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Conservadores: ¡Sí!
La paz es riqueza para todos, pero en especial para los carentes de privilegios.
Miércoles, 28 de Septiembre de 2016

Convocamos a los 141.772 conservadores que sufragamos por el partido en los comicios pasados acompañando a Juan Carlos Garciaherreros Cabrera, para que voten Sí a los acuerdos de la Paz. De idéntica manera a los 87.640  de las tres vertientes tradicionalistas que acompañamos al candidato de la reconciliación cucuteña, César Omar Rojas Ayala, para acatar su compromiso con la paz desde los albores de la campaña por la Alcaldía de Cúcuta que, además, fue parte sustancial de su programa de gobierno.

Tuvimos el tiempo suficiente para reflexionar sobre esta opción relativa a nuestro futuro. Nunca antes nos llegó tanta información calificada sobre el simbolismo y el significado del Sí y del No. Los escépticos nos llenamos de razones suficientes para escoger la opción. Nos hemos liberado de todos los prejuicios, en especial, el de despersonalizar la Paz que es un derecho y un deber de los  cuarenta y nueve millones de colombianos.

Hay mucha historia relativa a la paz, para los conservadores. ¡Paz, Paz, Paz! en el interior,  guerra, guerra en las fronteras, cuando haya de defender la patria, dijo Laureano Gómez algún día en el Senado de la República.

La paz es riqueza para todos, pero en especial para los carentes de privilegios. Así nos lo enseñó Aristófanes en su pieza teatral: La Paz. Trigeo, el más importante de sus personajes es un agricultor, uno de tantos granjeros griegos que busca  rescatar la Paz, quitársela a los hombres de la guerra. Y nos envía el mensaje subliminal, rescatándola junto a sus compañeras de infortunio y secuestro: “La cosecha y el Festival” y así regresa la felicidad a Atenas y se queda para siempre con los griegos. Como se ve, la guerra siempre esconde problemas de tierras.

Muchos Herocles o enemigos de la Paz aparecen disfrazados en la pieza Teatral. Con todos los pretextos y tienen su infortunio que se lo da el mismo pueblo. Al final, Trigeo se queda con Opora, la diosa de las cosechas.

Al final de la obra, los traficantes de armas intentan entrar a Atenas a vender sus maléficas mercancías de la guerra, que ya no son necesarias, a cualquier precio, pues solo sirven para sentarse en ellas.

Traigo a colación esta remembranza que significa mucho para Humberto de La Calle Lombana. Estábamos aun en los claustros de la Universidad de Caldas, cuando en un acto de atrevimiento desproporcionado, en 1969, se nos metió en la cabeza en el grupo de teatro de la Universidad, montar la Paz de Aristófanes, para el primer festival de teatro Universitario. Para su vida, este recuerdo fue como una premonición del protagonismo que realiza hoy, para bien de Colombia.

Sí. Muchos, casi todos los conservadores de la región votaremos Sí.

Adenda: Supersociedades, para concentrar la vigilancia y control en Bucaramanga, utiliza el artículo 8° de la Ley 489 de 1998, que dice todo lo contrario: Desconcentración Administrativa. ¡Vaya paradoja! Por eso lucharemos.

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