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Colombia
La última foto antes del vuelo fatal de ‘Los Jungla’ en Urabá
“Ellos llenaron el tanque full. Nunca dijeron para dónde iban. Ese fue el último helicóptero que aterrizó”, expresó el bombero de la pista.
Viernes, 7 de Agosto de 2015

En tierra, antes del vuelo que los llevaría a la muerte, la tripulación del Black Hawk compartió algunos minutos con civiles que cumplían labores en el aeropuerto. Aún no hay certeza de lo ocurrido.

Quizá las últimas palabras en tierra del capitán Hernando Guzmán Ovalle, copiloto del helicóptero de la Policía que se estrelló en la vereda Piedras Blancas, en Carepa, (Urabá antioqueño) en el que murió junto a 15 ‘Hombres Jungla’, las cruzó con el arquitecto Fabio Restrepo Riveros.

El profesional realizaba un trabajo en el aeropuerto de Caucasia, sitio donde la aeronave descendió a tanquear, para luego volver a levantar vuelo y dar comienzo a la operación que buscaba la captura de Luis Orlando Padierna, alias 'Inglaterra', cabecilla de la banda 'Los Urabeños'.

“Nosotros estábamos realizando un trabajo ahí en el aeropuerto cuando del baño salió el capitán Ovalle. Me pareció un joven formal y amigable, y me preguntó por unas plantas que estábamos ubicando en el terminal aéreo”, recuerda el arquitecto en diálogo con El Colombiano.

Dice Riveros, que el capitán se extrañó por las plantas sintéticas instaladas a cambio de las palmas orgánicas, razón por la cual le ofreció regalarle algunas, pero el copiloto se negó a recibirlas.

—No puedo llevarlas. Ahí no se puede llevar nada. Pero regálame una tarjeta, le dijo el capitán a Riveros. Fueron sus últimas palabras.

Mientras el capitán Guzmán Ovalle conversaba con Restrepo, afuera, en la pista de aterrizaje, la aeronave que transportaría a los 16 ‘Jungla’ “llenaba su barriga” de combustible. Se preparaban para dar un golpe certero en la operación Agamenón, estructurada para desarticular ‘Los Urabeños’, conocidos como ‘Clan Úsuga’.

Ahí en la pista, y bajo las aspas de ese gigante verde de la Policía, el bombero Jonathan Duque organizaba las mangueras y suministraba el combustible. “Ellos llenaron el tanque full. Nunca dijeron para dónde iban. Ese fue el último helicóptero que aterrizó”, cuenta Jonathan.

Entre los recuerdos de Duque está que los dos hombres artillados (los que disparan desde el helicóptero y van en sus puertas), se bajaron y caminaron hacia él, pero no pudieron hablar, el ruido de los motores impidió que se comunicaran. Horas después, Jonathan y el arquitecto Riveros se enteraron del siniestro con la noticia trágica: 16 policías murieron en el cumplimiento de su deber.

No hubo ataque: Palomino

La versión de un posible ataque al helicóptero en el que murieron los 16 policías, tomó fuerza horas después del siniestro. El audio de uno de los agentes en el que señalaba que, al parecer, había sido atacado con tatucos, más las inconsistencias en las declaraciones de las autoridades, llevaron a pensar que la aeronave habría sido derribada.

En su momento, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseveró que se trató de un accidente por mal tiempo. “Si el helicóptero accidentado hubiera estado devolviendo fuego, los otros dos lo hubieran detectado”. En su declaración, Villegas también aseguró que la aeronave entró disparando a la zona.

Tres días después de la caída del Black Hawk, el director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino, expresó que el helicóptero en el cual murieron los 16 uniformados en el Urabá antioqueño, no fue atacado, ni bombardeado.

“Siempre que hay un ataque a una aeronave se utiliza un código para que todas las aeronaves estén muy alertas, y a partir de ahí se activan los protocolos para estos casos. Ese código que normalmente se utiliza, jamás se escuchó el día en que aparece siniestrada nuestra aeronave. No existe probabilidad alguna de que haya sido afectada violentamente desde el exterior”, explicó el general Palomino.

Sin embargo, el capitán (r) de la Armada y piloto de la Fuerza Naval, Juan Alfonso Fierro Manrique, ve en las declaraciones del Gobierno ciertas inconsistencias que lo llevan a deducir que el helicóptero sí fue derribado.

“El Gobierno dice que hay mal tiempo, y cuando hay mal tiempo no se tendría tan buena visibilidad ni se vería el humo de la aeronave”, explica Fierro Manrique.

Pese al luto por la muerte de los 16 policías, las operaciones contra el ‘Clan Úsuga’ continuaron y hasta hoy, han sido capturadas 350 personas informaron las autoridades.

Medellín | El Colombiano

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