucha para salvar a las generadoras de vida la cumple en el país el colectivo Abejas Vivas, del que hace parte el apicultor tolimense Yecid Antonio Arboleda Monroy.

“Buscamos defender a las abejas y a todos los polinizadores, de los agrotóxicos, fungicidas y todo el veneno que el Estado permite que se riegue sobre las tres cordilleras, veneno que luego baja a las fuentes hídricas y acaba con los animales, con toda la biodiversidad”, expone.

Y añade: “Hace un tiempo nos hundieron un proyecto de ley, pero volvimos con otros senadores, con quienes buscamos se controle el uso de agrotóxicos en las cosechas, y, si es posible, que no los usen, porque también nos estamos envenenando y de ahí surgen muchas enfermedades”.

La autoridad Nacional de Licencias Ambientales ya está trabajando en esta materia, a fin de que la producción de alimentos se haga dentro de los parámetros permitidos en materia de bioquímicos.

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Domingo, 25 de Octubre de 2020
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