Debido a las condiciones de frontera, son muchos los vehículos que han ingresado a nuestro territorio después del 15 de agosto de 2015, fecha en la que fue cerrada. 

El fenómeno ha tenido un impresionante crecimiento, el cual ha sido objeto de reuniones por parte de las autoridades y por supuesto, el justo reclamo de los concesionarios que ven el aumento del parque automotor con matrícula venezolana y una marcada disminución en sus ventas.

No tengo intención de señalar a los responsables del ingreso de dichos vehículos, pero lo cierto es que con la devaluación del bolívar fuerte, la participación vehicular en la ciudad creció desproporcionalmente y la movilidad quedó nuevamente en cuidados intensivos.

Lo anterior, deja por el suelo el trabajo realizado por la Secretaría de Tránsito de Cúcuta, puesto que la medida restrictiva de pico y placa se tomó previo a la “la feria del usado”, motivo por el cual no es justo señalar fallas en la operatividad de la circulación, cuando el volumen de automóviles, camionetas y motocicletas aumentó y nadie da razón de lo sucedido.

Los propietarios de dichos activos así sean de modelos 2015, 2016 o 2017, deben saber que la ley de tránsito aplica para todos los vehículos que transitan en territorio nacional y por tal razón, aquellos que poseen placa venezolana, deben portar el seguro obligatorio de accidentes (SOAT) y el certificado de gases que incluye revisión técnico mecánica.

Las autoridades de tránsito del Área Metropolitana, deben ser inflexibles ante los conductores que no porten dichos documentos, toda vez que ignorarlos, además de ser una terrible injusticia con aquellos que adquirieron con muchos sacrificios y esfuerzo lo nacional, es permitir infractores por todas las vías, sin que medien resultados tangibles y eso no significa odio por nuestros hermanos, sino reducir el riesgo para los residentes en nuestro territorio. 

Por otra parte, es preciso exigir a los Centros de Diagnóstico Automotor, tener sus equipos de medición debidamente calibrados y certificados por empresas expertas en el tema, toda vez que la distancia en la vigilancia, acarrea errores en la detección de gases contaminantes y en este inciso debo invocar lo que usualmente dice un comediante de la televisión: “El que lo entendió, lo entendió”.