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¿Al perro lo operan más de dos veces?
Cada vez que releo la Agenda para la paz,  valoro la experiencia y la pragmática resolución del conflicto, como la entendía Bejarano.
Miércoles, 13 de Enero de 2016

Según Gustavo Álvarez Gardiazabal, “Gardi”, nuestras abuelas decían: “Año bisiesto, pascua marcial, año fatal”, febrero tiene 29 días, la pascua cae el 27 de marzo y el 2016 no pinta bien.

Desde el 19 de Noviembre de 2012 cuando comenzó la negociación, mantengo en el nochero, el librito de Chucho Bejarano: “Una Agenda para la Paz”, con prólogo de Malcom Deas, olía a tinta en 1995 cuando lo adquirí, porque el gobernador Sergio Entrena me incluyó en la Comisión Regional de Paz.

Y quiero más el libro, desde el 22 de Enero de 2012, porque Humberto de la Calle, escribió ese día en El Espectador y refiriéndose a las Farc, lo siguiente: “Pero Chucho Bejarano, que los conocía muy bien, se empeñó en que se comenzara por la concentración de la guerrilla en varios puntos y la entrega de armas. Primero los fierros, luego la retórica política” era su lema. Como se ve, contrariar su pensamiento, es una de las más graves confusiones de hoy: ¿Dejación?  ¿Entrega de armas?

Cada vez que releo la Agenda para la paz,  valoro la experiencia y la pragmática resolución del conflicto, como la entendía Bejarano.  En esa columna de la Calle, recordaba tres operaciones al perro. Con Belisario el cese bilateral del fuego, que aprovecharon para duplicar sus frentes, fue la primera capada. Luego, él como ministro de Gaviria, le caminó a la negociación y estando en el centro vacacional de La Trinidad en Tlaxcala-Méjico-, se rompió el dialogo tras el secuestro y muerte de nuestro coterráneo Argelino Durán. Fue la segunda capada.

Pastrana, escribía de la Calle: “hizo el mayor esfuerzo acompañado de paciencia bíblica y buena fe infinita. Luego supimos que el dialogo era utilizado por las Farc como estrategia de guerra, no como camino a la paz. Lo que salva a Pastrana, agregó, es que desnudó a las FARC y comenzó el robustecimiento de la fuerza pública. Recordó, además, que las Farc que recibió Pastrana eran la de la guerra de posiciones y la toma de ciudades capitales. Fue la tercera capada del perro.

Los pueblos eligen sus gobernantes prendidos de alguna ilusión. Por ello todos, el gobierno y el pueblo debemos ser cautos. Si ya llevamos tres desilusiones, tres decepciones, esta vez debemos ir con pasos seguros. En las recomendaciones de Chucho Bejarano y en la página  17 de la Agenda para la paz, decía: La paz necesita condiciones precisas antes de iniciarse la negociación. Tal omisión nos ha salido cara.  Sin embargo hemos saltado etapas desde la instalación en noviembre de 2012: El acuerdo parcial agrario en mayo, y el acuerdo parcial sobre participación política de los guerrilleros en noviembre d 2013.

En 2014 se dio el tercer acuerdo parcial sobre solución al problema de las drogas ilícitas de mayo y luego de la reelección del Presidente Santos, en junio hubo inicio de conversaciones de reparación, verdad y justicia, además,  se instaló la subcomisión de militares y guerrilleros para el cese bilateral al fuego y apareció por primera vez un tema candente: la dejación  o la entrega de armas.

Los colombianos necesitamos seguridad en el conocimiento de lo negociado con las Farc, para no reincidir en las desilusiones, en las decepciones; vale decir en la cuarta capada del perro. Hay dolores tolerables con anestesia. Una economía en crecimiento, con moneda estable, con régimen político democrático e incluyente, con justicia y gobierno transparente y finanzas públicas sanas y seguridad jurídica,  es una buena anestesia para realizar un proceso de paz. Pero las circunstancias del país, no garantizan negociaciones seguras, con desequilibrio en la balanza de pagos, con déficit presupuestal gigantesco, con recesión económica en todos los frentes, sin seguridad tributaria,  nos retrata es desesperanza.

En esa columna del 22 de enero de 2012, de la Calle afirmó: “siempre habrá delincuentes. El fenómeno del narcotráfico determinará sin duda la presencia indefinida de organizaciones armadas. No habrá paz idílica de un día para otro. Sí es posible derrotar a las Farc, tanto en lo militar como en lo político. Pero, no habrá una batalla final, no vendrá un Waterloo de las Farc. ¿Entonces, cuál es el afán?

Adenda: Las acciones judiciales contra el embeleco del Acueducto Metropolitano, siguen en este año bisiesto. Hay que saber esperar. Y Cínera tendrá que ir en cabeza de la EIS Cúcuta SA. ESP. Entre tanto… ¡no hay agua!

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