Todo debe ser local
El proceso, conocido como pirólisis, también produce cierto volumen de biogás, que es revendido a una fábrica cercana.
En total, la planta produce 3.500 toneladas de biochar y "hasta 20 megavatios hora" de gas cada año a partir de 10.000 toneladas de cáscaras de cacao.
Pero el método de producción es difícil de llevar a la magnitud imaginada por el IPCC.
"Para asegurar que el sistema captura más carbono del que produce, todo debe hacerse a nivel local, con poco o sin nada de transporte. De otra forma no tiene sentido", dice el investigador Houben.
Lea también: Una de las pistolas que tenía una mujer fue usada en un doble asesinato en Los Patios
Además, no todos los tipos de suelo se adaptan bien al biochar, "más efectivo en climas tropicales", y la materia prima para su producción no está disponible en todos lados, añade.
El coste también puede ser prohibitivo, a "alrededor de 1.000 euros (1.070 dólares) por tonelada, que es demasiado para un agricultor", dice el científico.
Para usar mejor este polvo negro deben encontrarse nuevas aplicaciones, insiste Houben, que apunta a la construcción. El biochar puede emplearse, por ejemplo, para producir hormigón "verde", asegura.
El sector ha dado con otra idea para obtener beneficios: vender certificados de carbono a compañías que quieran equilibrar su balance de emisiones produciendo cierta cantidad de biochar.
Con la inclusión de esta sustancia en el altamente regulado sistema de certificados de carbono de la Unión Europea, "vemos un fuerte crecimiento del sector", dice Stenlund, el CEO de la fábrica.
Su empresa prevé abrir tres nuevas instalaciones para producir más biochar en los próximos meses.
Por toda Europa, los proyectos de biochar se multiplican. Según la federación de esta industria, la producción casi se duplicará entre 2022 y 2023 a 90.000 toneladas.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion